Los hutíes claman venganza por el ataque de Estados Unidos y reafirman su apoyo a Palestina
«Pronto se darán cuenta de que la agresión directa contra Yemen fue la mayor imprudencia de su historia», han amenazado los rebeldes yemeníes
La guerra entre Israel y Hamás y la tensión en el mar Rojo, en directo
Así ha sido el ataque de EE.UU. y Reino Unido contra los hutíes
Mensaje televisado de los hutíes sobre los ataques de EE.UU. y Reino Unido
Los hutíes claman venganza tras el ataque de Estados Unidos y sus aliados contra diferentes objetivos en Yemen y reafirman su apoyo al pueblo palestino. Mohammed Al-Bukhaiti, portavoz de Ansar Allah señaló en un comunicado que «Estados Unidos y Reino Unido cometieron un ... error al emprender la guerra contra Yemen y no aprender de sus experiencias pasada (…) Pronto se darán cuenta de que la agresión directa contra Yemen fue la mayor imprudencia de su historia«.
Desde la dirección de movimiento yemení aseguraron que «la violencia de los occidentales no logrará ningún resultado, y no disuadirá al pueblo de Yemen de continuar su apoyo a Palestina», en palabras de Fadel Abu Talib recogidas por el canal Al Mayadeen. Los medios locales recogen que la operación estadounidense ha alcanzado 73 objetivos y que deja al menos cinco personas muertas.
Desde que estalló la guerra en Gaza los hutíes han lanzado decenas de proyectiles con dirección a Israel y a barcos comerciales en el Mar Rojo como muestra de apoyo a los palestinos. Sus mandos piensan que ahora Estados Unidos y sus aliados se plantean una operación a gran escala. Abdul Malik Al Houthi, líder del movimiento, aseguró que tiene «la esperanza de no ver a ningún país árabe e islámico involucrado en la agresión contra Yemen: Dejen que los estadounidenses y británicos se involucren solos«.
El analista yemení, Ibrahim Jalal, asegura en su cuenta de X que «habiendo adquirido una experiencia de dos décadas en guerra de guerrillas desde 2004 y sobrevivido a una guerra regionalizada desde 2015, los hutíes descentralizaron y ocultaron sus armas pesadas, bases y campamentos, desarrollaron procedimientos operativos estándar de movilidad y camuflaje en tiempos de guerra, y dominan la propaganda y la desinformación». En opinión de Jalal el ataque también proporcionará a los rebeldes «otra excusa de «enemigo extranjero» para distraer las necesidades cotidianas de gobernanza pública, desde la prestación de servicios hasta el pago de salarios, pero también profundizará en la represión y las restricciones internas».
Toda una historia de lucha
Los hutíes son en realidad zaidíes, una confesión derivada del chiismo que literalmente se traduce como 'partidarios de Dios', aunque se les conoce como hutíes por el clan que lidera al grupo desde 2004. Durante el mandato del ex presidente Ali Abdulá Saleh libraron varias guerras contra el gobierno central y tras la «primavera árabe» de 2011 dieron un golpe militar que les permitió controlar la capital y las provincias del norte, fronterizas con Arabia Saudí. Su gran modelo a seguir es la milicia libanesa de Hizbolá y su eslogan es: «Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldice a los judíos y victoria para el Islam». Donald Trump les metió en la lisra de grupos terroristas de Estados Unidos.
Los chiíes son apenas un tercio de los 24 millones de yemeníes, donde la mayoría es suní, lo que sirve para reproducir el esquema de lucha sectaria que se produce a lo largo de toda la región con la parte chií apoyada por Irán y la suní por Arabia Saudí, convirtiendo al país de turno en un tablero en el que las dos grandes potencias ajustan cuentas. Un país donde el 80 por ciento de la población necesita ayuda, según los datos de Naciones Unidas, pero en el que sus dirigentes están más preocupados por la guerra.
Al Qaeda
Hasta ahora Estados Unidos había bombardeado Yemen en numerosas ocasiones, pero siempre con Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) en su punto de mira. Esta es la rama del grupo que desde 2009 aglutina a los yihadistas de Arabia Saudí y Yemen y que los servicios de inteligencia consideran como «la más activa».
En 2015, la inteligencia y los aviones no tripulados estadounidenses lograron el que calificaron como «mayor éxito en la lucha contra Al Qaeda» desde la operación que acabó con Osama Bin Laden en Pakistán en 2011, tras acabar con Nasser Al Wuhayshi, alias 'Abu Baseer', líder entonces de AQPA y número dos de la organización.
AQPA aprovechó el caos generado por los bombardeos de Arabia Saudí contra los rebeldes hutíes para consolidar sus bases en Yemen y desde el aire Estados Unidos ha ido descabezando el grupo una y otra vez. Ahora el objetivo son los hutíes.