El empuje republicano disputa Nueva York, baluarte demócrata
elecciones legislativas en ee.uu.
Pesos pesados demócratas en este estado clave ven peligrar su escaño, un síntoma de la situación en todo el país
El partido en el poder centra ahora su mensaje en la seguridad y la economía, y no en cuestiones raciales y de género
Trump y Biden reeditan su enfrentamiento en las 'midterms'
Todas las claves para entender las 'Midterms', las decisivas elecciones de mitad de mandato de EE.UU.
Corresponsal en Nueva York
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Iniciar sesión«Va a ser un cambio monumental», pronostica sobre las elecciones Mark Lawler, el republicano que busca un billete al Congreso para representar al distrito 17º de Nueva York en la Cámara de Representantes. El candidato hace un alto en el ajetreo de la ... recta final de la campaña para atender a ABC y explicar una de las grandes claves de las elecciones legislativas de este martes en EE.UU.: el deterioro de los demócratas en bastiones como en el que él compite, que podría provocar un vuelco en el Congreso.
Lawler debería tenerlo todo en su contra en esta cita con las urnas. Es un joven de 36, con solo dos años de experiencia en la asamblea legislativa estatal, que se enfrenta a un peso pesado del partido demócrata: Sean Maloney, diputado en la Cámara de Representantes del Congreso desde hace una década y presidente del poderoso Comité de Campaña para el Congreso (DCCC, en sus siglas en inglés), el organismo encargado de repartir fondos y reclutar candidatos en todo el país.
El distrito por el que compiten, al norte de la ciudad de Nueva York, en las dos orillas del río Hudson, a medio camino entre la campiña bucólica, el suburbio de la gran ciudad y la región industrial, es demócrata. No tanto como la mayor urbe de EE.UU. y sus suburbios más inmediatos, pero de aquí no ha salido un diputado republicano para el Congreso desde comienzos de la década de 1980.
La inflación y la inseguridad frenan la reacción en las urnas a la sentencia del Supremo sobre aborto
Javier AnsorenaLos demócratas recortaron distancia en las encuestas y muchos confiaban en que estos asuntos les ayudarían a conservar sus mayorías exiguas en el Congreso
El enfrentamiento entre Maloney y Lawler es uno de esos que pasaría desapercibido en cualquier elección, un distrito que todo el mundo sabe que caerá del lado demócrata y que no requiere de grandes esfuerzos de campaña.
Todo eso es diferente este año y este enclave de Nueva York es el síntoma de las penurias que pueden pasar los demócratas este martes: todo apunta a que perderán su mayoría en la Cámara de Representantes –la cuestión es determinar cómo de dura será la derrota– y las perspectivas para conservar el Senado empeoran con el paso de la campaña.
'En el aire'
Las alarmas sonaron en el partido demócrata cuando el mes pasado Cook Political Report, una de las principales organizaciones de análisis electoral, calificó al distrito 17º de 'en el aire', después de haber favorecido a los demócratas durante toda la campaña.
«Yo sabía que este distrito no sería fácil para los demócratas desde el principio», asegura Lawler. «Joe Biden ganó aquí por diez puntos», dice sobre la victoria del actual presidente en las presidenciales de 2020. «Pero el 50% de los hogares tienen a un miembro que forma parte de las fuerzas de seguridad, de los servicios de emergencia, del cuerpo de bomberos o veterano del Ejército», explica.
Es una referencia a uno de los asuntos que han dominado la campaña, aquí y en buena parte del país: el aumento de la inseguridad. Los crímenes violentos se han disparado desde la pandemia, los neoyorquinos están asustados ante los casos de agresiones en el metro. A eso se une los llamamientos al recorte de la financiación de la Policía –o incluso su 'abolición'– por parte de algunos demócratas en la resaca de la muerte de George Floyd en 2020 y las reformas en la flexibilización de la fianza a criminales. «Los votantes están cansados de políticas 'woke' que hacen más inseguras sus comunidades», dice Lawler. El resultado: el mensaje 'los demócratas son blandos con el crimen' es demoledor.
A ello se le une, también como en el resto del país, la situación económica, la inflación disparada que sienten los estadounidenses cada día. «Los votantes aquí están centrados al máximo en esos dos temas: economía y seguridad», asegura Lawler. «Los demócratas han apostado demasiado fuerte a otros, como el aborto».
Podría ser el caso de otra elección donde el campanazo republicano sería todavía mayor: la de gobernador de Nueva York. Ha estado en manos demócratas desde 2006, tras la retirada de George Pataki. La favorita es la actual gobernadora, Kathy Hochul, que sucedió a Andrew Cuomo el año pasado, acosado por escándalos de agresiones sexuales.
Reducir las distancias
Hochul todavía manda en las encuestas, pero por una diferencia mucho menor de lo que se esperaba. En verano, llegó a obtener una distancia de 18 puntos frente a su rival republicano, Lee Zeldin, un diputado en el Congreso al que nunca se le dieron posibilidades reales.
Como con el Maloney-Lawler, eso ha cambiado. Los sondeos colocan ahora a Zeldin a un puñado de puntos de Hochul, que se ha centrado en atacarle por su postura restrictiva sobre aborto y por su cercanía a Donald Trump.
Esa estrategia no ha funcionado y en las últimas semanas Hochul ha buscado pivotar su mensaje hacia la seguridad –ha ordenado la presencia de más policías en los servicios de transporte– y la economía.
Habrá que ver si no ocurre demasiado tarde. La debilidad de los candidatos demócratas ha provocado que, contra lo que ocurre en estas elecciones, Nueva York se haya convertido en un frente importante de campaña.
La debilidad de los candidatos demócratas ha provocado que Nueva York se haya convertido en un frente importante de campaña
En el último mes, el presidente Joe Biden ha venido dos veces a hacer apariciones de campaña, las dos en distritos al norte de Nueva York, como el de Lawler, en disputa. Este domingo mismo regresó aquí en apoyo de Hochul. Pero también han aparecido otros pesos pesados del partido, como Hillary Clinton o Kamala Harris. Incluso Jill Biden, la primera dama, ha viajado a Nueva York para ayudar a recaudar fondos. Es difícil saber si Biden –con el índice de popularidad hundido–, Harris –cuyo paso por la vicepresidencia solo la ha hecho más impopular– o Clinton –candidata perdedora en las presidenciales de 2016– servirán para levantar los ánimos en Nueva York.
«Los neoyorquinos han visto cuál es el resultado de estar bajo el control de un partido único», dice Lawler sobre los demócratas. Para un ciudadano de este estado, el presidente, las dos cámaras del Congreso, su gobernador, sus órganos legislativos estatales y el alcalde de su mayor ciudad están en manos demócratas. «Está todo hecho un desastre y la gente quiere cambio».
No es algo único de Nueva York. Los demócratas también están en peligro en otros de sus bastiones, en estados tan liberales como Oregón, Washington, Rhode Island o California. Las urnas decidirán si resisten el embate republicano este año.
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