Erdogan liga ahora la adhesión de Suecia a la OTAN a la de Turquía en la UE

Protagoniza un giro en las negociaciones con una demanda difícil de aceptar en Bruselas

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El presidente turco Recep Tayyip Erdogan con el secretario general de la OTAN, Stoltenberg y primer ministro sueco, Ulf Kristersson EP // vídeo: atlas

Esteban Villarejo

Enviado especial a Vilna (Lituania)

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se está revelando como el gran estratega-negociador de los actuales líderes mundiales. Ni Biden, ni Macron, ni Scholz.

A su mediación en la guerra de Ucrania entre Putin (al que apoyó contra Prigozhin) y Zelenski ( ... al que apoyó en su adhesión en la OTAN), el presidente turco sumó otro inicio de Cumbre de la Alianza Atlántica como absoluto protagonista.

Como ya hiciera en Madrid el pasado año, cuando anunció que levantaba un primer veto a la entrada de Suecia y Finlandia tras una reunión a cuatro bandas con Stoltenberg incluido (se perdieron hasta la cena en el Palacio Real), Erdogan volvió a levantar el veto a Suecia con la condición de que la Unión Europea retome las negociaciones para que Turquía sea miembro del club comunitario. Casi nada.

Se trata de una apuesta turca de primer nivel -¿órdago o chantaje?- dada la sensibilidad creciente en países europeos como Francia, Alemania, Italia o Países Bajos con toda la cuestión multicultural, islámica o migratoria... o las tres mezcladas a la vez. Una Turquía cada vez más islamista y con 85 millones de habitantes sería una cuestión nada fácil de digerir en el laberinto europeo actual.

«Allanemos primero el camino a Turquía en la UE y después allanaremos el camino para Suecia, igual que hicimos con Finlandia», sostuvo Erdogan antes de embarcar en su avión oficial para acudir a la Cumbre de la OTAN de Vilna, que se celebra este martes y miércoles a apenas 30 kilómetros de Bielorrusia y a 160 del enclave ruso de Kaliningrado.

Finlandia, que se convirtió oficialmente en el 31º país de la OTAN el 4 de abril, debe respirar aliviada al conocer la última exigencia turca. Ankara lleva un año bloqueando la entrada a Suecia al entender que continúa albergando a responsables de grupos designados por Turquía como organizaciones terroristas, como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

En el camino, Suecia ha querido dar muestras de ser un buen alumno: ha aprobado una enmienda constitucional que permite introducir leyes antiterroristas más duras, ha extraditado al activista kurdo Mahmut Tat o su Tribunal Supremo ha aprobado otra extradición de un simpatizante del PKK condenado por tráfico de drogas en Turquía y que fue arrestado en agosto en Suecia.

CUMBRE DE LA OTAN EN VILNA

El anuncio turco resonó en Vilna y Bruselas. En el primer escenario encontró la lógica comprensión del secretario general de la OTAN aunque con la lógica sorpresa: «Apoyo las ambiciones de Turquía de convertirse en miembro de la Unión Europea. Al mismo tiempo, debemos recordar que lo que acordamos en Madrid fue una lista específica de condiciones que Suecia debe cumplir para ser miembro de pleno derecho de la Alianza. Y Suecia ha cumplido estas condiciones. Eso ha pasado, entonces se trata de fortalecer la cooperación entre Turquía y Suecia en la lucha contra el terrorismo», explicó Stoltenberg quien recordó, en rueda de prensa con el anfitrión lituano, que «Suecia también ha enmendado su constitución y fortalecido las leyes antiterroristas y está haciendo un seguimiento para abordar las preocupaciones legítimas de seguridad de Turquía».

En el segundo escenario, la Comisión Europea no tardó en responder al presidente turco que el proceso de adhesión a la Unión Europea depende de los «méritos» de cada país candidato y no de procesos «separados»: «Son dos procesos que tienen lugar en paralelo. La ampliación de la OTAN y la entrada de nuevos miembros, por una vía, y, en un proceso separado, el de adhesión a la Unión Europea. Son procesos separados», zanjó la portavoz Dana Spinant.

En el caso de la entrada en la Unión Europea, la portavoz comunitaria enfatizó que se trata de un proceso «muy estructurado» con los pasos «muy claros» que deben recorrer los países aspirantes sin que su consecución se pueda ligar «a otros procedimientos».

Respuesta de la Comisión Europea

El canciller alemán, Olaf Scholz, también rechazó la demanda de Erdogan: «Esa es una pregunta que no está relacionada con el otro tema y, por lo tanto, creo que no debe verse como un asunto relacionado», dijo en Berlín antes de acudir a la Cumbre de la OTAN.

La historia de Turquía y su pasión europea viene de lejos, justo un año después de la entrada de España y Portugal. Fue el 14 de abril de 1987 cuando el primer ministro Turgut Özal defendió su petición de membresía en Bruselas si bien tuvo que esperar hasta 1999 para que se le diera el estatus de país candidato y hasta 2005 para el inicio de conversaciones.

De hecho, el Parlamento Europeo abogó en junio de 2022 por mantener congeladas las negociaciones alegando falta de compromiso de Ankara con las reformas europeas los derechos fundamentales, además de la «brecha persistente» con el bloque en lo relativo a valores y estándares democráticos.

Con estos mimbres, y como sucediera en Madrid, el secretario de la OTAN se ha encerrado con Erdogan y el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, en la jornada previa a la Cumbre para intentar buscar una salida a esta 'crisis de membresía'. Stoltenberg incluso se mostró optimista para que aún se pueda incluir a Suecia como miembro de pleno derecho en esta misma cita lituana.

De todos modos, Suecia está invitada en Vilna a participar en la reunión formal del Consejo del Atlántico Norte que dirimirá el futuro de la Alianza. Aunque sin capacidad de veto, obviamente.

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