Estados Unidos da crédito a la autoría de Daesh en el atentado de Moscú

Moscú desoyó la alerta y acusó a Washington de intentar desestabilizar e intimidar a su país

EE.UU. y Reino Unido advirtieron a Rusia hace dos semanas de un inminente ataque terrorista

Putin apunta a Ucrania como cómplice del atentado en la sala Crocus City Hall

Los forenses trasladan los cadáveres de las víctimas del atentado de Moscú efe

David Alandete

Corresponsal en Washington

El Gobierno de EE.UU. informó a principios de marzo a Rusia de una inminente amenaza de ataque terrorista por parte de grupos islámicos, gracias a una serie de interceptaciones realizadas a integrantes del grupo Estado Islámico Jorasán, que opera desde Afganistán. Es más, ... la diplomacia norteamericana llegó a emitir una alerta pública por medio de su embajada en Moscú alertando a cualquier estadounidense en Rusia que extremara la precaución contra ataques, y recomendaba específicamente evitar aglomeraciones y conciertos.

La reacción rusa fue de escepticismo. Según informa la agencia Tass, el 19 de marzo el presidente ruso condenó lo que en su opinión fueron «afirmaciones provocadoras de una serie de funcionarios en las estructuras de poder occidentales». «Todo esto se asemeja bastante a un chantaje descarado y a la intención de intimidar y desestabilizar nuestra sociedad», añadió Putin.

El ataque del viernes contra una sala de conciertos en Moscú -precisamente de lo que EE.UU. había advertido- fue reivindicado por el Estado Islámico. La Inteligencia de EE.UU. cree que esa reivindicación es válida, según han informado a los medios funcionarios estadounidenses entre el viernes, día del ataque, y este sábado. Sin embargo, en un discurso a la nación, Putin ha querido apuntar a Ucrania como instigador o colaborador necesario del atentado. Los canales habituales de la propaganda rusa, los medios estatales RT y Sputnik, ya recogen todo tipo de teorías conspirativas sobre colaboración entre la Inteligencia ucraniana y estadounidense con los terroristas islamistas.

De hecho, según funcionarios estadounidenses, a principios de año EE.UU. detectó dos amenazas inminentes por parte de los yihadistas del Estado Islámico: contra Irán y contra Rusia. Ambos son aliados decisivos del régimen de Bachar el Asad en Siria, que ganó una guerra civil imponiéndose a opositores legítimamente reconocidos por los aliados occidentales y a milicias islámicas que entraron en el país desde Irak.

En el caso iraní, el régimen de los ayatolás desoyó las advertencias estadounidenses. Como resultado, en enero un ataque islamista en unos actos de conmemoración de los cuatro años de la muerte del general Qassem Soleimani provocaron alrededor de un centenar de fallecidos y más de 200 heridos.

La Inteligencia estadounidense detectó el año pasado que el Estado Islámico se está reagrupando en Afganistán tras una decisiva pérdida de terreno y de poder en Siria e Irak. En ambos casos, la intervención de Irán y Rusia ha sido decisiva en expulsar a los yihadistas hacia el este. Un funcionario estadounidense dijo ayer en conversación con periodistas que «el Daesh lleva meses tratando de golpear a Rusia».

Un viejo conocido

El Estado Islámico Jorasán golpeó a EE.UU. en agosto de 2021, al atentar contra el aeropuerto de Kabul durante las operaciones de evacuación lideradas por EE.UU. y sus aliados, tras la toma de la ciudad por los talibanes. El saldo fue devastador: murieron al menos 170 civiles afganos y 13 miembros del servicio uniformado estadounidense. Además, hubo cientos de heridos, incluyendo ciudadanos afganos y personal militar extranjero.

Ese grupo yihadista es también responsable de algunos de los peores ataques terroristas en Europa. Entre los más mortíferos se encuentran el asalto en París en noviembre de 2015, con 130 muertos tras ataques simultáneos, incluido el teatro Bataclan; los atentados en Bruselas en marzo de 2016, que dejaron 32 fallecidos en el aeropuerto y una estación de metro; y el ataque en Niza en julio de 2016, donde un camión embistió a la multitud celebrando el Día de la Bastilla, con decenas de muertos.

El 7 de marzo, la embajada de EE.UU. en Moscú lanzó su alerta, en la que afirmó públicamente: «La embajada está siguiendo informes que indican que extremistas tienen planes inminentes de atacar grandes reuniones en Moscú, incluyendo conciertos, y se debe aconsejar a ciudadanos estadounidenses que eviten grandes aglomeraciones». Varios portavoces rusos acusaron a EE.UU. de amenazar e intimidar a Rusia y su seguridad nacional con semejante alerta.

Lo cierto es que Washington alertó a Moscú por varias vías, públicas y privadas, aun a pesar de que las relaciones entre ambos están en su peor momento desde la caída de la URSS por la invasión rusa de Ucrania. EE.UU. ha brindado apoyo económico y militar a sus socios ucranianos. Ambas potencias siguen teniendo relaciones diplomáticas a pesar de las tensiones crecientes.

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