Eslovaquia acusa a técnicos rusos de sabotear sus aviones MiG-29
Ucrania ha renunciado a ellos porque, tras una primera inspección, ha concluido que no son operativos
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Con su entrega de aviones de combate MiG-29 a Ucrania, el Gobierno eslovaco se sumaba a Polonia en la presión sobre otros socios occidentales, fundamentalmente Estados Unido y Alemania, que por el momento rechazan este tipo de entregas a Kiev. Pero la que debía ... constituir una ayuda fundamental al Ejército ucraniano ha terminado siendo un fiasco. Ucrania ha renunciado a los aviones porque, tras una primera inspección, ha concluido que no son operativos. Los cazas Mig-29 son aviones bimotores de fabricación soviética que formaban parte del Ejército eslovaco como legado de la división de Checoslovaquia en 1993. el Ministerio de Defensa de Bratislava acusa de su falta de operatividad a los técnicos rusos que se han estado ocupando de su mantenimiento hasta hace un año y que podrían haberlos saboteado.
El ministro de Defensa eslovaco, Jaroslav Naď, ha explicado que «los ucranianos llegaron a Eslovaquia una semana antes de su partida, trajeron repuestos e inspeccionaron los aviones». Durante esa inspección fueron detectados los problemas y Nad ha sugerido que «las fallas pueden haber sido causadas intencionadamente por técnicos rusos que estuvieron presentes en la base aérea de Slia».
El teniente general Ubomír Svoboda, expiloto de más alto rango, ha respaldado la tesis de que fueron los técnicos rusos quienes dañaron intencionalmente los aviones. «Nos hicimos cargo de un motor de ellos que se suponía que duraría 350 horas. Y al final, solo voló 70 horas. ¿Qué podemos hacer con eso? Tal vez hubo mala mano de obra, digámoslo así. No lo sé», ha declarado a Denník N. «La Policía lo está investigando en base a nuestras sospechas», ha asegurado el ministro, «había partes en los motores de la aeronave a las que accedían los técnicos eslovacos y luego había partes a las que sólo accedían los técnicos rusos... y los defectos han aparecido sólo en aquellas partes a las que accedieron los rusos». Si bien la investigación no ha llegado a probar la intención, el Ministerio de Defensa «sintió una pérdida de confianza en los técnicos rusos en Sliač porque seguían apareciendo errores en lugares a los que solo ellos podían acceder», agregó el ministro.
El Ejército eslovaco tiene un total de 14 cazas MiG-29 que no se utilizaban desde el verano pasado, debido a la falta de mantenimiento por finalización de la colaboración con el contratista ruso que se ocupaba de ellos. Estaba prevista su operatividad hasta 2024, cuando serían relevados por un pedido de F-16. El MiG-29 fue la respuesta rusa al estadounidense F-16 y su diseño, pensado para aportar agilidad en el combate aéreo pero con una autonomía reducida por debajo de los mil kilómetros, data de los años setenta. Entraron en servicio en 1982.
Ni modernos ni polivalentes
El portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuri Ignat, ya se había quejado tras el anuncio de su envío debido a que, en su opinión, no eran aviones lo suficientemente modernos y polivalentes. «Fortalecerán un poco las capacidades de combate, pero no cuentan con estación de radar a bordo ni pueden almacenar misiles modernos», había dicho, «se necesitan muchas modificaciones, principalmente las armas y el radar». Ignat no ha ocultado que lo que Ucrania necesita no son estos viejos aviones rusos, sino los F-15 y F-16 estadounidenses, o sus homólogos europeos: los Tornado alemanes o los suecos Gripen.
El asunto ha levantado, por lo demás, una dura reacción de la oposición eslovaca, especialmente del partido Smer-SD del ex primer ministro Robert Fico, que primero criticó al Gobierno por renunciar a valiosos aviones y ahora ridiculiza la entrega de aviones inservibles. Se trata además de una cuestión que ha tensado al máximo las relaciones de Eslovaquia con su antigua matriz soviética, Rusia.
El Ejército eslovaco tiene un total de 14 cazas MiG-29 que no se utilizaban desde el verano pasado, debido a la falta de mantenimiento
La embajada rusa en Bratislava había declarado en tono de amenaza que la entrega de aviones de combate a Ucrania había llevado a «una escalada impredecible y peligrosa del conflicto, por la cual los iniciadores de las decisiones tomadas serán responsables». El Parlamento eslovaco, en consecuencia, había aprobado una resolución de condena a la invasión de Ucrania en el que reconoce a Rusia como «Estado terrorista» y acusa al Kremlin de «ataques indiscriminados contra la población civil y la estructura energética».