La guerra vuelve a Gaza con toda su crudeza tras una semana de frágil tregua

El Ejército golpeó más de 200 objetivos y expandió sus operaciones al sur, la zona a la que se han desplazado en busca de refugio más de un millón de gazatíes

La guerra vuelve a Gaza tras una semana de tregua

La guerra llama de nuevo a las puertas de Gaza: «No habrá lugares de refugio»

Varios palestinos llevan a niños heridos tras un ataque israelí contra una casa, después de que expirara una tregua temporal entre Hamás e Israel reuters

Mikel Ayestaran

Corresponsal en Estambul

La guerra vuelve a Gaza con toda su crudeza después de una semana de frágil tregua. A los pocos minutos de constatarse el colapso del acuerdo los aviones de Israel comenzaron a castigar la Franja como lo habían hecho durante siete semanas consecutivas hasta ... el inicio de la pausa. El Ejército golpeó más de doscientos objetivos y expandió sus operaciones al sur, la zona a la que se han desplazado en busca de refugio más de un millón de gazatíes del norte. Si alguien lo había olvidado, recordó al instante que en Gaza no hay lugar seguro.

Los heridos llenaron los hospitales, las familias amortajaron a los más de cien muertos que dejaron las primeras 24 horas sin tregua, los hongos de humo negro cubrieron el cielo, los cohetes volvieron a salir con dirección a Israel y los llamamientos para extender el alto el fuego y seguir con el intercambio de presos y rehenes quedaron sepultados por la violencia. El paso de Rafah cerró sus puertas y dejaron de entrar los doscientos camiones con ayuda que habían llegado en la última semana.

El silencio de siete días parece ahora una ficción, un pasado alejado de una Franja que se desangra ante la impotencia de unos mediadores que han sido incapaces de contener por más tiempo a la bestia de la guerra, aunque siguen adelante con su trabajo. Hamás e Israel se culparon mutuamente de arruinar la pausa humanitaria que habían acordado gracias a las gestiones de Egipto, Qatar y Estados Unidos. Una tregua que todos sabían que era un paréntesis antes de volver a las armas, pero al que las familias de los cautivos y los gazatíes se agarraron con una esperanza que ha saltado por los aires. En este tiempo Hamás ha liberado a más de cien cautivos e Israel ha sacado de la cárcel a más de 300 presos.

Acusaciones mutuas

El Estado judío acusó a los islamistas de lanzar un cohete antes del final de la tregua y de incumplir el acuerdo por no haber sido capaces de presentar una nueva lista con diez rehenes para ser liberados el viernes. La Casa Blanca respaldó la versión de su aliado y explicó que los palestinos fueron incapaces de completar una lista de rehenes.

Hamás señaló a Israel y aseguró que «se negó a aceptar la oferta que surgió en las últimas conversaciones» porque «había decidido renovar el ataque». Khalil Al Hayya, miembro de la cúpula del grupo islamista, declaró a Al Jazeera que «recibimos una lista de nombres de Israel, pero resultaron ser mujeres soldado», una línea roja para Hamás que considera a los militares prisioneros de guerra. Los intercambios de la última semana han sido de mujeres, niños y menores a cambio de mujeres y menores de edad presos en cárceles israelíes. Según Al Hayya, Israel «se negó a discutir la liberación de prisioneros adultos a cambio de la liberación de adultos secuestrados» y tampoco aceptó la entrega de cuerpos.

Israel calcula que al menos quedan 137 cautivos en Gaza, veinte de ellos mujeres y otros 117 hombres. Muchos de ellos son militares y Hamás reclama la liberación de todos los presos palestinos a cambio de su libertad. Pasados acuerdos reflejan que los israelíes han llegado a liberar a 1.027 presos a cambio de un soldado, como ocurrió en 2011 con el caso de Gilad Shalit. Aquella negociación duró años, pero ahora las circunstancias son diferentes porque Israel combate en el interior de Gaza, sus aviones arrasan zonas enteras de la Franja y hay más de 14.000 palestinos y 1.200 israelíes muertos.

Hamás señaló a Israel y aseguró que «se negó a aceptar la oferta que surgió en las últimas conversaciones» porque «había decidido renovar el ataque»

Hora de la guerra

El colapso de la tregua llegó en el día 56 de la guerra. Han pasado 56 días desde el brutal ataque de Hamás contra las comunidades vecinas a la verja de separación. 56 días de intensos bombardeos y de un cerco casi total en el que Israel recurre al hambre como arma de guerra. 56 días en los que Egipto e Israel mantienen el paso cerrado a la prensa internacional, a la que sólo se le ha permitido entrar en Gaza en visitas puntuales organizadas por el ejército. 56 días en los que Israel ha matado al menos a 57 periodistas y trabajadores de medios de comunicación, según el balance del Committee to Protect Journalists (CPJ), los dos últimos colegas en sumarse a esta lista negra fueron Abdallah Darwish, de Al Aqsa TV, y Montaser Al Sawaf, de la agencia nacional turca Anadolu. Israel los mató a las pocas horas de retomar los bombardeos.

Los sectores más radicales del Gobierno israelí se mostraron exultantes con el reinicio de la guerra. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, recurrió a X para expresar que «aceptar una mayor interrupción de los combates sería un error terrible que sólo transmite debilidad... Debemos romper todos los lazos y negociaciones con Hamás y los mediadores y mirar al enemigo sólo a través de la mira de un arma». El responsable de Defensa, Yoav Gallant, se expresó en la misma línea y dijo que «Hamás sólo entiende la fuerza». Estas palabras se han hecho realidad y las armas vuelven a ser quienes marcan la agenda en la Franja.

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