Bruselas aprobará racionar un 15% el gas con cesiones a España

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AGENCIAS

El Ministerio alemán de Economía ha criticado el recorte, que la empresa estatal rusa ha justificado por la necesidad de reparar una turbina

En realidad, España se ha quedado prácticamente sola y la vicepresidenta Teresa Ribera tendrá que aceptar la propuesta que han pactado la presidencia checa y una mayoría de países miembros para reducir el 15% del consumo de gas en caso de una interrupción brusca del suministro por parte de Moscú. El cambio más importante introducido se refiere a la necesidad de que la decisión de declarar el estado de emergencia energético que haría obligatorios los recortes de consumo ha de depender en cualquier caso de que sea aprobado por una mayoría cualificada de países en el seno del Consejo y no solo por la Comisión Europea.

A última hora de ayer, los embajadores de los países miembros trabajaban con una propuesta en la que se mantenía el objetivo de recortes del 15% para cumplir con los cálculos de almacenamiento previsto, aunque también establece la posibilidad de que bajo determinadas circunstancias algunos países lo puedan rebajar al 10%, cuando los efectos de eso recortes no sean de utilidad para hacer llegar el gas a los países que más lo necesiten.

Gazprom anunció que a partir del próximo día 27 a las siete de la mañana se reducirá a la mitad el flujo actual a través del gasoducto Nord Stream hasta bajarlo a 33 millones de metros cúbicos diarios. Hace diez días se cortó el suministro de gas, oficialmente por labores de mantenimiento, aunque Alemania -la primera economía de la UE y el principal cliente del gas ruso- teme que sea el prólogo del cierre indefinido.

En esta situación de graves tensiones, «Rusia esta esperando ver fracasar este consejo», declararon fuentes de la presidencia que insisten en que no es una operación para salvar a Alemania sino a la UE en su conjunto. «No se trata de qué país será afectado primero porque si el corte del gas sucede nos afectará a todos». Toda la franja de países miembros desde el Báltico hasta el mar Negro dependen del gas ruso, algunos como Austria de forma especialmente marcada, y muchos no tienen ninguna otra opción porque carecen de salida al mar.