El emisario de Salvini que contactó con diplomáticos rusos también lo hizo con la embajada china

Hoy se hacen nuevas revelaciones. El periódico Domani desvela el origen de los 'documentos de inteligencia' visionados por la Stampa, sobre las conversaciones entre el asesor de Salvini, el abogado Antonio Capuano, con diplomáticos rusos. «Son interceptaciones al teléfono de Capuano por parte de los servicios secretos (AISI), realizadas tras la segunda visita del consejero de relaciones internacionales de Salvini a la embajada rusa». Los agentes de inteligencia querían saber si había riesgos para la seguridad nacional detrás de las actividades de Capuano. Esas conversaciones interceptadas fueron pasadas a La Stampa por una fuente interna de los servicios secretos, según el diario Domani.

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Ángel Gómez Fuentes

Los servicios de inteligencia revelan que un alto funcionario de la embajada rusa contactó con un asesor de Salvini, líder de la Liga, para preguntar si sus ministros iban a retirarse del Ejecutivo

El riesgo de la injerencia rusa en la política italiana ha sido manifestado en un documento enviado por el presidente del COPASIR, Adolfo Urso, senador de Fratelli d'Italia, a los presidentes de Cámara y Senado, hace dos semanas, antes de la dimisión de Draghi. Así lo revela el diario Il Foglio, destacando que la alarma por las supuestas injerencias suena aún más fuerte en estas horas, tras los nuevos detalles sobre las sombras rusas detrás de la crisis de Gobierno y la caída de Draghi. Además, el documento del senador Urso enviado a los presidentes de las Cámaras hace referencia a una resolución aprobada por el Parlamento Europeo, el 9 de marzo, sobre la injerencia extranjera en la vida política de los países de la UE. Il Foglio recuerda que en el informe aprobado en Estrasburgo sobre la injerencia extranjera en la vida política de otros países también se mencionaba la relación de algunos partidos europeos con Rusia, en particular Rusia Unida, el partido de Vladímir Putin. En este contexto, se incluyen los famosos «acuerdos de cooperación» entre el partido de Moscú y la Liga de Salvini. El próximo miércoles será escuchada en el COPASIR la jefa de servicios secretos, Elisabetta Belloni.

Hoy el diario turinés aporta nuevos datos sobre el caso. Afirma que en los contactos que Capuano mantuvo la noche del 27 de mayo con la embajada rusa no sólo fue informado del plan trazado por los rusos para Salvini en Moscú (un almuerzo con el ministro de exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y una reunión con el expresidente de la Federación Rusa y exprimer ministro, Dimitri Medvedev, feroz crítico de Occidente), ambos para el 31 de mayo, sino que el consejero de Salvini pidió algo más. Según La Stampa, Capuano intentó el máximo golpe de efecto de la planeada visita de Salvini a Moscú: «Además, Capuano también planteó el deseo de una reunión de Salvini con el presidente Putin, siempre el 31 de mayo», se indica en los documentos visionados por La Stampa. El plan de la visita se frustró, porque se proyectó a espaldas del Gobierno Draghi y por el escándalo suscitado en Italia por un viaje considerado surrealista e inconcebible.

De Matteo Salvini son conocidas sus particulares relaciones con Moscú y su admiración por Putin ( de él afirmó que «es uno de los mejores hombres de gobierno de la Tierra»; «si tuviéramos en Italia un Putin, estaríamos seguramente mejor»), pero además ha intentado también acercarse a China. Es decir, dos países que no pertenecen al sistema tradicional italiano de alianzas europeas y atlánticas. La Stampa destaca hoy que «en abril de 2022, Capuano -asesor de Salvini en relaciones internacionales- se habría entrevistado con el jefe de la sección política de la embajada china en Italia, Zhang Yanyu, precisamente para informarle sobre una misión planeada por el líder de la Liga en Moscú del 3 al 7 de mayo, con el objetivo de reunirse con las instituciones rusas, el ministro de Asuntos Exteriores y el presidente». En su misión en la embajada de China como asesor del líder de la Liga, Capuano «pidió al diplomático chino la posibilidad de organizar, antes de su regreso de Rusia a Italia, una reunión en Pekín con el ministro chino de Exteriores, Wang Yi».

En medio de esta tormenta política, aparece también el nombre del líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, cuya amistad con el presidente Putin viene de lejos. Berlusconi se alineó con Salvini en la caída de Draghi, lo que ha motivado el abandono de importantes figuras del partido, entre ellas los tres ministros de Forza. Italia en el Gobierno. El diario La República informa hoy que Berlusconi

Habló con el embajador ruso en Roma, Serguei Razov, resumiendo así a sus allegados el contenido de su conversación: «Me ha explicado la verdad sobre la guerra. Ucrania quería atacar a Rusia». La Repubblica destaca que «en las horas previas al voto de confianza en el Senado, votación que enviaría a casa al gobierno de Draghi, Silvio Berlusconi estaba hablando por teléfono con el embajador ruso Razov en Italia. A sus ministros de Forza Italia, en aquellos momentos de tensión de la vida política italiana, Il Cavaliere explicó que Razov le decía que 'fue Ucrania la que causó veinte mil víctimas en las zonas en disputa, y que la invasión era necesaria porque el riesgo era que Ucrania atacara a Rusia'».

El tema de la política exterior italiana se ha convertido así en un tema muy candente en la campaña electoral, con una polémica que crea un grave problema a la Liga, salpicando también a sus socios de coalición, Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni y Forza Italia liderada por Silvio Berlusconi. Todas las encuestas dan como probable ganador el próximo 25 de septiembre a la derecha y a Fratelli d'Italia como primer partido. De ahí que Giorgia Meloni intente desmarcarse de las ideas de Salvini en política exterior. Meloni, que ha hecho en los últimos tiempos gran esfuerzo para acreditarse como una política atlantista -aun estando en la oposición al Gobierno Draghi le ha apoyado en el envío de armas a Ucrania-, ha querido destacar su atlantismo en medio de la tormenta política suscitada por su socio de coalición: «Reiteramos que seremos garantes inequívocos de la posición italiana y del apoyo absoluto a la heroica batalla del pueblo ucraniano. Una Italia liderada por la Fratelli d'Italia y el centroderecha será fiable en los organismos internacionales». Estas palabras de Meloni son un claro mensaje dirigido a Estados Unidos y la OTAN, y por supuesto a la Unión Europea, aunque con Bruselas las relaciones de Fratelli d'Italia son tensas.

En definitiva, Meloni se aprovecha de los graves errores en política exterior por parte de su aliado Salvini. Para ratificar su atlantismo con hechos y no solo con palabras, Giorgia Meloni, apoya una clarificación del Rusia-gate en el Parlamento, como han hecho otros destacados líderes de partido. Por ejemplo, el secretario del Partido Democrático, ha pedido una reunión del Comité Parlamentario para la Seguridad de la República (COPASIR), porque «queremos saber si ha sido Putin el que derribó al Gobierno Draghi». La respuesta del jefe del Grupo parlamentario de Fratelli d'Italia en la Cámara, Francesco Lollobrigida, político de máxima confianza de Meloni (está casado con la hermana de la líder del partido) ha manifestado que «la solicitud que hacen los partidos para verificar (la supuesta injerencia rusa) es legítima».

Cabe recordar, como síntesis del terremoto que sacude a la política italiana, que la bomba que ha hecho estallar el Rusiagate la lanzó ayer La Stampa. El diario turinés reveló, tras visionar «documentos de los servicios de inteligencia», que a finales de mayo, un importante funcionario de la embajada rusa en Roma, Oleg Kostyukov, el número dos de la misión diplomática rusa, preguntó a un emisario de Salvini, su consejero para las relaciones internacionales, el abogado Antonio Capuano, si los tres ministros de la Liga en el Ejecutivo estaban «dispuestos a renunciar al Gobierno Draghi», para, sustancialmente, dejarlo caer, dejando así constancia de un interés fáctico de Moscú en la «desestabilización» de Italia, subraya La Stampa, citando los documentos de los servicios de inteligencia. La gravedad de la conversación, con la pregunta sobre la disponibilidad de los tres ministros de la liga para dimitir, es evidente si tenemos en cuenta que el encuentro entre Capuano, asesor de Salvini, y el número dos de la embajada rusa Kostyukov se produce a finales de mayo, el día 27, cuando la posibilidad de la caída del Gobierno Draghi no está en el debate de ningún partido político; sin embargo, los rusos ya indagan y preguntan por el asunto. Estas revelaciones de La Stampa las firma el periodista Iacopo Iacobini, un experto en las relaciones de Rusia con Italia, con diversas exclusivas sobre el papel ruso en el país transalpino y autor de un libro titulado «Oligarcas. Cómo los amigos de Putin están comprado Italia».

Las informaciones de la supuesta injerencia no han sido desmentidas, sobre el fondo de la cuestión, por ninguno de los directamente involucrados. El responsable de los servicios de inteligencia, Franco Gabrielli, doce horas después de que hubiera aparecido la noticia en la Stampa, desmintió la «atribución» de la información a los Servicios. Pero el diario turinés reitera que «los detalles sobre los encuentros y las conversaciones entre Kostyukov y Capuano, el asesor de Salvini, están contenidos en documentos informales de síntesis del trabajo de los servicios de inteligencia comunicado en su día a competentes niveles institucionales».

La Stampa, en un comentario editorial de su director, Massimo Giannini, confirma «la existencia de una relación particular entre el Kremlin y la Liga, que ofrecen una nueva luz sobre la caída de Draghi. Evidencian por primera vez un posible nexo causal entre el apoyo diplomático de Putin al 'viaje de paz` de Salvini a Moscú (después abortado ante el escándalo que ocasionó su plan) y el retiro de los ministros liguistas del Gobierno. Somos conscientes de la enorme relevancia política de estos hechos -añade el director de La Stampa-. Por esto, frente a las reacciones indignadas y desmentidos y desmentidos obvios, confirmamos todo lo que hemos publicado». Dirigiéndose a Salvini, que calificó las revelaciones de La Stampa como 'fake news', el director del diario turinés afirma que «sobre el Russia-gate, la Liga tiene mucho que aclarar y nosotros no tenemos nada que explicar: producimos periodismo, no fake news».