El futuro del partido Forza Italia y del imperio Berlusconi, en manos de su primogénita Marina

Era vista como posible heredera, porque ha demostrado capacidad de gestión y liderazgo en el mundo empresarial. Ha sido incluida desde hace años por la revista Forbes entre las 100 mujeres más poderosas del mundo. Considerada muy tímida y autoritaria, Marina es la que estuvo siempre más próxima al padre. Siempre llevó la voz cantante en la familia en la defensa de la imagen del exprimer ministro en las situaciones más delicadas. En contraste con la exuberancia del Cavaliere, Marina se ha mostrado siempre muy discreta. Se casó en el 2008 con Maurizio Vanadia, que fue primer bailarín del teatro la Scala de Milán y tienen dos hijos: Gabriele, de 21 años, y Silvio (19).

Para un partido personal como es Forza Italia (FI), muchos pensaron en una sucesión dinástica. Pero no está en los planes de Marina Berlusconi. «En política, la herencia se coge, no se hereda», afirma el veterano senador exdemocristiano Pierferdinando Casini, expresidente de la Cámara de diputados. Y la herencia política de Silvio Berlusconi la ha cogido ya en buena medida la primera ministra Giorgia Meloni, según explica el senador Casini: «Una joven de la derecha se ha hecho cargo de la herencia de Berlusconi. El centro derecha hoy es Giorgia Meloni. La cuestión del legado de Berlusconi fue resuelta por la líder de los Hermanos de Italia con una OPA respaldada por los votantes. El futuro de todos los parlamentarios del Gobierno de derecha hoy está garantizado por la primera ministra», concluye Casini. Con esta opinión coinciden diversos analistas.

De hecho, es una operación diseñada desde hace algún tiempo por Marina Berlusconi, según medios italianos. En Forza Italia se realizaron recientemente una serie de cambios, con una clara dirección 'meloniana'. En algunos puestos clave han sido colocados parlamentarios fieles a la compañera de Silvio Berlusconi, la diputada Marta Fascina (33 años), y del ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, coordinador de FI, político de confianza del Cavaliere y muy leal a Giorgia Meloni. Esta operación se ha realizado «con el beneplácito de Marina Berlusconi, que no quiere salir a colación, pero que también está convencida de que, por el bien de la empresa familiar, es necesario mantener una buena relación con Giorgia Meloni y apoyar al Gobierno sin ningún tipo de dudas», escribió el diario La Stampa.

Sin duda, Silvio Berlusconi deja un gran vacío en la política italiana, y particularmente en el centro político, un espacio que Il Cavaliere intentó siempre ocupar con Forza Italia. Giorgia Meloni, para recoger esa herencia, giró en los últimos tiempos desde posiciones derechistas hacia una derecha-centro, para recoger la herencia política de Silvio Berlusconi. Desde hace meses ha habido una lucha interna en Forza Italia entre diversas corrientes, pensando en el inmediato futuro del partido, porque se veía que el final de Berlusconi estaba muy cerca. En esa lucha fue protagonista destacada su novia, casi esposa, Marta Fascina, que en cierta forma pretendía constituirse en lideresa de Forza Italia. En parte lo podía haber logrado bajo la protección y paraguas del anciano líder. Pero con su desaparición, Marta Fascina no tiene ni capacidad ni liderazgo para hacerse con las riendas del partido.

Cuando pase la conmoción por la muerte del líder-fundador de Forza Italia, con seguridad retornarán las luchas internas. Algunos de sus líderes dicen ya abiertamente que «con el fallecimiento de Berlusconi, muere Forza Italia», algo que hasta ahora nadie se había atrevido a declarar abiertamente. Incluso la palabra «división» ya no es un tabú entre las filas de FI. Esa división podría tener una doble vertiente: Algunos seguidores se sienten más próximos a la Liga, encabezada por Mateo Salvini, pero otros están mucho más próximos a Giorgia Meloni, sin descartar que un sector minoritario de FI se inclina por la coalición centrista que formaron Matteo Renzi, fundador de Italia Viva, y Carlo Calenda, líder de Azione.

Dentro de Forza Italia, su coordinador general, Antonio Tajani, actual ministro de Asuntos Exteriores, será un político clave para el futuro de FI. Su lealtad y cercanía a Giorgia Meloni será decisiva para aproximar y ligar más el futuro de Forza Italia a Hermanos de Italia. La realidad es que hoy buena parte de FI se siente ya atraída por el liderazgo de Giorgia Meloni, porque gracias a ella las coalición de derechas (Hermanos de Italia, la Liga y Forza Italia) se hizo con el poder tras ganar las elecciones generales del 25 septiembre.

Todos los movimientos políticos y, sobre todo, económicos que ahora se hagan serán supervisados por Marina Berlusconi. Mujer pragmática, Marina quiere dejar el partido en buenas manos. La deuda de FI, garantizada hasta ahora por el magnate Berlusconi, supera los 90 millones de euros. La prioridad para Marina es también asegurar el futuro de las empresas del grupo. Mediaset es el principal tesoro, con el grupo francés Vivendi al acecho por si se produce alguna venta parcial. Algunos de los cinco hijos de Silvio Berlusconi, sobre todo los tres menores, podrían ser partidarios de vender su parte del imperio económico. El objetivo de Marina es evitar luchas fratricidas entre los cinco herederos de un patrimonio que Forbes estima en 6.700 millones de euros.

En efecto, en la Bolsa de Milán, el grupo Mediasetsube de forma muy significativa, concretamente Mfe (Mfe-Media For Europe) cerró con una subida del 5,86%, por especulaciones sobre el futuro de los activos de Silvio Berlusconi.