¿Qué es el Estado Islámico de Jorasán, autor de la masacre de Moscú?

El grupo yihadista, también conocido como ISIS-K nació en Afganistán y está obsesionado por vengarse por el trato que da Rusia a los musulmanes

La Inteligencia estadounidense confirma que la rama afgana de Daesh está detrás del atentado en Irán

Imágenes de los horrores en Moscú publicadas por Estado Islámico de Jorasán Vídeo: ABC Multimedia

Estado Islámico de Jorasán, más conocido por las siglas ISIS-K, sigue siendo el principal sospechoso de la matanza llevada a cabo el pasado viernes en la sala de conciertos de Moscú, que dejó 137 muertos. Aunque el Kremlin se niega a confirmar aún ... su autoría -con el pretexto de que aún no terminó la investigación-, la Inteligencia de Estados Unidos y de otros aliados da por válidas las pruebas que ha obtenido, en particular la reivindicación y vídeos subidos a las redes sociales por ISIS-K.

El grupo es una de las ramas más radicales y de métodos más brutales de Estado Islámico (Daesh por sus siglas en árabe), que llegó a constituir un 'califato' durante la pasada década en partes de Irak y de Siria con capital en Raqqa, antes de ser derrotado por una coalición internacional dirigida por Estados Unidos. ISIS-K aspira por su parte a crear un estado islámico radical en Afganistán, Pakistán, Irán, y en las antiguas repúblicas soviéticas de mayoría musulmana (Turkmenistán, Tayikistán y Uzbekistán). Su modelo social y político es la interpretación radical de la Sharía, la ley islámica, con una fórmula más radical que la que impera entre los talibanes o los ayatolás persas.

ISIS-K surgió a finales de 2014 en el este de Afganistán. En 2018 decayó y estuvo a punto de desaparecer, por la acción contraterrorista de las fuerzas norteamericanas primero y después las talibanas. Pero según los informes de Inteligencia ha vuelto a remontar, ante la perspectiva de la salida de las tropas norteamericanas de Irak después de haber sido expulsadas de Afganistán.

La estrategia yihadista de Estado Islámico de Jorasán se ha centrado en los últimos tiempos en los atentados terroristas en Irán (dos ataques a principios de año con bombas, 100 muertos civiles) y en Kabul. El régimen integrista iraní es chií, una rama herética para el ultra suní ISIS-K. Y los talibanes, suníes, son rivales porque no aspiran como ellos al 'califato mundial'. En la capital afgana atacaron en 2021 a las fuerzas norteamericanas en el aeropuerto (13 militares muertos) y en 2022 llevaron a cabo un ataque suicida en la embajada rusa de Kabul.

Oriente Próximo

Hoy ISIS-K se siente ya con fuerzas para atacar fuera de Oriente Próximo. A principios de este mes, el jefe del Comando Central de EE.UU., el general Michael Kurilla, informó en el Congreso de Washington de que Estado Islámico de Jorasán contaba ya con la capacidad de atacar en Europa y en Asia.

El primer objetivo parece haber sido, según todos los indicios, el corazón de Moscú. En varios comunicados, los yihadistas de Estado Islámico han dado a entender su especial fijación por el régimen ruso, al que acusan de llevar a cabo desde hace muchos años una «política antimusulmana». Lo que entienden como defensa de la umma, la comunidad musulmana, justifica para ellos el uso del terrorismo en el marco de una yihad o guerra santa. Para el salafismo armado, lo que está en juego reviste dimensiones casi apocalípticas: es la lucha del islam contra «la alianza de césares y zares», según reza un documento firmado por clérigos radicales wahabíes.

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