Haley se lo juega todo en New Hampshire para ser alternativa a Trump
La aspirante necesita este martes un resultado convincente para albergar alguna posibilidad de doblegar al expresidente en las primarias republicanas
Los líderes republicanos se van en masa con Trump ante su probable victoria en las primarias
Lawfare', de Junts a Trump: ¿por qué la impunidad de los políticos es tan letal para la democracia?
Corresponsal en Nueva York
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Iniciar sesiónApenas ha pasado una semana de los caucus de Iowa, la cita inaugural de las primarias republicanas, y la batalla por la nominación republicana ya es cosa de dos. Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante la ONU, es la única candidata que sigue en pie ante Donald Trump, favorito absoluto ... a ser el candidato del partido a la presidencia de EE.UU. en las elecciones del próximo noviembre. Este martes, en New Hampshire, un pequeño estado al noreste del país, entre la nieve que cubre una campiña idílica y el óxido del declive industrial, Haley necesita un resultado que le permita seguir soñando con lo que parece casi imposible, evitar la nominación de Trump, el ídolo republicano de la última década.
Dicen que Iowa es un tamiz electoral, que separa el grano de la paja, los candidatos con posibilidades de aquellos cuyas campañas son poco más que aventuras promocionales. Unos días antes de sus caucus del pasado lunes, esas arcaicas reuniones vecinales para elegir candidatos, tiró la toalla Chris Christie, el único aspirante combativo de verdad con Trump. En la misma noche electoral, cuando ya se veía que Trump iba a obtener una victoria arrolladora, se despidió Vivek Ramaswamy, un emprendedor que captó cierta atención pero que no llegó a nada en Iowa. Prefirió salir de la carrera, respaldar al expresidente y postularse quizá para un puesto en su Gabinete. Un día después, se despidió Asa Hutchinson, exgobernador de Arkansas, tan moderado como irrelevante .
Si Iowa es un filtro, New Hampshire clarifica por dónde irán las primarias. Ron DeSantis, gobernador de Florida y en su día sucesor aparente de Trump como nominado, anunció este pasado fin de semana que también se retiraba, sabedor que no lograría nada aquí y que su camino a la nominación no iba a ninguna parte. Mejor decir adiós, dar el respaldo a Trump y guardar capital político para próximas aventuras.
DE LEJOS
'Lawfare', de Junts a Trump: ¿por qué la impunidad de los políticos es tan letal para la democracia?
Pedro RodríguezAhora quedan Trump y Haley y los votantes de New Hampshire van a dar señales que aclaren si por delante queda o no una campaña disputada. A la espera de lo que digan las urnas, no parece que esta batalla deteriore el favoritismo del multimillonario neoyorquino.
«Haley necesita absolutamente una victoria o una derrota ajustada, con una diferencia por debajo de los diez puntos», asegura a este periódico Dean Lacy, profesor de políticas en Dartmouth College, la universidad de más prestigio de New Hampshire y una de las integrantes de la Ivy League.
Lacy destila en pocas palabras lo que hace a este estado un lugar especial en política, muy diferente al resto del país: «El electorado no tiene mucha diversidad racial, los ingresos medios son altos y el porcentaje de votantes con estudios universitarios es de los más altos del país», explica. «New Hampshire tiene además un porcentaje alto de votantes independientes (cerca del 40%), es menos conservador que en otros estados y menos MAGA», añade en referencia a 'Make America Great Again', 'Hacer grande a EE.UU. otra vez', el lema del 'trumpismo'.
Es decir, debería ser un territorio mucho más favorable a Haley, que tiene marchamo de moderada y que tiene más tirón entre el electorado con estudios. La exembajadora, además, ha conseguido el respaldo del gobernador del estado, Christopher Sununu, un político moderado y muy popular aquí.
Pieza central
Por todo ello, New Hampshire es la pieza central de la estrategia de Haley. Aquí ha centrado buena parte de sus recursos de campaña, con la esperanza de un buen resultado que le proporcione atención y donaciones. Que le permita aparecer como alternativa real a Trump.
El problema para Haley es que la demoscopia no da argumentos para el optimismo. Una encuesta de CNN, publicada el domingo pero realizada antes de que DeSantis anunciara su adiós, daba a Trump una ventaja cómoda, 50% de los apoyos, frente al 39% de Haley y el 6% de DeSantis. Otra, del 'Boston Globe' ofrecía un resultado similar: 53% para Trump, 36% para Haley y 6% para DeSantis. Lo mismo con la de 'The Washington Post': 52% para Trump, 34% para Haley, 8% para DeSantis.
Es decir, en todas ellas Trump mantiene una ventaja de dos dígitos, lo que no puede ser considerado un resultado esperanzador para Haley. Y una lección preocupante de la historia: no ha habido candidato republicano en la historia moderna de EE.UU. que haya ganado la nominación sin una victoria en Iowa o New Hampshire.
El problema para Haley es que la demoscopia no da argumentos para el optimismo
Desde el principio, la gran baza de Haley ha estado en los independientes de New Hampshire, un estado rebelde por antonomasia, cuyo lema es 'Vivir en libertad o morir'. La normativa electoral de New Hampshire permite a los independientes -aquellos votantes que no se han declarado como demócratas o republicanos- votar en las primarias de uno de los dos partidos. Al contrario que en Iowa, donde hubo demócratas infiltrados en los caucus que se cambiaron de partido para votar contra Trump, el plazo para cambiar la afiliación acabó el pasado 6 de octubre.
La rebeldía a día de hoy en el Partido Republicano es no ir detrás de Trump y es probable que los independientes se inclinen por Haley. Según esa encuesta de 'Boston Globe', Haley lidera en este electorado, con un 49% de los apoyos, frente al 41% de Trump. Pero el expresidente avasalla entre los votantes que se declaran republicanos, con un 65%, frente al 25% de la exembajadora.
«Un tipo y una señorita»
«¿Escucháis ese sonido?», dijo Haley con euforia el domingo por la noche en un mitin en Exeter, el más multitudinario hasta ahora en su campaña en New Hampshire. «Es el sonido de una carrera entre dos personas», celebró.
«Ahora quedamos un tipo y una señorita», dijo en otro acto electoral. «Os dejo con esto: que gane la mejor mujer».
La rebeldía a día de hoy en el Partido Republicano es no ir detrás de Trump y es probable que los independientes se inclinen por Haley
Eran referencias a lo que Haley ha buscado durante meses en campaña. Ser la persona que aglutine el voto de los republicanos que quieren pasar página con el 'trumpismo'. Pero, como dice el dicho: cuidado con lo que deseas. Para empezar, no hay indicaciones en las encuestas de que Haley se vaya a beneficiar de la salida de DeSantis: la mayoría de los seguidores del gobernador de Florida se inclinan por apoyar a Trump. Y Haley se queda como objetivo único de los ataques furibundos del expresidente, en una campaña que se le puede hacer muy larga: queda todavía un mes para la siguiente gran batalla electoral, la de Carolina del Sur.
Que Haley llegue a esa cita dependerá del resultado de hoy. «Voy a quedarme en la carrera a largo plazo», ha dicho este fin de semana, en una declaración que se la puede llevar el viento que sopla en los bosques de New Hampshire. Si no demuestra capacidad de atraer votos en un territorio favorable como New Hampshire, cuando la campaña llegue a estados de fuerte implantación 'trumpista', como Carolina del Sur, será una carnicería.
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