EE.UU. anuncia nuevas sanciones a quienes hagan negocios con Moscú

Esta es una de las mayores rondas de sanciones aprobadas por EE.UU. y van dirigidas a recortar los apoyos internacionales a socios de Rusia. De los 300 sancionados, cien son empresas y personas de terceros países, como China, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Kirguistán, Moldavia y Singapur. Las sanciones a entidades chinas son relevantes porque el régimen comunista de ese país controla la maquinaria productiva. Son siete empresas de defensa y tecnología convencional y aeroespacial como Poly Technologies Incorporated, Beijing Deepcool Industries Co Ltd, Wuhan Tianyu Information Industry Co Ltd y otras. Buena parte de ellas tiene su sede en Hong Kong.

Las sanciones anunciadas ayer por la Casa Blanca también afectan a la infraestructura financiera de Rusia, en un intento de limitar la cantidad de dinero que fluye dentro y fuera de Rusia. Poco después de que se hicieran públicas las sanciones, la Bolsa de Moscú suspendió las transacciones en dólares y euros para evitar un desplome.

Rusia invadió Ucrania a principios de 2022, y desde entonces los invadidos han aguantado la ofensiva sin perder grandes áreas de terreno, pero recientemente la ofensiva se ha intensificado en la zona fronteriza de la ciudad de Járkov. Las sanciones de EE.UU. y Europa no han provocado un derrumbe precipitado de la economía Rusia, que ha aguantado sobre todo gracias al apoyo apenas disimulado de socios como China o Irán.

Desde el inicio de la agresión en 2022, EE.UU. ha sancionado a más de 4.000 empresas e individuos rusos, en un esfuerzo por cortar el flujo de dinero y armamento hacia Moscú.

El jefe diplomático norteamericano, Antony Blinken, dijo al anunciar las sanciones que estas muy probablemente no sean la últimas. «Seguiremos utilizando todas las herramientas a nuestra disposición para obstaculizar el uso que Rusia hace del sistema financiero internacional para llevar a cabo su guerra, interrumpir las redes de apoyo a la base industrial militar de Rusia y aumentar los costes para Rusia mientras Putin perpetre su agresión contra Ucrania», afirmó al anunciar las sanciones.

Se calcula que estas sanciones afectan a proveedores de material bélico o tecnológico suministrado a Rusia por un monto de unos 100 millones de dólares para su uso en la guerra. Hay otros países como Irán, que han suministrado a Rusia material bélico como drones, que ya están sometidos a sanciones estadounidenses.

El anuncio se produjo poco antes de la llegada del presidente Joe Biden a Italia, donde él y los líderes del G-7 —Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido— están buscando urgentemente ayudar a Ucrania, incluyendo convertir activos rusos congelados en miles de millones de dólares de apoyo para Kiev.

China se mantuvo como aliada de Rusia después de que Putin invadiera Ucrania, y el presidente ruso hasta visitó Pekín en mayo, en una muestra del estrechamiento de los lazos.

En diciembre, la Casa Blanca dijo que empresas y entidades financieras extranjeras podrían ser sancionadas si cooperaban específicamente con el sector de defensa de Rusia. Es un régimen de sanciones que en el pasado Washington ha aplicado a otros adversarios como Cuba, Venezuela o Irán. Es lo que se conoce como sanciones secundarias.

A efectos prácticos, por las restricciones sobre el uso del dólares y el sistema financiero estadounidense las sanciones significan que esas empresas quedarán aisladas internacionalmente, y posiblemente se vean forzadas a cortar lazos con Rusia si quieren seguir en funcionamiento más allá de sus respectivos mercados nacionales.

Además, el paquete apunta a rusos implicados en la transferencia y deportación forzosa de niños ucranianos a Rusia. Cinco personas en Rusia y en la Ucrania ocupada por Rusia fueron sancionadas después