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Correos, que Trump se niega a financiar, advierte de que no puede garantizar que lleguen los votos

El servicio postal prevé una avalancha de papeletas en los buzones y oficinas por la pandemia de Covid-19

Todo sobre las elecciones en EE.UU. 2020, en el Especial ABC

Una mujer desposita sus cartas en un buzón de Filadelfia REUTERS
Javier Ansorena

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El Servicio Nacional de Correos de EE.UU. (USPS, en sus siglas en inglés) advierte de que no da abasto y de que eso podría tener un impacto devastador en el recuento electoral. En unas cartas enviadas a las autoridades de 46 estados del país -y del distrito de la capital, Washington-, asegura que no puede garantizar que los votos enviados por correo para las elecciones del 3 de noviembre -donde se deciden, entre otras cosas, la reelección de Donald Trump- lleguen a tiempo para ser contabilizados.

El servicio postal prevé una avalancha de papeletas en los buzones y oficinas de correos por la pandemia de Covid-19 y por la decisión de multitud de estados de facilitar el voto por correo para no poner en riesgo la salud de los ciudadanos y mantener su derecho al voto. En algunos estados, esperan que el voto por correo se multiplique por diez.

Trinchera de la campaña

La advertencia de USPS, revelada por «The Washington Post», se produce en un momento en el que el voto por correo se ha convertido en una de las trincheras de la campaña electoral. Trump, que, de momento, va por debajo en las encuestas frente al demócrata Joe Biden, ha repetido hasta la saciedad que el voto por correo es garantía de fraude , aunque no hay evidencias de que sea así. El presidente ha criticado a los estados que han decidido enviar a los ciudadanos las papeletas a sus casas para facilitar el voto y ha defendido que en esas condiciones la elección estará «amañada».

La guerra de Trump contra el voto por correo le ha llevado incluso a presionar para que el servicio postal se quede sin financiación dentro del paquete de ayuda contra la pandemia, dentro de unas negociaciones entre demócratas y republicanos que han naufragado y que han dejado, de momento, a treinta millones de estadounidenses sin ayuda adicional por desempleo.

En las conversaciones, los demócratas han buscado incluir una partida de 3.500 millones de dólares para gastos electorales en los estados, incluido promover el voto por correo, y otros 25.000 millones para financiar el servicio postal en un momento que, ante las restricciones por el coronavirus, es más necesario que nunca.

Los demócratas, aseguró esta semana en una entrevista en el canal Fox Business, «necesitan ese dinero para que funcionen las oficinas de correo y que puedan tramitar esos millones y millones de votos ». El presidente, sin tapujos, aseguró que si los demócratas no logran esas dos partidas «eso significa que no podrá haber voto por correo universal».

Servicio básico

USPS, como es lógico, no solo envía papeletas de elecciones. Millones de estadounidenses dependen de ese servicio para cosas tan críticas como recibir sus medicinas o los choques de la Seguridad Social.

Los demócratas retrataron la intención de Trump como una forma de suprimir un acceso al voto que considera que le perjudica, caiga quien caiga. «Todo el mundo depende del USPS. Los mayores para la seguridad social, los veteranos del ejército para sus recetas médicas y los pequeños negocios para tratar de mantener las puertas abiertas», criticó su antecesor en el cargo, Barack Obama, en un mensaje en Twitter. «No pueden ser un daño colateral para una administración más preocupada por suprime el voto que por suprimir el virus».

Muchos de los afectados para la falta de financiación del servicio de correos -también la gente que vive en comunidades rurales- son votantes republicanos, y los demócratas lo están utilizando para atacar a candidatos al Senado y a la Cámara de Representantes, más allá de Trump.

La propuesta de Trump es una bomba política para sus compañeros de partido. El líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, se posicionó contra el presidente en este asunto, algo raro en un aliado férreo de Trump en el Congreso. «El servicio postal recibirá la financiación que necesita», dijo.

Un retraso generalizado en la recepción de votos por correo podría tener un impacto colosal en estas elecciones. Dieciocho estados del país han expandido el acceso a esta modalidad de voto y casi 180 millones de votantes podrán hacerlo por correo. De ellos, 97 millones recibirán su papeleta en casa sin tener que solicitarlo. En las cartas de USPS a los estados, advertían de que las autoridades tendrían que cambiar los plazos de envío -normalmente, una semana antes de la fecha de las elecciones- para asegurarse de que lleguen a tiempo. Es previsible que los demócratas llamen a sus seguidores a votar lo antes posible por correo, para asegurarse de que la papeleta llega a tiempo.

Después vendrá la otra guerra , todavía más cruenta, la del recuento del 3 de noviembre, en la que también se espera un retraso histórico, con pocas esperanzas de que se conozca el ganador esa misma noche.

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