El Ejército israelí afirma que los cuerpos recuperados de los seis rehenes tenían heridas de bala

Los cadáveres fueron encontrados -y recuperados- en un túnel a 10 metros de profundidad que servía como entrada a un sistema de pasillos subterráneos. En la operación se reportaron también varios cuerpos de combatientes de Hamás. El pasado noviembre, el Ejército israelí realizó en el área una serie de ataques aéreos los cuales, según el Ministerio de Salud de Gaza -controlado por Hamás-, causaron un incendio que liberó gases nocivos en el espacio en el que se hallaban los secuestrados. Israel ha negado estas acusaciones, alegando que las muertes fueron causadas directamente por acción terrorista.

El Gobierno israelí, a su vez, ha sido foco de críticas por parte de familiares de los secuestrados por «anteponer sus intereses políticos sobre las vidas de los rehenes». Maty Dancyg, hijo de Alexander Dancyg, una de las víctimas, criticó de esta manera al primer ministro israelí: «Netanyahu ha elegido abandonar a mi padre y al resto de rehenes para contentar a sus aliados políticos. El karma terminará juzgándole». El primer ministro, por su parte, ha ofrecido su pésame a las familias y ha asegurado que las fuerzas israelíes «seguirán en sus labores de rescate».

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La noticia de la recuperación de los seis nuevos cadáveres ha llevado a varias organizaciones que luchan por la puesta en libertad de los secuestrados a reiterar su posición sobre la necesidad de un acuerdo para lograr este objetivo. El Foro de las Familias de Rehenes y Desaparecidos defendió que «el resto de israelíes en cautiverio solo podrán ser liberados mediante una serie de negociaciones efectivas».

La propuesta de un acuerdo definitivo se posiciona en contra de los planes del ministro de Seguridad Nacional israelí Itamar Ben Gvir y sus aliados. Ben Gvir defendió su postura desde una publicación en su cuenta de X: «El resto de rehenes, vivos o no, deben ser liberados solo mediante intensa presión militar y el cese de ayuda humanitaria a los terroristas y a quienes les apoyan, no mediante acuerdos que nos llevarán a más secuestros y asesinatos en el futuro». Las fuerzas ultraderechistas de Ben Gvir suponen una pieza crucial en el gobierno de coalición de Netanyahu, complicando la llegada a un acuerdo.

La operación de rescate de los cuerpos y las dudas sobre la causa de sus muertes ocurren durante esfuerzos de la Casa Blanca por poner fin al conflicto. Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, abandonó Israel tras intentar impulsar sin éxito un punto de encuentro entre ambas partes en lo que denominó como «posiblemente la última oportunidad de trazar un acuerdo definitivo». Blinken defendió que Israel aprobó la última propuesta por un alto el fuego que había desarrollado, y que estaba a la espera de la respuesta de Hamás. Estas declaraciones, sin embargo, se alejan de las opiniones expresadas por Netanyahu, que declara que negará cualquier acuerdo que no incluya la erradicación completa de la célula terrorista. Hamás, por su parte, criticó a Blinken por acercar demasiado sus propuestas a los intereses israelíes, y le acusó de bloquear el camino hacia la paz.