El espíritu de Mahsa Amini sigue vivo en Irán un año después de su muerte a manos de la Policía de la moral

La muerte de la joven bajo custodia policial provocó protestas en todo el país bajo el lema 'Mujeres, vida, libertad'

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Diez meses después de la muerte de Mahsa Amini, la Policía de la Moral iraní regresa a las calles

Una mujer sostiene un retrato de Mahsa Amini, la joven que murió a manos de la Policía de la moral AFP

Mikel Ayestaran

Corresponsal en Estambul

Un año después de su muerte a manos de la Policía de la moral, el espíritu de Mahsa Amini sigue vivo en Irán. Las calles del Kurdistán fueron las primeras en movilizarse para recordar a la joven y se produjeron protestas en Mariwan y ... Kermanshah. Las fuerzas de seguridad disolvieron las movilizaciones a tiros, según denunció la organización de derechos humanos Hengaw. El punto de mayor tensión es el cementerio de Saqqez, donde se encuentra enterrada Amini, que está tomado por la Policía en este primer aniversario, tal y como muestran diferentes imágenes compartidas en redes sociales. En palabras del periodista iraní Khoros Kalbasi, «el régimen ha impuesto una especie de ley marcial en el Kurdistán con el envío de un importante refuerzo de militares».

Amini tenía 23 años y hace un año viajó de su Saqqez natal a Teherán para una visita. Cuando paseaba por las calles de la capital fue detenida por la Policía de la moral, dedicada a vigilar el código de vestimenta entre las mujeres. El uso de hijab es obligatorio en Irán desde el triunfo de la revolución islámica y patrullas especiales se encargan de velar por esta norma que es una de las líneas rojas para los ayatolás. A las pocas horas de la detención, la joven fue ingresada en un hospital, donde certificaron su fallecimiento.

La versión oficial defiende que la muerte «no fue causada por ningún golpe en la cabeza ni en las extremidades», sino que estaría relacionada con «una intervención quirúrgica por una lesión cerebral a la edad de 8 años» que habría sufrido la joven. La familia nunca ha aceptado esta versión, el padre reveló que el cuerpo presentaba contusiones y repitió que su hija estaba en «perfecto estado de salud».

Esa muerte fue la chispa que hizo estallar la mayor revuelta social desde el triunfo de la revolución islámica. El movimiento de protesta se extendió por todas las ciudades bajo el lema de 'Mujeres, vida, libertad' y los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad dejaron cientos de muertos y miles de detenidos, según la denuncia de diferentes organizaciones humanitarias. Con el paso de los meses las protestas se fueron espaciando, pero el malestar no ha desaparecido y por primera vez en 44 años en las calles de las ciudades del país se pueden mujeres que desafían la norma y no se cubren.

Detenciones y ejecuciones

Las autoridades no quieren que se repitan las protestas y, además de reforzar la presencia policial, en los últimos meses han llevado a cabo varios juicios y ejecutado a personas detenidas durante las manifestaciones. Las periodistas que primero informaron del caso no se han librado de la persecución y están acusadas de «colaborar con el gobierno hostil de los Estados Unidos, confabularse para cometer delitos contra la seguridad nacional y realizar actividades de propaganda contra el régimen», acusaciones que pueden acarrear la pena capital en la república islámica. Se trata de las reporteras Niloofar Hamidi, de 29 años y redactora del diario Shargh y Elaheh Mohammadi, de 30 años y redactora del diario HamMihan.

En un reciente balance de la situación en Irán, Amnistía Internacional (AI) recordó que «al menos siete personas han sido condenadas a muerte en relación con las protestas y hay muchas más que también están en riesgo de ser condenadas a dicha pena. Las autoridades han vulnerado los derechos de estas personas a un juicio justo y han sometido a muchas de ellas a tortura y otros malos tratos, tales como flagelaciones, descargas eléctricas, amenazas de muerte y violencia sexual».

Nueva ley y más castigos

La gravedad de las protestas reabrió el debate sobre la obligatoriedad del velo, pero el núcleo duro del régimen no quiere cambios y por ello el parlamento analiza una ley que incrementaría los castigos a las mujeres que no lo usen y los negocios que frecuentan. Este proyecto de ley pide establecer multas y sentencias de cárcel para aquellas que sean sorprendidas sin el velo.

Las autoridades no quieren que se repitan las protestas, por lo que en los últimos meses han llevado a cabo varios juicios y ejecutado a personas detenidas

Con motivo de este primer aniversario la Misión Internacional Independiente de Investigación establecida por la ONU emitió un comunicado en el que recogió que «el acoso estatal a mujeres y niñas va en aumento. Las autoridades están exacerbando las medidas punitivas contra quienes ejercen sus derechos fundamentales, incluida la libertad de religión, la libertad de expresión y la libertad de reunión pacífica». El organismo internacional concluye que el régimen «respondió a las protestas con fuerza innecesaria y desproporcionada, arrestos y detenciones arbitrarias, juicios injustos, ejecuciones extrajudiciales y acoso a familiares de víctimas, que continúa hasta el día de hoy».

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