Los hutíes acercan a EE.UU. al avispero de Oriente Próximo
Alta tensión en el mar Rojo tras el primer combate con muertos entre las fuerzas estadounidenses y el grupo insurgente yemení
Estados Unidos hunde tres barcos hutíes que atacaron un portacontenedores en el mar Rojo
Quiénes son los hutíes, el grupo rebelde yemení apoyado por Irán que ha irrumpido en la guerra entre Israel y Hamás
Corresponsal en Nueva York
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónDesde que Hamás atacó a Israel en la operación terrorista del pasado 7 de octubre, Joe Biden y su Gobierno insistieron en que no se implicarían de forma directa en la respuesta militar israelí y no tardaron en realizar una advertencia: que nadie aproveche ... la situación para ampliar el conflicto en Oriente Medio. Era un mensaje para su gran enemigo en la región, Irán, y para los grupos iraníes que operan en ella, desde Hizbolá en Líbano a milicianos islamistas de Irak o Siria.
Casi tres meses después, uno de esos grupos pro-iraníes, los hutíes de Yemen, amenaza con ampliar el conflicto de forma grave más allá de Gaza y con arrastrar a Washington a una reacción militar.
La cuerda se ha tensado tras los acontecimientos de este fin de semana en el Mar Rojo, por donde pasa buena parte del tráfico comercial entre Asia y Europa, a través del Canal de Suez, en Egipto. El sábado, el destructor estadounidense USS Gravely interceptó dos misiles anti-barco lanzados por los hutíes desde Yemen, un país bajo guerra civil desde 2014 entre este grupo, que controla la capital, Saná, y el Gobierno reconocido internacionalmente. El objetivo de los misiles era un carguero Maersk, que recibió el impacto de un misil, y que después fue atacado por cuatro embarcaciones hutíes. Los milicianos trataron de abordar el barco y su operación fue respondida por helicópteros estadounidenses, que hundieron tres de las embarcaciones hutíes, en un intercambio en el que murieron los diez hutíes que iban en las naves hundidas.
Agenda internacional para 2024: dos guerras y un rosario de elecciones para un mundo inestable
S. NietoOccidente contiene el aliento con los conflictos de Ucrania y de Oriente Próximo y la codicia china sobre Taiwán
Era la primera vez que EE.UU. se enfrentaba de forma directa a los hutíes desde que estos comenzaron su campaña contra la navegación comercial en el Mar Rojo. El grupo pro-iraní ha atacado a una treintena de navíos comerciales que consideran que tienen intereses con Israel como respuesta a la respuesta militar israelí en Gaza, que ha dejado miles de víctimas civiles y ha provocado una crisis humanitaria en el territorio palestino. Los hutíes han defendido que mantendrán estos ataques mientras Israel no permita un flujo abundante de ayuda humanitaria a la Franja.
Encrucijada
Las operaciones de los hutíes en el Mar Rojo han colocado a Biden en una encrucijada. El presidente se juega la reelección este año y busca no implicar a EE.UU. en otro conflicto en Oriente Medio, en medio de una impopularidad creciente del apoyo militar multimillonario a Ucrania, al que se suman los desembolsos que tiene que hacer para reforzar a Israel en sus operaciones en Gaza. Biden tampoco quiere incomodar a Arabia Saudí, el principal apoyo del Gobierno defenestrado de Yemen, al que le ha costado mucho entablar una tregua con los rebeldes hutíes. Una operación militar estadounidense podría desestabilizar la situación en Yemen.
Pero, al mismo tiempo, la presión crece para que Biden dé pasos para contener a los hutíes ante acciones que amenazan la libertad de navegación, considerado un interés de seguridad nacional en EE.UU. En el Pentágono muchos creen que es necesario dar un golpe en la mesa en Yemen para parar los ataques hutíes. Es algo que ya hizo en 2016, después de que los hutíes atacaran barcos comerciales y navíos de la Armada de EE.UU. Atacaron posiciones de lanzamiento de misiles con misiles Tomahawk y esas operaciones pararon.
Hasta ahora, la estrategia de EE.UU. ha sido solo reactiva -interceptar misiles y drones- y con intención de no posicionarse como un actor militar en la región. Esa idea está detrás de la creación a mediados del mes pasado de la Operación Guardián de la Prosperidad, un esfuerzo militar internacional en el Mar Rojo para disuadir a los hutíes y asegurar el tráfico comercial. El objetivo era incluir a una decena de aliados con contribuciones militares, pero el esfuerzo ha quedado diluido ante las reticencias de varios países implicados -entre ellos, de España- a poner activos militares bajo la comandancia estadounidense de la operación.
Al final la Operación Guardián de la Prosperidad ha quedado limitado a EE.UU. y Reino Unido, con pequeñas aportaciones, todavía no materializadas, de Dinamarca y Grecia.
Tras el enfrentamiento entre hutíes y estadounidenses del fin de semana, la posibilidad de ataques contra posiciones de rebeldes yemenís ha crecido. Era la primera vez que los hutíes conseguían atacar un carguero desde que el comienzo de la Operación Guardián de la Prosperidad, después de que los barcos aliados hubieran derribado 17 drones y cuatro misiles. El grupo pro-iraní dejaba claro que esa alianza militar no es suficiente para disuadirles.
El portavoz de Biden sobre seguridad nacional, John Kirby, insistía tras el ataque al carguero y la respuesta militar de EE.UU. en que su país «no busca ampliar el conflicto en la región y no busca conflicto con los hutíes», pero advirtió de que EE.UU. tiene «intereses de seguridad nacional significativos en la región», que «pondrá las fuerzas necesarias para proteger esos intereses» y que se hará «lo necesario para proteger el comercio».
Tras el enfrentamiento entre hutíes y estadounidenses del fin de semana, la posibilidad de ataques contra posiciones de rebeldes yemenís ha crecido
«Acciones directas»
El Reino Unido fue más allá. Su secretario de Defensa, Grant Shapps, aseguró en una columna en 'The Telegraph' que su Ejército no dudará en tomar «acciones directas» para prevenir nuevos ataques hutíes. Shapps lo decía en medio de crecientes informaciones periodísticas de que Reino Unido se plantea una respuesta armada a posiciones hutíes. Un portavoz del Gobierno británico aclaró que se manejan «varios escenarios» de repuesta a los hutíes, pero que todavía «no se han tomado decisiones y continuamos explorando vías diplomáticas».
Esta tensión se agita desde Irán, principal apoyo tanto de Hamás como de los hutíes, así como de muchas milicias terroristas que operan en la región y que tienen como objetivo acabar con Israel y con EE.UU. (el lema de los hutíes es 'Alá es grande, muerte a América, muerte a Israel, malditos los judíos, victoria para el Islam').
Para complicar más las cosas, Irán envió ayer un barco de guerra al Mar Rojo, según la prensa iraní. Se trata del destructor Alborz, que cruzó el estrecho de Bab al-Maneb. Era el mismo día que el portaaviones estadounidense Gerard Ford, el mayor del mundo, emprendía camino de regreso a EE.UU. tras haber sido estacionado en el este del Mediterráneo tras los ataques de Hamás. Otro portaaviones estadounidense, el Dwight D. Eisenhower, está posicionado junto a su grupo de combate en las inmediaciones del Mar Rojo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete