El exministro de Defensa surcoreano intenta suicidarse con su propia ropa interior tras ser detenido

Su detención fue motivada por la Fiscalía, tras dimitir de sus funciones, por su inculpación en la relación de sucesos que envolvieron la breve instauración de la ley marcial en el país a principios de mes.

La ley marcial quedó instaurada en Corea del Sur brevemente tras declararla su presidente, Yoon Suk-yeol, el 3 de diciembre. Al Parlamento se enviaron soldados y helicópteros, donde las barricadas improvisadas de los diputados lograron contenerlos. Yoon se vio obligado a revocar el decreto horas después, tras la votación de los legisladores y el fuerte rechazo en las calles.

El ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, dimitió el pasado miércoles y fue arrestado de urgencia este domingo -asegura EFE- por cargos como «ejercer funciones críticas durante una insurrección» y «abuso de autoridad para obstruir el ejercicio de los derechos». Durante una comparecencia parlamentaria, el comisario general del Servicio Penitenciario de Corea, Shin Yong-hae, ha declarado este miércoles que el exministro ha intentado suicidarse minutos antes de que se anunciara formalmente su detención.

Poco antes de medianoche del martes en Seúl, «el ex ministro de Defensa Kim Yong-hyun ha intentado suicidarse en el Centro de Detención Dongbu de la ciudad», ha asegurado Shin. Según el informe al que tuvo acceso tras el incidente, el alto funcionario ha dicho que Kim había intentado suicidarse en el baño utilizando un cordel de su ropa.

«Un miembro del personal de la sala de control intervino y, cuando abrieron la puerta, desistió inmediatamente del intento», ha relatado. También ha aclarado que se encontraba bajo protección en una celda segura y en buen estado de salud.

«Los resultados del examen médico indican que el estado de salud del recluso es bueno, sin ninguna anomalía, y actualmente lleva una vida normal en el centro», ha añadido el Ministerio de Justicia en un comunicado enviado a la AFP.

Kim había presentado sus disculpas el martes, afirmando a través de sus abogados que «toda la responsabilidad de esta situación recae exclusivamente sobre mí».

Pidió «profundas disculpas» al pueblo surcoreano y afirmó que sus subordinados «se limitaban a seguir mis órdenes y a cumplir las tareas que les habían sido asignadas».