Hallan muerto en España al piloto ruso que desertó a Ucrania

«Podemos confirmar el hecho de su muerte», ha dicho el jefe del Servicio de Inteligencia militar del Gobierno de Ucrania (GUR) Andri Yusov al 'Kyiv Post', quien no ha brindado ningún detalle más acerca de la muerte Kuzminov. Otra fuente del departamento de comunicación del GUR, sin embargo, ha revelado en declaraciones a otro medio ucraniano, el 'Ukrainska Pravda', que al expiloto ruso le abatieron a tiros y que cerca de su domicilio, se ha encontrado un vehículo calcinado en el que se cree que podrían haber huido sus asesinados.

Las autoridades españolas, por su parte, han confirmado que el cadáver hallado corresponde al del expiloto ruso. La Guardia Civil llevaba investigando desde el pasado día 14 el asesinato a tiros a un hombre ucraniano en un garaje de Alicante tal y como informó ABC. Entre las principales hipótesis que barajaba la Benemérita, estaba el ajuste de cuentas. El cuerpo sin vida correspondía a un varón de unos 33 años, con al menos media docena de impactos de bala en su cuerpo y fue descubierto en el interior de un coche incendiado el pasado 13 de febrero por un vecino de la citada localidad alicantina. Descripción que correspondía con la de Kuzminov. Finalmente, a última hora de este lunes, fuentes próximas a la investigación corroboraban a EFE que el cuerpo sin vida era el de Maxim Kuzminov.

En agosto del año pasado, la Inteligencia ucraniana culminó con éxito su operación especial 'Synytsia', consistente atraer de su lado a un joven piloto ruso -Maxim Kuzminov, de 28 años- y capturar un helicóptero Mi-8 de la Fuerza Aérea rusa, logrando que aterrizase voluntariamente y completamente intacto (es decir, listo para el combate) en una base militar de la región ucraniana de Jersón. Según el GUR, la maniobra -que se saldó con el asesinato de dos hombres rusos que también iban a bordo y que no tenían idea de lo que estaba a punto de ocurrir- no sólo implicó la captura de la aeronave, si no la adquisición por parte de Ucrania de documentación valiosa y equipo técnico secreto destinado a aviones de combate, explica 'The Kyiv Post'.

A cambio de desertar y «llevar a puerto ucraniano» el helicóptero, a Kuzminov se le ofrecieron garantías de seguridad, nuevos papeles tanto para él (más tarde, se instaló en España) como para sus padres y una recompensa económica de medio millón de dólares. Esto último fue gracias a la ley aprobada por el Parlamento de Ucrania en abril de 2022 mediante la cual todos aquellos militares rusos que consiguieran trasladar equipo y armamento a suelo ucraniano recibirían hasta un millón de dólares, dependiendo del valor material que trajesen consigo.

Kuzminov argumentó que su principal motivación a la hora de llevar a cabo 'Synytsia' fue su fuerte sentimiento de oposición a la invasión rusa de Ucrania, ya que no quería formar parte de ella. «La verdad está aquí, aquí no hay fascistas ni nazis», afirmó una vez estuvo en suelo ucraniano. »Lamento mucho lo que está ocurriendo [...]. Lo que está sucediendo es simplemente el genocidio del pueblo ucraniano», llegó incluso a reconocer el ruso en el documental 'Pilotos rusos caídos', distribuido por el GUR. Y por ello, añadió, «no quiero ser cómplice de los crímenes rusos. Ucrania ganará, es sólo cuestión de tiempo».

De confirmarse la muerte de Kuzminov en España, Moscú habría cumplido su promesa de ejecutar al joven de la que informó en su día el programa de televisión ruso 'Vesti Nedeli' del canal Rossiya 1. El productor de este formato televisivo llegó a calificar al piloto ruso de «traidor a la patria» tras haber matado a dos de sus camaradas durante el aterrizaje en Jersón, quienes, dijo, presentaban una herida de bala cada uno que descubrieron una vez fueron repatriados los cuerpos a territorio ruso. «No será perdonado», zanjó.

Fuentes de la contrainteligencia rusa. a través de un informe, aseguraron que el crimen Kuzminov no prescribía y que «todos los pilotos que luchan en la zona de conflicto sueñan con vengar a sus camaradas caídos». El escrito continuaba diciendo que «las fuerzas especiales rusas ya habían recibido órdenes y que el piloto »no vivirá para ver el juicio».