Estrechos aliados de Trump culpan a Biden por el intento de asesinato

El senador J.D. Vance, uno de los aspirantes a la vicepresidencia con Trump, dijo en la red social X: «El de hoy no es un incidente aislado. La premisa central de la campaña de Biden es que el presidente Donald Trump es un fascista autoritario que debe ser detenido a toda costa. Esa retórica llevó directamente al intento de asesinato del presidente Trump». Vance hizo esos comentarios apenas dos horas después del tiroteo, cuando el FBI aún no había confirmado que se trataba de un intento de asesinato.

Otro aliado de Trump, el representante de Luisiana Steve Scalise, denunció que «durante semanas, los líderes demócratas han estado alimentando una histeria ridícula porque la reelección de Donald Trump significaría el fin de la democracia en EE.UU. Claramente, hemos visto a lunáticos de la extrema izquierda actuar sobre una retórica violenta en el pasado». Scalise, quien también fue víctima de un tiroteo en 2017, agregó: «Esta retórica incendiaria debe parar».

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El agresor, sin embargo, un hombre de 20 años llamado Thomas Matthew Crooks, estaba registrado como republicano y no hay evidencias, hasta la mañana de este domingo, de que militara en grupos de extrema izquierda o simpatizara con Biden o los demócratas. El FBI está investigando sus motivos y anunciará más detalles este mismo domingo.

Una decena de republicanos culpó a Biden directamente. Denunciaron especialmente que en una llamada con donantes durante un acto de campaña a principios de semana, el presidente Biden dijera que Trump debe estar en «la mirilla». Biden, sometido a duras críticas por su mal desempeño en el debate presidencial, dijo: «Basta de hablar del debate, hay que tener a Trump en la mirilla».

Una de las propuestas de Biden, que no ha conseguido aprobar por la oposición republicana en el Capitolio, es la limitación en la adquisición y tenencia de rifles de asalto como el que usó el agresor de Trump. Este tenía un arma tipo AR, de uso militar y civil, que se ha utilizado en numerosos tiroteos masivos en EE.UU. El presidente ha dicho que quiere prohibir las armas de asalto, los cargadores de alta capacidad y pedir verificaciones de antecedentes para todas las ventas de armas. Trump se opone a esas limitaciones.

Desde 2017, el año en que Trump llegó al poder, y siguiendo con Biden, se han duplicado las víctimas en asesinatos masivos, pasando de 347 en 2017 a 656 el año pasado. Cada año, en delitos y accidentes, mueren 20.000 personas en EE.UU. por armas de fuego, sin contar los suicidios, que superan los 27.000. La mayoría de los estados tiene leyes que facilitan sobremanera la compra y tenencia de armas, incluso las de grado militar.

Biden, en un breve discurso, dijo que la nación debe unirse para combatir de forma conjunta cualquier tipo de violencia política. El presidente declaró que «el mitin de Trump debería haberse llevado a cabo pacíficamente, sin ningún problema. La idea de que haya violencia política o violencia en América como esta es inaudita. Simplemente no es apropiado. Todos, todos, deben condenarla».

Este tipo de agresiones no son insólitas. El tiroteo de 2017 contra Scalise ocurrió durante una práctica de béisbol del Congreso en Alexandria, Virginia. El atacante, James T. Hodgkinson, abrió fuego contra los legisladores republicanos que estaban practicando para un partido de beneficencia. En 2011, la Casa Blanca recibió disparos durante el mandato de Obama. En 1981, Ronald Reagan fue disparado a la puerta de un hotel en Washington. Varios presidentes, el último John F. Kennedy en 1963, han muerto a tiros.