La guerra entre Hamás e Israel llega a la más influyente universidad de Francia

En el lenguaje político francés, se califica de «separatismo» a la militancia islámica próxima al yihadismo subversivo. Saliendo al paso de esa corriente, profunda, entre los musulmanes franceses, Macron puso en marcha, en su día, una legislación especial para combatir ese conflicto de fondo, que tiene muchos flecos envenenados.

Hasta ahora, el separatismo islámico francés había crecido en la 'banlieue', la periferia suburbana de París y las grandes ciudades de provincias. Ahí sigue.

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Desde hace un par de años, comenzaron a multiplicarse las acciones de militancia musulmana en Sciences Po. La tarde-noche del martes, un grupúsculo creado hace semanas, la CUCCP, lanzó una operación de cierta envergadura en el anfiteatro de las más influyente de las escuelas políticas francesas: con el «pretexto» de la guerra en curso entre Israel y Hamás, en el marco de una «jornada de movilización universitaria de solidaridad con Palestina» los líderes del grupúsculo expulsaron a los estudiantes judíos, lanzando contra ellos anatemas antisemitas.

Tras varias horas de agitación verbal muy violenta, en el anfiteatro de Sciences Po. fue necesaria la intervención de los antidisturbios para expulsar a los agitadores. La ocupación del anfiteatro de la institución comenzó con proclamas «globales» de apoyo a Palestina, para culminar con propuestas de solidaridad más activas con Hamás cuya carta fundacional defienden la «destrucción total» del Estado de Israel, directamente. Comenzaba un nuevo debate de fondo.

La dirección de Sciences Po. anunció inmediatamente «medidas disciplinarias» contra los líderes de la CUCCP que habían ocupado el anfiteatro por la fuerza y publicó la mañana del miércoles un comunicado muy severo: «Estos comportamientos son intolerables. El conflicto en curso, desde el 7 de octubre del año pasado, entre Israel y Hamás, tiene repercusiones graves en nuestra institución, entre los estudiantes, los profesores y los trabajadores. Sciences Po. debe preservar y apoyar al conjunto de las comunidades en conflicto, proponiendo iniciativas que permitan tener en cuenta el sufrimiento y la comprensión de la crisis».

En el terreno político, Valérie Pécresse, presidenta liberal-conservadora de la región de Isla de Francia (periferia de París), ha comentado la crisis de este modo: «Los incidentes antisemitas en Sciences Po. son dignos de las horas más trágicas de la historia de Francia«. Los portavoces de »La Francia Insumisa« (LFI, extrema izquierda populista), por el contrario, han reafirmado su apoyo a los militantes de la CUCCP.

Al final del consejo de ministros del miércoles, Emmanuel Macron decidió salir al paso de la crisis para insistir en su gravedad de fondo: «La autonomía de nuestras universidades debe ser reafirmada y defendida. Las autoridades competentes deben actuar contra cualquier amago de separatismo islámico. El comportamiento y las acciones de la tarde-noche del martes son sencillamente intolerables e inadmisibles. No podemos aceptar ese tipo de acciones y comportamientos antisemitas en nuestras instituciones universitarias«.