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Haití, el «Estado fallido» asolado por el terror de las bandas criminales que busca 'policía internacional'

El Consejo de Seguridad de la ONU autorizó una misión armada con el objetivo de instaurar la paz en un país sumido por la inseguridad del crimen organizado

Histórica decisión de la ONU: autoriza el envío de una misión armada internacional para frenar a las bandas en Haití

Una mujer llorando mientras grupos de personas se desplazan por las calles del barrio de Delmas (Haití) reuters
Dounia Sbai

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Saqueos en las calles, bandas criminales que ajustan cuentas en plena calle, niños y adultos esquivando balas para no resultar heridos y mujeres siendo violadas y maltratadas. Este es el día a día en Haití. El país caribeño ha vivido sumido en una crisis política, social y económica durante muchos años, pero se ha acrecentado desde el magnicidio del presidente del país Jovenel Moïse en 2021. Desde entonces gobierna el primer ministro, Ariel Henry, sin mandato constitucional, puesto que no recibió aprobación parlamentaria.

En agosto de 2022, miles de haitianos salieron a las calles a manifestarse en todo el país contra el Gobierno y en protesta por el incremento de la violencia de pandillas, el hambre generalizado, la falta de servicios públicos básicos, la inflación y el aumento del precio del combustible. Esa escalada de violencia ha ido gestándose por estas derivas hasta este año. Esto ha llevado a que Ariel Henry pidiera ayuda a la ONU (Organización de Naciones Unidas) para que interviniera y rebajara la tensión que palpita en el país desde hacía un año. Todo cambió cuando el pasado martes el Consejo de Seguridad aprobó con 13 votos a favor y dos abstenciones (China y Rusia) el envío de un contingente liderado por Kenia.

La misión: 1.000 soldados kenianos

Esta misión, en principio con 1.000 soldados kenianos y desplegada durante 12 meses, pretende restablecer el orden y la paz mediante el uso de la fuerza. Sonia Alda, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia de Comillas y experta en América Latina, cree que esta no es la solución adecuada para el país: «Es un fracaso no solo de la ONU, sino también de la comunidad internacional», comenta. Cree que en el país operan redes ocultas que impiden ver de facto cuál es el verdadero problema que impide avanzar. En Haití no hay una lucha armada entre dos bandos, sino más bien grupos bien organizados definidos étnica, regional y geográficamente.

Agentes de policía lanzan gases lacrimógenos a los manifestantes durante una protesta contra la inseguridad en Carrefour-Feuilles, un distrito de Puerto Príncipe, Haití, el 14 de agosto de 2023 afp

«Haití es un Estado fallido, el único que existe en América Latina. Hay zonas, regiones y barrios fallidos en el continente pero no Estados fallidos, el único es Haití. Sus problemas son de una enorme magnitud propiciada por la falta de un Estado que no existe. El primer ministro tiene escasa capacidad y la capital está en manos del crimen organizado», explica Rogelio Núñez, investigador sénior asociado del Real Instituto Elcano.

Terror en las calles por las bandas criminales

La violencia ha escalado principalmente en la capital del país, Puerto Príncipe, donde solo el año pasado operaron 92 bandas, según asegura la organización no gubernamental Fondasyon Je Klere (FJKL) en un informe que presentó a principios de este año. Fondasyon Je Klere revela que entre abril de 2022 y 2023 se han producido auténticas masacres de grupos armados en áreas metropolitanas de Puerto Príncipe como Cité Soleil, Bel Air, Solino, Tabarre, Pétion Ville y Croix des Bouquets.

Jean-Marc Biquet, portavoz de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Haití, cuenta al otro lado del teléfono que recientemente vivieron un episodio de secuestro en un hospital en la zona de Tabarre: «Desgraciadamente hemos vivido un episodio violento cuando un grupo de 20 personas armadas entraron al centro hospitalario buscando a personas heridas y amenazando al personal de MSF con que se tumbaran en el suelo. Encontraron a quienes estaban buscando y desaparecieron. Hay un verdadero problema con esto. Es totalmente inaceptable. El pasado mes de enero tuvimos un suceso parecido también», relata.

Jimmy Barbecue Cherizier, el Pablo Escobar haitiano

Una de las bandas criminales más importantes en Haití es Barbecue y está liderada por el expolicía Jimmy Barbecue Cherizier, el jefe más temido y conocido por su pasado en el cuerpo. Ejerce un liderazgo populista que atiende al clientelismo político y social. Núñez hace un símil con el narcotraficante colombiano Pablo Escobar. Este último controlaba barrios con políticas sociales y equipos de fútbol. Algo parecido sucede con Jimmy Barbecue: un líder militar cuyo cometido es desequilibrar aún más el país, como explica la profesora de Relaciones Internacionales Sonia Alda.

Biquet relata que no puede trabajar en la calle: «Soy un objetivo fácil para los secuestradores porque soy blanco, belga y tengo pinta de ser rico. Así que nos imponemos a nosotros mismos distintas normas de seguridad. El documento de la Fondasyon Je Klere denuncia casos de robos, violaciones, incendios provocados, destrucción de bienes ajenos, plantaciones destruidas y un largo etcétera. La Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) llegó a cifrar 1.349 homicidios entre enero y agosto de 2022 y 877 secuestros en todo el país. Unos números que preocupan porque en 2023 la violencia ha sobrepasado otro escalón más con 3.000 asesinatos, 1.500 secuestros y 200.000 personas desplazadas solo en los primeros ocho meses, según recoge la ONU.

La violencia sexual, un fenómeno común

El despliegue que tiene Médicos Sin Fronteras en Haití sienta un precedente debido a la escasa presencia que hay de las organizaciones humanitarias. Un hecho que reconoce Biquet: «La situación de inseguridad definitivamente tiene que resolverse y, si no fuera suficiente con eso, también hay que atender otros aspectos, como la crisis política y económica. Nadie está interviniendo y la sociedad haitiana se siente sola. Hay pocas organizaciones humanitarias presentes en el país. El 20% de nuestro equipo se vio obligado a irse por la falta de seguridad en las calles de Haití», comenta preocupado.

Pacientes esperando a ser atendidos en un centro de emergencia de Médicos Sin Fronteras en Turgeau, Haití ALEXANDRE MARCOU / MSF

La organización tiene varios centros donde atienden a pacientes con alguna traumatología, casos de emergencia y atención a víctimas de violencia sexual. Naciones Unidas señala que la mayoría de la violencia sexual que ejercen las bandas criminales es en los secuestros, donde se desempeña una extrema dureza a menores, mujeres y personas mayores, castigándoles por simplemente considerarlas de otro grupo armado y a veces ni siquiera eso. En muchas ocasiones, los secuestros se producen delante de los familiares invadiendo sus domicilios y sacándolos a espacios públicos, con la intención de infringir tanto miedo y humillación como sea posible.

Biquet explica que, en lo que va de año, en su organización han atendido a más de 1.000 víctimas de violencia sexual: «Hemos visto un aumento preocupante de este tipo de casos. En los seis primeros meses de este año hemos atendido a 1.700 víctimas. Son tantas como todo 2022. Es definitivamente un terrible fenómeno lo que está pasando», reflexiona.

No solo la violencia sexual marca el día a día, también lo hace las trifulcas de pandillas callejeras. Uno de los momentos que recordará Biquet es cuando una niña vino hace seis meses al centro de emergencia herida bala en una pierna: «No estaba llorando por el dolor, solo estaba preguntándose por qué ella. Eso fue conmovedor», detalla.

El caos, en cifras

«No es extraño que las bandas criminales operen en el 80% del país porque no hay Estado, ese espacio queda libre y quien suele ocuparlo es el crimen organizado y las bandas criminales. Tienen el monopolio de la violencia, no hay una jefatura a escala del país, sino grupos que controlan zonas con liderazgos de tipo militar pero también con componente populista y clientelar. Haití es lo que era Somalia en los años noventa», retrata el investigador Núñez.

Un campamento en un pabellón deportivo en Puerto Príncipe, Haití, donde se refugian los hatianos ante la violencia en las calles reuters

En muchas ocasiones se producen secuestros colectivos a menores llevados a cabo por las pandillas. Estos llevan a sus víctimas a lugares remotos para violarlas. Su vida cotidiana se ve trastocada cuando de repente una banda decide secuestrarlas, simplemente cuando caminan de una aldea a otra para traer pan o para comprar lo necesario, según documenta la ONU.

La incógnita será si Kenia es capaz de restaurar la paz y el orden en Haití. Este viernes, el presidente del país africano, William Ruto, remodeló el Gobierno, destituyendo a Alfred Mutua como ministro de Exteriores por las críticas de la nueva misión de la ONU en Haití.

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