Trump intenta invalidar el resultado electoral con un torrente de demandas

El presidente logra un recuento manual en Georgia y confía en que nuevas denuncias en Míchigan y Pensilvania anulen la victoria de Biden

Donald Trump, bajo la lluvia durante una ceremonia en el cementerio de Arlington Reuters

El tiempo se le agota, pero Donald Trump no tira, ni mucho menos, la toalla. Va a agotar todas las horas que queden hasta que los resultados de las elecciones sean inapelables. En Pensilvania , el estado que le dio la victoria a ... Joe Biden , sus abogados han presentado una denuncia para impugnar los resultados, alegando injerencias para dificultar el voto a los republicanos. En Míchigan , otro estado disputado, han recurrido a los tribunales con diversas denuncias de fraude. Y en Georgia , que ha anunciado que hará un recuento manual de sus cinco millones de votos, han hecho públicos obituarios de personas que supuestamente votaron en las elecciones de la semana pasada.

A Trump se le ve molesto . Ayer reapareció, tras días sin agenda pública, para un solemne homenaje a los caídos por la patria ante la tumba del soldado desconocido en el cementerio de Arlington , a las afueras de Washington. En contra de lo que ha hecho durante sus casi cuatro años en la presidencia, no hizo declaraciones a la prensa, no respondió a preguntas, no dijo nada de nada. Su enfado es patente, y se traduce en un tenso silencio mientras los juzgados deciden la suerte de sus demandas, que no es que sea muy prometedora. De momento, ya han sido desestimadas la mayoría de sus denuncias.

En el acto de ayer, a Trump le acompañó su mujer, el vicepresidente y el grueso de su gobierno, incluido el nuevo secretario de Defensa en funciones, tras el despido el lunes del anterior, por Twitter.

La gran duda es cuánto tardará el presidente en ceder. Aunque su familia y algunos republicanos le jalean en público, gran parte de su equipo ya admite la derrota en privado. Por las tardes, el presidente suele reunir a su equipo en la Casa Blanca, pide detalles de las demandas y da instrucciones. Recluido, sólo se comunica con el mundo por medio de Twitter, una red social en la que ha proclamado su victoria y ha denunciado fraude casi a diario. De momento, se niega a firmar los documentos necesarios para facilitar el traspaso de poderes, cortando cualquier comunicación con la campaña del demócrata Joe Biden.

Una pequeña victoria para Trump fue que el gobierno de Georgia aceptara este miércoles un recuento integral de todos los votos. La campaña del presidente lo solicitó tras publicar varios obituarios de personas fallecidas que se supone que votaron en las elecciones. Biden lleva en este estado apenas 14.000 votos de ventaja , y el golpe de perder allí fue especialmente duro para Trump porque se trata de un feudo tradicionalmente muy conservador. El 5 de enero, además, habrá una segunda vuelta en ese estado para decidir los dos escaños del Senado, después de que los aspirantes demócratas tuvieran unos resultados mucho mejores de lo esperado pero no llegara ningún candidato al 50%.

Irregularidades

El drama para Trump es que ganar Georgia no le valdría de nada. A Biden le bastó con hacerse con Pensilvania, un estado en el que la campaña del presidente ha presentado otra demanda alegando que se dio trato preferente a papeletas demócratas en el conteo, sin presentar pruebas concretas de ese trato discriminatorio. Los republicanos han solicitado al estado, controlado por los demócratas, que no certifique los resultados hasta que los juzgados se hayan pronunciado al respecto. Son casi 50.000 votos los que separan al demócrata del presidente.

También presentó la campaña de Trump una demanda en Míchigan citando múltiples testimonios de irregularidades y pucherazo. Esta demanda en concreto incluye declaraciones juradas de testigos que dicen haber visto a funcionarios de la junta electoral procesar votos irregulares y contar otros varias veces. Allí la victoria de Biden es más contundente: 148.000 votos de distancia tiene con respecto al presidente. Muchos votos deberían invalidarse, para que Trump pudiera remontar.

Los subalternos del presidente han estado dando ruedas de prensa presenciales y telefónicas en todo el país los pasados días, para denunciar, reiteradamente, que los medios de comunicación no pueden decidir los resultados de las elecciones y que se deben contar todos los votos legales. Aunque Biden va de camino de tener una distancia total de cinco millones de votos con respecto a Trump, el abogado que coordina la defensa de este último en el recuento, Matthew Morgan, proclamó en una conferencia aquí en Washington el martes: «Estas elecciones no han acabado». Al menos, según los republicanos, hasta que el presidente así lo decida.

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