La Fiesta del Trabajo en Francia fue otra nueva protesta contra Macron
El intento de control por la fuerza de los violentos terminó con un policía herido de gravedad con un cóctel molotov y más de setenta detenciones
Escándalo pornográfico en el Gobierno de Macron
Corresponsal en París
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Iniciar sesiónLas 300 manifestaciones de protesta y reivindicaciones, no solo sindicales, del Primero de Mayo en París y en toda Francia terminaron en escenas de violencia nihilista, confirmando unas divisiones sociales muy profundas que corren el riesgo de paralizar de manera duradera cualquier proyecto de Emmanuel Macron. ... Al cierra de esta edición, y según los sindicatos, en Francia se manifestaron el lunes 2,3 millones de personas, mientras que el Ministerio del Interior rebaja la cifra 782.000 manifestantes –en París se contabilizaron 550.000 manifestantes, según los sindicatos, frente a los 112.000 que decía Interior–. Los sindicatos habían anunciado una jornada «histórica», pero, en un país de 68 millones de habitantes, se trata de cifras relativamente modestas. Lo que sí es meridianamente claro es el número de detenidos, cifrado en 291 en toda Francia, así como los 108 gendarmes y opolicías heridos.
Esas cifras, en estado bruto, solo reflejan muy tímidamente una realidad muy dura y 'multicultural'. En la gran manifestación parisina, por ejemplo, desfilaron colectivos muy distintos. Y los cortejos sindicales no siempre eran los más significativos.
En la cabeza del cortejo parisino, como es tradicional, se instalaron grupos violentos que provocaron tensiones a lo largo de todo el recorrido de la manifestación y que culminaron con aparatosas cargas con gases lacrimógenos y cañones de agua. El intento de control por la fuerza de los violentos terminó con un policía herido de gravedad con un cóctel molotov y más de setenta detenciones.
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En varias capitales de provincias se repitió el mismo escenario de violencias, incendios y vandalismo callejero, provocados por grupos nihilistas y violentos, que utilizan las manifestaciones para precipitar enfrentamientos que siempre ganan las fuerzas del orden, con porras, matracas, gases lacrimógenos y cañones de agua.
Cortejo parisino
A lo largo del cortejo parisino, los grandes sindicatos, CFDT, CGT y otros, siguieron denunciando una Ley de Pensiones que ha sido avalada por el Tribunal Constitucional, exigiendo su retirada. Una exigencia que violaría el orden institucional.
Entre los sindicatos, en la marcha parisina se confundían grupúsculos y «familias» de manifestantes de muy distinta procedencia: latinoamericanos izquierdistas que defendían la revolución; movimientos comunistas kurdos pidiendo libertad para su pueblos; grupúsculos ecologistas y anarquistas que utilizaban la fiesta y el folclore para arremeter durante contra Macron… Manifestantes disfrazados de «galos refractarios» denunciaban el comportamiento de César-Macron. Y distribuidores de queso invitaban a los transeúntes a «comer President» (célebre marca de queso) para «derrocar» a un Macron disfrazado de rey condenado a la guillotina.
Una banda de grafiteros anarcos paseaba sus «dibujos» anunciando algo así como el «apocalipsis», encarnado por un Macron que todo lo destruye a su paso. Estudiantes de Ciencias Políticas anunciaban la «llegada inminente» de la VI República, tras el «hundimiento» del presidente…
Ese rosario de protestas paralelas se han venido «mezclando» con los desfiles sindicales contra la reforma de las pensiones. Y son un reflejo bastante pedagógico de varias crisis de fondo. Según un sondeo publicado por el matutino conservador 'Le Figaro', el 70 % de los franceses dicen «comprender y apoyar» las caceroladas con las que son recibidos Macron y sus ministros cuando viajan a provincias.
Los sindicatos, por su parte, confirman su rechazo total de una Ley que ha sido aprobada por el Tribunal Constitucional (TC). Sophie Binet, la nueva secretaria general de la CGT, comentó la jornada de manifestaciones de este modo: «El movimiento contra la reforma de las pensiones sigue en marcha. No pasaremos página hasta que el Gobierno retire una Ley que nadie quiere». Laurent Berger, secretario general saliente de la CFDT, tampoco se da por vencido: «Hay una movilización histórica y la cólera no retrocede».
Élisabeth Borne, jefa de Gobierno, ha invitado a todos los sindicatos a dialogar y negociar cuestiones relacionadas por el poder adquisitivo, los salarios, las condiciones de trabajo, a lo largo de toda esta semana … En principio, casi todos los sindicatos han aceptado la propuesta. Pero no está claro qué pudieran o no aceptar.
La Ley que reforma el sistema nacional de pensiones es intocable, una vez avalada por el Constitucional y Macron espera dividir a los sindicatos y encontrar una puerta de salida a la crisis. Mientras tanto, su primera ministra se vio obligada a retirar, días pasados, por no tener mayoría parlamentaria, otro proyecto de Ley, que debía reforzar la lucha contra la inmigración.
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