La guerra del grano deja herida la alianza de Ucrania y Polonia
El Gobierno polaco se dio por aludido cuando Zelenski criticó en la ONU el «teatro político de solidaridad»
El 'premier' Morawiecki anuncia que se suspende el suministro de armas, aunque mantiene los contratos vigentes
Ruptura entre aliados: Polonia dejará de enviar armas a Ucrania
Erdogan no logra convencer a Putin para que reanude el acuerdo del grano
Trenes con grano ucraniano almacenado en vagones cubiertos con lona blanca en las vías segunda y tercera de la estación de Dorohusk
Desde el inicio de la invasión rusa, Polonia se convirtió en la mejor amiga de Ucrania. Todavía hay alrededor de un millón de refugiados ucranianos en territorio polaco y el Gobierno de Varsovia, unido a Kiev por el archienemigo común, no solo ha ... sido desde entonces generoso en la entrega de armamento propio, que incluye 320 tanques y 14 cazas Mig-29, sino que ha ejercido una inusitada presión diplomática sobre Alemania y EE.UU. en ese mismo sentido.
La primera grieta en ese cerrado apoyo surgió en abril, cuando Polonia, Hungría y Eslovaquia bloquearon las ventas de cereales ucranianos. Pero ahora la disputa agrícola se ha extendido a la cooperación militar, en el enrarecido contexto de la campaña electoral polaca, y es motivo de gran preocupación entre los aliados occidentales. «Ya no suministramos armas a Ucrania porque ahora nos estamos equipando con las armas más modernas –ha anunciado el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, en una entrevista con 'Polsat News'–, Ucrania se está defendiendo de un brutal ataque ruso y entiendo esta situación, pero como dije, protegeremos primero a nuestro país».
El 'premier' polaco reaccionaba así a las palabras pronunciadas por Zelenski en la ONU, con las que denunció que «algunas personas en Europa están haciendo un teatro político de solidaridad y un 'thriller' del grano; parece que están desempeñando sus propios papeles, pero en realidad ayudan a preparar el escenario para un actor de Moscú». «Yo mismo viajé a Berlín para hacer entender que era necesario que todos apoyásemos a Ucrania», se ha justificado Morawiecki, «y el señor Zelenski está convencido de ello, por eso percibimos hoy sus palabras como doblemente injustas y las rechazamos enérgicamente, razón por la cual nuestro ministro de Asuntos Exteriores llamó al embajador de Ucrania, para explicarle que Polonia siempre defenderá sus intereses en lo que respecta a la agricultura, porque de esto es de lo que se trata la disputa. Se lo he dicho claramente a la Comisión Europea, pero también al Gobierno ucraniano y a su presidente: obtendremos una extensión del embargo o lo introduciremos nosotros mismos», zanjó.
Seguramente consciente de las alarmas diplomáticas que estaba haciendo saltar en ese mismo instante, añadió que se mantiene la continuidad del resto de los transportes a través de Polonia. El centro militar situado en la ciudad de Rzeszow, por donde pasa todo el material occidental con destino a Ucrania, sigue funcionando con normalidad. «Nuestro centro en Rzeszów seguirá desempeñando el mismo papel que antes, de acuerdo con los estadounidenses y la OTAN», ha tranquilizado.
Pistorius negociará
Apenas unas horas después, el portavoz del Gobierno polaco, Piotr Müller, aclaró que Polonia seguirá suministrando a Ucrania municiones y el armamento ya pactado en contratos previamente firmados, lo que incluye los obuses autopropulsados Krab, acordados en junio y por valor de 700 millones de euros. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, anunció a continuación que entablaría de inmediato conversaciones con su homólogo polaco, Mariusz Błaszczak, para tratar de hallar vías de entendimiento, pero el tono tajante adoptado por los conservadores nacionalistas en el poder en Varsovia no deja mucho margen. El mismo Błaszczak ha calificado de «bastante extraña» y «gran decepción» la presión de Zelenski para conseguir un asiento permanente para Alemania en el Consejo de Seguridad de la ONU durante la última Asamblea General y ha atacado de pasada a Berlín, acusando a Zelenski de falta de memoria sobre las inicialmente vacilantes entregas de armas alemanas. Incluso, ha renovado en declaraciones de última hora la vieja demanda de reparaciones alemanas por la Segunda Guerra Mundial.
Unidad frente a Kiev
El presidente Andrzej Duda ha añadido otra cruda metáfora, al comparar a Ucrania con un hombre que se está ahogando y que intenta arrastrar a otros. Y nada cabe esperar de la oposición: los círculos críticos con el Gobierno polaco tampoco están de acuerdo con la actitud de Kiev ante el conflicto de los cereales. «Ucrania no debería enemistarse con sus vecinos más cercanos», sentencia el editorial del diario 'Rzeczpospolita'. A última hora de ayer, fuentes del Gobierno de Varsovia anunciaron que los ministros de agricultura de ambos países van a trabajar para encontrar una solución, siguiendo el ejemplo de Eslovaquia, que ha acordado un sistema de licencias para el comercio de cereales a cambio de que Kiev se abstenga de presentar una demanda contra el Gobierno de Bratislava.
Pero el deshielo es poco probable antes de las elecciones parlamentarias polacas del 15 de octubre. El partido gobernante PiS lucha por alejar al mayor número posible de votantes de la «confederación», todavía más a la derecha y en contra de la ayuda a Ucrania. Además, es un secreto a voces en la OTAN que Polonia vació sus existencias al principio de la guerra y hace meses que no puede mantener el ritmo de las entregas. Y que la relación entre Polonia y Ucrania se ha enfriado desde primavera porque Kiev se ha reorientado hacia Berlín como socio preferente.