Francia inicia el debate de la ley para combatir el terrorismo y la propagación del islamismo

El proyecto de ley, redactado por los ministerios del Interior y Justicia, propone una «refundación» de la política francesa en terrenos que tienen muchas dimensiones europeas e internacionales, insistiendo en estos puntos capitales:

«Un debate nacional, anual, sobre la inmigración; limitar el reagrupamiento familiar; supresión de las ayudas médicas del Estado, total o parcialmente; control absoluto de la lengua antes de poder conseguir la documentación imprescindible para residir en Francia; regularización de los trabajadores extranjeros, en ciertas condiciones; alejamiento o expulsión de los extranjeros considerados como una amenaza pública; retirada de los permisos de residencia si no se respetan los principios de la República; e intentar forzar a los países de origen de los inmigrantes a aceptar el retorno».

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Esos son los grandes principios del proyecto de ley. En el Senado, la derecha tradicional desearía que el texto final tenga una redacción «dura» o «muy dura». Las izquierdas y los centristas, por el contrario, desean cierta «moderación».

Tras el debate senatorial, el proyecto de ley deberá pasar a la Asamblea Nacional (AN), donde Agrupación Nacional (extrema derecha) aspira dar a la ley un tono «mucho más duro». El centro y la derecha tradicional tienen la mayoría en el Senado. En la AN, Macron tampoco tiene mayoría absoluta. Derecha y extrema derecha esperan aprovecharse de esa fragilidad relativa para «endurecer» el proyecto de Ley.

La Constitución de la V República ofrece al jefe del Estado y su Gobierno un recurso excepcional, para imponer con un decretazo cualquier proyecto de ley, incluso sin mayoría parlamentaria absoluta. El artículo 40.3 de la Constitución permite aprobar un proyecto de ley, siempre que no se presente y apruebe una moción de censura. Macron no tiene mayoría absoluta, pero las oposiciones (extrema derecha, derecha, izquierdas) tampoco. De ahí que el equilibrio parlamentario resulte relativamente favorable al presidente francés.

Se presta el presidente esta consigna general a su Gobierno: «Hay que negociar o intentar negociar un proyecto de ley muy delicado». Antes de su posible «retoque», en el Senado y la AN, las dos cámaras del Parlamento francés, el proyecto de ley ya da un «salto cualitativo» importante para combatir el terrorismo, el islamismo, el yihadismo y la inmigración no deseada.

El proyecto de ley ofrece a los ministerios del Interior y Justicia nuevos recursos legales para proceder a detenciones y expulsiones con mucha rapidez, al mismo tiempo que pretende «cortar» el «atractivo» de la seguridad social y los servicios médicos para los inmigrantes que consigan salvar los «nuevos obstáculos» para instalarse en Francia. Veremos.