La guerra de Ucrania centra la visita de Von der Leyen y Macron a China
El presidente francés invita a la presidenta de la Comisión Europea a incorporarse a su viaje de Estado, en un inédito gesto diplomático
Xi Jinping culmina su giro autoritario perpetuándose como presidente de China
Ursula von der Leyer y Emmanuel Macron en el Eliseo
El presidente francés, Emmanuel Macron, inicia hoy una visita de tres días a Pekín, acompañado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lo que constituye un formato inédito en los usos diplomáticos franceses o comunitarios.
La idea de Macron de ... invitar a Von der Leyen ha provocado cierto resquemor en medios nacionalistas franceses, que claman contra lo que consideran como el fin de la autonomía de París en política exterior, mientras que otros opinan que, al contrario, el jefe del Estado cuenta esta vez con el mayor respaldo con el que podría haber llegado a la capital del gigante asiático.
En todo caso, la guerra en Ucrania estará en el centro de las discusiones. En el Elíseo se considera que en estos momentos China es el único país del mundo en condiciones de tener un impacto inmediato y radical en el conflicto, de una forma u otra. Para todo el mundo, la imagen del presidente chino Xi Jinping de visita en Moscú para desear a Putin su reelección al frente de Rusia el próximo año, parece haber marcado los ánimos del lado europeo.
Von der Leyen, que tiene previsto mantener dos encuentros con Xi Jinping, uno junto a Macron y otro a solas, habló por teléfono con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para subrayar el hecho de que la guerra es el asunto más importante en estos momentos, por más relevantes que sean todos los demás aspectos económicos o geopolíticos.
Hace una semana, la presidenta de la Comisión había pronunciado un discurso en Bruselas en el que enunció las bases de la política europea hacia aquel país. Para Von der Leyen, «nuestra relación con China es una de las más complejas e importantes del mundo. Y la forma en que la gestionemos será un factor determinante para nuestra futura prosperidad económica y seguridad nacional» por lo que a pesar de todos los puntos de fricción entre Bruselas y Pekín considera que es necesario mantener «una línea de comunicación abierta con China».
El discurso no fue del agrado de la embajada china en Bruselas y así lo hizo saber, lo que certifica las dificultades intrínsecas a esta relación.
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