Erika López Prater, la profesora de arte expulsada de la universidad por mostrar una imagen de Mahoma

Según recoge 'The New York Times', López Prater había querido 'ampliar el temario' y salirse de las representaciones occidentales, así que consideró oportuno mostrar 'Un compendio de crónicas', una de las primeras recopilaciones de historias islámicas ilustradas, escrita por Rashid-al-Din en el siglo XIV. En la pintura, que otros medios han decidido reproducir con el rostro de Mahoma pixelado, aparece el arcángel Gabriel señalando al profeta y haciéndole la primera revelación coránica.

Fue justo después de que la clase finalizara cuando empezaron a surgir los problemas. Aram Wedatalla, una estudiante de último curso, expresó su malestar y decidió quejarse a la administración exigiendo que se tomaran medidas contra López Prater. Se unieron a ella otros alumnos musulmanes de la universidad que afirmaron que la clase había sido un «ataque a su religión», que considera que las imágenes, así como las estatuas, fomentan la idolatría.

Para los musulmanes, en este tipo de imágenes no se veneraría al verdadero Dios, sino una mera representación. Eso es precisamente lo que intentaba explicar Erika López Prater, que después de la ilustración de Rashid-al-Din, enseñó una pintura en la que el rostro de Mahoma aparece oculto tras un velo. Pero su intento de salirse del canon occidental ha tenido el efecto contrario al buscado.

Cuando acabó la clase, la maestra decidió acudir a la jefa del departamento, Allison Baker, que la tranquilizó: «Creo en la libertad académica, así que tienes todo mi apoyo». Sin embargo, la alumna Wedatalla, que es de origen sudanés, además es la presidenta de la Asociación de Estudiantes Musulmanes de la universidad, manifestó enérgicamente su queja ante el profesorado universitario e incluso le concedieron una entrevista en el periódico académico. Nunca aclaró por qué no había verbalizado su descontento ante el plan de estudios de la asignatura, cuando la propia profesora les dio la oportunidad.

«Esto no puede ser real. Como musulmana y negra, siento que no pertenezco a una comunidad en la que no me valoran como miembro, y no muestran el mismo respeto que yo muestro»

Aram Wedatalla

estudiante musulmana en la Universidad de Hamline

«Esto no puede ser real. Como musulmana y negra, siento que no pertenezco a una comunidad en la que no me valoran como miembro, y no muestran el mismo respeto que yo muestro», clamó en la mencionada entrevista.

López Prater había recibido el apoyo de su jefa de departamento, pero la directora de la universidad tuvo una reacción muy distinta, tras las declaraciones de la alumna sudanesa. «Debería haber reemplazado la libertad académica. Mirar una imagen del profeta Mahoma, para muchos musulmanes, va en contra de su fe. Era importante que se sintieran seguros, apoyados y respetados dentro y fuera de nuestras aulas», refirió Fayneese S. Miller, al frente de la Universidad de Hamline.

La ONG estadounidense por la defensa de la libertad de expresión, PEN, lo ha llamado «una de las violaciones más atroces de la libertad de cátedra en la memoria reciente». Estados Unidos debate con intensidad sobre el hecho de que Erika López Prater no vaya a pisar el claustro de Hamline el próximo semestre.