¿A qué espera el Ejército israelí para su gran ofensiva en el sur de Gaza?
Los mandos afirman que será «pronto» pero antes desplazarán a zonas seguras a centenares de miles de civiles palestinos
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A mediados del pasado mes de febrero, el miembro del Gabinete de guerra israelí Benny Gantz anunció que la ofensiva contra Rafah, en el sur de Gaza y último bastión que controla Hamás, sería el 10 de marzo «si antes no han sido ... liberados todos los rehenes». Ha pasado la emblemática fecha de apertura del Ramadán, el mes de ayuno musulmán, y nada aparentemente se mueve en el frente de guerra, más allá de operaciones puntuales.
¿Ha cedido finalmente Netanyahu a la presión de la Administración Biden, y habrá tregua humanitaria? Nada en las declaraciones del gobierno parece indicarlo, al contrario: se insiste en que la guerra llegará hasta el final, hasta la «aniquilación de Hamás».
La Prensa israelí, sin embargo, destaca que en esta fase del conflicto el Ejército (las Fuerzas de Defensa de Israel, FDI) está tomando más protagonismo, también político. Una observación que 'The Times of Israel' vincula al prestigio que los militares están ganando entre la población israelí frente a la caída en picado en los sondeos del Gobierno de derecha y ultraderecha de Netanyahu.
No se ha descartado, sin embargo, la ofensiva militar contra Rafah, donde se hacinan millón y medio de civiles palestinos. El ataque, en palabras del ministro de Defensa, Yoav Gallant, será además «pronto». Pero no tendrá lugar hasta que las FDI lleven a cabo una operación de realojo de «una proporción de los civiles de Rafah en zonas seguras del centro de la Franja de Gaza, donde tendrán alojamiento, víveres y medicinas», según ha declarado a la prensa israelí el portavoz del ejército, el almirante Daniel Hagari.
Tampoco hay fecha para esa gran operación, en la que estará implicado Egipto. Lo que significa que parte de la población civil de Rafah será invitada a pasar al otro lado de la frontera, donde El Cairo lleva tiempo amurallando terreno para futuros campamentos de refugiados. La idea de trasladar parte del problema palestino a su territorio en el Sinaí no entusiasma al régimen egipcio, profundamente anti-Hamás, pero esto es la realpolitik.
Un dato significativo, que recoge la prensa israelí: el movimiento radical Hamás cuenta aún con cuatro batallones de milicianos, fuertemente armados y entrenados, en la zona de Rafah. Es decir, unos 4.000 hombres, dispuestos a morir matando y que utilizan a la población civil como escudo humano.
No hay fecha para la operación de realojo de civiles de Rafah, en Gaza o en Egipto, tampoco para la intervención militar -aunque es de suponer que no será a gran escala durante este mes de Ramadán, que despierta un fervor especial en todo el mundo del islam-, y tampoco sobre la estrategia a seguir. Podría ser una ofensiva a gran escala, por aire y por tierra, que puede resultar muy cruenta. O una guerra con «objetivos localizados», más dilatada pero menos impopular a los ojos de la comunidad internacional, que es lo que aconseja a Israel el Pentágono.
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