Alemania estudia cortar el dinero público a la ultraderecha, mientras los sondeos sitúan al partido como segunda fuerza política

El gobierno ha hecho bandera de esta oposición y en Alemania fluye el debate sobre su posible ilegalización, pero todos los juristas coinciden en que es operación es legalmente muy difícil. Debido a la facilidad con la que Hitler ilegalizó los partidos políticos que le estorbaban, las leyes alemanas porteriores a 1945 han consolidado el derecho a existir de los partidos. A pesar de que con relativa frecuencia roza la actitud de atentar contra la Ley Fundamental alemana, los delitos son sólo atribuibles legalmente a sus miembros, no a AfD como partido. Por eso los socios de la «coalición semáforo» de Olaf Scholz están estudiando otra estrategia.

El Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes están considerando las posibilidades de sancionar a AfD contando el flujo de dinero estatal que recibe como partido. Sería una medida por debajo del umbral de la prohibición, pero en su opinión muy efectiva.

El procedimiento de exclusión de la financiación de los partidos previsto en la Ley Fundamental es «un elemento importante para que el Estado defensivo reduzca significativamente la financiación estatal de los partidos anticonstitucionales», defiende el presidente del grupo parlamentario del SPD, Johannes Fechner. Los Verdes también ven el recorte de los fondos estatales como una posible opción, aunque señalan que esta medida también requiere «serias condiciones previas». «Al igual que con la prohibición de un partido, los órganos constitucionales deben sopesar cuidadosamente las medidas legales, teniendo en cuenta la evaluación de las autoridades de seguridad», ha acotado la líder del grupo parlamentario verde, Irene Mihalic, en declaraciones al periódico Handelsblatt.

Una medida de este tipo debería contar con el consenso de las grandes formaciones democráticas y lo cierto es que la CDU, desde la oposición, ve con escepticismo la medida. La retirada de los recursos estatales exige que el partido sea calificado de inconstitucional, según ha recordado el jefe del grupo parlamentario de la CDU, Thorsten Frei. Esto significaría que el Tribunal Constitucional Federal tendría que respaldar el procedimiento. «Por lo tanto, el semáforo debería considerar cuidadosamente si sus juegos mentales no están haciendo en la práctica el juego a AfD y contribuyendo a una mayor movilización de los extremistas», ha prevenido Frei, «no se gana nada si los peligrosos populistas de derecha se presentan a sí mismos como víctimas».

El líder del CSU, el conservador bávaro Markus Söder, sí se ha mostrado a favor de la idea de recortar la financiación pública de AfD, aunque reconoce que las vías legales no están todavía abiertas. En este sentido, los partidos del gobierno están esperando un fallo judicial que podría aportar claridad. La ley prevé la posibilidad de congelar la financiación de los partidos después de una reforma llevada a cabo tras la frustración que produjeron en 2017 los dos procedimientos infructuosos de prohibición del NPD, un partido de cariz neonazi, ante el Tribunal Constitucional Federal. En 2019, el Bundestag, el Bundesrat y el gobierno federal presentaron conjuntamente una propuesta para excluir al NPD de la financiación estatal que todavía no se ha resuelto y el tribunal tiene previsto anunciar su veredicto mañana martes. «Entonces sabremos más sobre los obstáculos específicos de tal procedimiento», ha confiado el socialdemócrata Fechner.

El detonante del debate sobre la ilegalización de AfD han sido las revelaciones publicadas por 'Correctiv' sobre una reunión de extrema derecha que tuvo lugar en Potsdam el 25 de noviembre y en la que participaron políticos de AfD y miembros individuales de la CDU y de la Unión de Valores. En ese encuentro se habló de la deportación masiva de extranjeros étnicos, es decir, independientemente de si tienen derecho de residencia o han adquirido la nacionalidad alemana.

El exlíder del Movimiento Identitario de extrema derecha en Austria, Martin Sellner, defendió en esa reunión su tesis sobre la «remigración», que se refiere a ese tipo de deportaciones incluso bajo coacción. Las manifestaciones han sido convocadas después de esta publicación y han recibido un apoyo multitudinario. En Munich, la protesta del domingo tuvo que ser cancelada porque había demasiada gente: según la policía alrededor de 100.000 participante, y no era posible garantizar su seguridad.

Las marchas han tenido un carácter pacífico y se han desarrollado apenas sin incidentes. Solamente en Dortmund, n grupo de hombres enmascarados atacó el domingo a un bloguero de 24 años. La policía ha detenido a 13 sospechosos, algunos de ellos son conocidos por la seguridad del Estado como extremistas de derecha con antecedentes penales relevantes. Uno de los perpetradores robó la cámara del joven, que resultó levemente herido. La policía de seguridad del Estado se ha hecho cargo de la investigación.