Francia y Alemania chocan por el escudo antimisiles europeo

El mes de octubre del 2022, el canciller alemán, Olaf Scholz, lanzó un proyecto de «escudo antimisiles» (European Sky Shield Initiative, ESSI), que debiera construirse con tres tipos de armas: un sistema alemán de miles de corto alcance (Iris-T); un sistema de misiles de medio alcance construidos por los EE. UU., los Patriot PAC, ya desplegados parcialmente en Europa; y un sistema israelí de misiles de largo alcance, los Arrow 3.

Francia e Italia «rechazaron» desde el principio el proyecto alemán, al que se asociaron 17 países europeos. Coincidiendo con la inauguración del Salón Internacional de la Aeronáutico y del Espacio, en Le Bourget, en las afueras de la capital francesa, Macron reunión a última hora de la tarde del lunes a representantes industriales, militares y diplomáticos de toda Europa, para presentar una alternativa muy distinta al proyecto alemán.

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Desde el punto de vista del presidente francés, el proyecto alemán hipoteca la defensa de Europa a la compra de sistemas de armas a los EE.UU. e Israel. «Nosotros, subrayó Macron, estimamos que Europa debe defender su propia soberanía industrial y militar, pilar de una defensa europea, soberana, con armas europeas».

Francia e Italia trabajan, desde hace años, en varios proyectos de defensa común, europea, como los 'Bamba' (Moyen de défense Anti-Missile Balistique et Aérobie). Y esperan conseguir el apoyo de otros países europeos, como Polonia, interesados en echar los cimientos de un modelo defensivo propio.

A juicio de Macron, la guerra en Ucrania hace más urgente que nunca una reflexión común, europea, a corto, medio y largo plazo, aludiendo, sin citarlo, al proyecto de escudo alemán, en términos muy críticos: «Los escudos antimisiles propuestos hasta ahora, no responden completamente a nuestras necesidades. Han sido concebidos con armas no europeas. Nos parecen técnicamente ineficaces: proteger un territorio como el de Israel plantea problemas muy distintos a la protección del continente europeo. Y, además, son estratégicamente ineficaces. Europa debe asumir su propia soberanía».

El escudo antimisiles alemán y el proyecto de defensa propuesto no son incompatibles. Berlín y París considera que se trata de proyectos «compatibles». Por el contrario, se trata de dos modelos de seguridad y defensa pasablemente «antagónicos».

Primera potencia atómica europea, continental, insiste históricamente en la necesidad de reforzar o construir un pilar europeo de la Alianza Atlántica.

Alemania, por el contrario, nunca ha aceptado las propuestas francesas de poner el arma atómica gala al servicio de la seguridad común europea. Berlín ha preferido el compromiso histórico de los EE.UU.

Tras las diferencias de fondo, en el terreno de la defensa aérea de Europa, Francia y Alemania también están enfrentadas en el terreno no menos sensible del futuro energético nacional y europeo. Berlín descartó la energía nuclear. Francia está reconstruyendo su parque energético atómico.