La guerra de Ucrania hace que la «neutral» Austria se una al sistema europeo de defensa aérea

La evolución de la situación de seguridad en Europa y la desprotección que siente un país que no es miembro de la OTAN, han llevado sin embargo al cancillerKarl Nehammer a tomar una histórica decisión este fin de semana. «La situación de amenaza se ha intensificado enormemente debido a la guerra de agresión rusa contra Ucrania. Por lo tanto, Austria se unirá a la iniciativa europea de defensa aérea, Sky Shield», ha anunciado. Las negociaciones están actualmente en curso, según ha confirmado el Ministerio de Defensa, y todo apunta a que serán fluidas y rápidas, teniendo en cuenta los precedentes.

La iniciativa European Sky Shield, lanzada por Alemania, es un proyecto que trata de aunar esfuerzos con otros países comunitarios para integrar sus sistemas de defensa aérea y aumentar así la capacidad de sus integrantes de plantar cara a tiempo a los misiles de Moscú: un nuevo escudo integrado en el sistema de defensa de la OTAN, interoperable con el escudo antimisiles de la Alianza y pensado para misiles de largo alcance procedentes de Rusia y con objetivos europeos o sencillamente descarriados. Surge de la necesidad de cerrar las brechas en el escudo protector de la OTAN para Europa, déficits como el detectado en el área de los misiles balísticos, que alcanzan grandes alturas e su trayectoria, o en la defensa aérea contra drones y misiles de crucero.

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«No es tiempo de esperar a verlas venir», argumentó en su discurso de agosto del año pasado en la Charles University de la República Checa, en el que explicó su idea. De inmediato se adhirieron 17 aliados de la OTAN y Finlandia, aunque Francia no tardó en expresar su descontento por la ausencia de SAMP/T en un proyecto basado en los Patriot, Arrow-3, estadounidenses e israelíes, y los alemanes IRIS-T SLM. El costo estimado para Austria de la participación en el European Sky Shield es de unos 2.000 millones de euros y la membresía prevé además un intenso intercambio de información entre sus miembros, de manera que si, por ejemplo, uno de ellos registra misiles o drones enemigos en el espacio aéreo europeo, compartirá los datos en tiempo real.

Estas implicaciones están siendo duramente criticadas por la extrema derecha, el Partido Liberal de Austria FPÖ. Su líder, Herbert Kickl, considera que está amenazado el principio de neutralidad, tal y como recoge la Constitución de Austria desde 1955, condición que en ese momento impusieron las potencias Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética para devolver su soberanía a la república alpina. La adhesión planificada a 'Sky Shield' es una «decisión devastadora con respecto a la política de neutralidad», ha criticado Kickl, «Nehammer y compañía sacrifican la neutralidad en el altar de la OTAN». Este partido, históricamente amigo de Rusia y con lazos firmemente establecidos con los círculos de Putin, podría según las actuales encuestas incluso ganar las próximas elecciones de 2024, con un 30% del voto en los últimos sondeos.

El gobierno de Austria responde que la apuesta por unirse al escudo europeo apuntala precisamente la neutralidad del país. «Sky Shield no es una iniciativa de la OTAN y no supone la adhesión a una alianza militar, sino simplemente la cooperación entre varios Estados», ha aclarado el ministro de Relaciones Exteriores, Alexander Schallenberg, «poner a disposición y compartir las capacidades militares significa apegarse a la neutralidad». Tanto Nehammer como la ministra de Defensa, Klaudia Tanner, han garantizado en un comunicado conjunto que la adhesión no pone en peligro el estatus de país militarmente neutral: «se trata de participar en un escudo protector que sirve para alejar el peligro».

«Esto no es como unirse a la OTAN», argumenta Franz Cede, exdiplomático austriaco y experto en Derecho Internacional del Instituto austriaco de Política Europea y Seguridad (AIES), «la principal diferencia radica en que no incluye una obligación de doble asistencia». «Se trata de mera cooperacion», insiste, «en la línea en la que está ya trabajando Austria con la OTAN como parte de una misión de mantenimiento de la paz». Franz-Stefan Gady, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), explica par su parte en declaraciones a Morgen Journal» que «Sky Shied es una especie de plataforma de compras, un colectivo de varios países europeos que se acercan en grupo a la industria de la defensa para obtener productos a mejor precio». En su opinión, la única consecuencia de la adhesión de Austria, además de los beneficios estratégicos, es que «si Austria intentase comprar sistemas de defensa aérea por su cuenta le resultaría más difícil y más caro».