La estabilidad de Francia queda en manos de Marine Le Pen tras la moción de censura contra el Gobierno de Bayrou

Tras la declaración de política general, la tarde del martes, en la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento Nacional, 42 diputados de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), 9 diputados comunistas y 7 diputados ecologistas presentaron una moción de censura que tiene una primera gran ventaja para Bayrou y su Gobierno: divide a las izquierdas, dejando al descubierto su minoría, fragmentada en capillas cainitas.

Previsiblemente, la moción de censura será votada la tarde de este jueves por los 71 diputados de LFI, cuya dirección está enfrentada con la dirección del PS (66 diputados), dividido entre partidarios y adversarios de la censura. Incluso si la totalidad del grupo ecologista votase la censura (38 diputados), la división de las izquierdas agrava su minoría relativa.

Noticia Relacionada

El incremento de la violencia sacude una Francia en crisis política

Juan Pedro Quiñonero

En Francia se cometieron el año pasado 1.186 homicidios, un incremento del 28% en los últimos doce meses

La Asamblea Nacional (AN) tiene 577 diputados. Son necesarios 289 votos a favor de la censura, para poder provocar la caída de un gobierno. Salvo sorpresas poco probables, los partidarios de la estabilidad y continuidad del gobierno de Bayrou son mucho más numerosos.

Aritméticamente, el primer ministro cuenta con el apoyo de tres partidos centristas, Juntos por la República (93 diputados), Horizontes (34 diputados) y Los Demócratas (36 diputados). Ese es el núcleo duro que apoya a Emmanuel Macron, presidente, y a su Jefe de Gobierno: 163 diputados, insuficientes para gobernar en solitario, pero suficientes para «resistir».

En esa ocasión, el Gobierno de Bayrou también cuenta con el apoyo decisivo del partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional (AN, extrema derecha).

En su discurso de política general, el martes, Bayrou, hizo un «gesto» capital hacia Le Pen: anuncio el posible cambio de modelo electoral. El modelo histórico del régimen, mayoritario a dos vueltas, lamina a las minorías y favorece a las mayorías. Con ese modelo, Le Pen está hoy al frente del primer partido de Francia. Bayrou propone sustituirlo por un modelo «proporcional». Con ese nuevo modelo, el partido de Le Pen podría conquistar el poder, incluso gobernar en solitario.

Hecha esa concesión, los portavoces de Marine Le Pen no se privaron de criticar las «insuficiencias» del gobierno de Bayrou, pero confirmaron la gran noticia: «Nuestro partido no votará la censura en esta ocasión, a la espera de acontecimientos».

Contra los 170 ó 180 diputados teóricamente prestos a votar la censura. Bayrou tendrá el apoyo de 163 diputados centristas, 47 diputados de derecha tradicional y 124 diputados de extrema derecha… una posible mayoría de más de 300 diputados.

Salvo sorpresa espectacular, el gobierno de François Bayrou, el cuarto gobierno de Emmanuel Macron en un año, podrá comenzar a trabajar y preparar los presupuestos del Estado, que se encuentran en un estado catastrófico, para Francia y para la zona euro. La negociación de esos presupuestos, durante las próximas semanas, provocará nuevas tensiones, con el partido de Le Pen convertido en árbitro de la estabilidad política nacional.

El mes de noviembre pasado, la Fiscalía del Tribunal de París pidió cinco años de inhabilitación y otros cinco de cárcel para Marine Le Pen, presuntamente culpable de los delitos de «abuso de confianza», «ocultación y abuso de poder», «utilización de documentos falsos» y «estafa cometida en banda organizada» contra el Parlamento Europeo. El Tribunal de París debe confirmar, matizar o rechazar el mes de marzo que viene esa petición de la Fiscalía, agravando el rosario de crisis donde Francia está caída de hinojos.