La Fiscalía de Rumanía imputa al candidato prorruso a presidente tras confiscarle gran cantidad de armas y dinero

En diciembre, el Tribunal Constitucional de Rumanía anuló las elecciones tras las acusaciones de injerencia rusa y las denuncias de promoción «masiva» en las redes sociales de Georgescu, que saltó a la fama prácticamente de la noche a la mañana.

Georgescu ha negado haber cometido delito alguno y ha calificado la anulación de «golpe de Estado formalizado», mientras la Fiscalía investiga presuntos delitos electorales.

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Los cargos que se le imputan a Georgescu incluyen «declaraciones falsas sobre las fuentes de financiación de la campaña electoral y declaraciones de bienes», dijo la Fiscalía en un comunicado, sin nombrarlo.

Una fuente judicial confirmó los cargos contra Calin Georgescu, que ha sido puesto a disposición judicial, lo que significa que tendrá que presentarse periódicamente ante las autoridades.

Otros cargos que se le imputan son «instigación a acciones contra el orden constitucional, en grado de tentativa», «comunicación de informaciones falsas» e «iniciar o constituir una organización fascista, racista o xenófoba, unirse o apoyar, en cualquier forma, a un grupo de este tipo».

A primera hora del miércoles, la Policía detuvo a Georgescu en su coche y lo escoltó hasta la oficina del fiscal general para interrogarlo.

Los fiscales declararon también el miércoles que habían registrado 47 direcciones de personas y asociaciones relacionadas con Georgescu.

Entre ellas se encontraba Horatiu Potra, antiguo miembro de la Legión Extranjera francesa y contratista militar en la República Democrática del Congo, cuya empresa de seguridad proporciona guardaespaldas a Georgescu. Según la Fiscalía, durante la redada se encontró un gran alijo de armas y dinero oculto.

Su equipo de comunicación dijo en un post en las redes sociales que las autoridades habían detenido a Georgescu para interrogarlo el día en que tenía intención de presentar su candidatura para la repetición de las elecciones presidenciales, previstas para mayo.

A su salida de la Fiscalía tras horas de interrogatorio, Georgescu, de 62 años, denunció una «iniciativa desesperada... con la participación de Bruselas».

«No nos arrodillaremos bajo ninguna circunstancia... Estamos en el buen camino», declaró a los periodistas.

Los partidarios de Georgescu se congregaron frente a la fiscalía, algunos con banderas y coreando «traidores», «libertad» y «¡Georgescu, presidente!».

George Simion, el líder del partido de extrema derecha AUR, que también estaba fuera de la oficina del fiscal, pidió a «cada rumano que no se quede de brazos cruzados», sino que proteste contra «el golpe de Estado».

El propietario de X y aliado del presidente estadounidense Donald Trump, Elon Musk, también ha comentado la «detención» de Georgescu, afirmando que «esto es un desastre». Musk ya se había pronunciado anteriormente en apoyo de Georgescu.

La decisión de Rumanía, miembro de la UE y de la OTAN, de anular la votación, poco habitual en la Unión Europea, sumió al país del este de Europa en una crisis, con decenas de miles de personas protestando en concentraciones convocadas por la extrema derecha.

En la primera vuelta del 24 de noviembre, Georgescu quedó primero, pero sin mayoría. Debía enfrentarse a un alcalde centrista pro-UE en una segunda vuelta.

El 4 de mayo se celebrará una nueva primera vuelta de las elecciones presidenciales, con una segunda vuelta el 18 de mayo si ningún candidato obtiene más del 50% de los votos en la primera vuelta.

El primer ministro, Marcel Ciolacu, declaró el miércoles que «las autoridades judiciales tienen el deber de presentar al público pruebas extremadamente sólidas en la investigación en la que, entre decenas de personas, también está implicado un posible candidato a las elecciones de mayo».

Georgescu, admirador en el pasado del presidente ruso Vladímir Putin y crítico con la OTAN, se ha declarado recientemente «ultra pro» Trump.

En las elecciones parlamentarias de diciembre, los partidos de extrema derecha se hicieron con un tercio de los votos, una cifra sin precedentes, debido al creciente enfado por el aumento de la inflación y el temor a la guerra de Rusia en Ucrania, país vecino de Rumanía.