Drones en tiempo de guerra: la respuesta tecnológica de Ucrania
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Nuevas formas de combatir para igualar fuerzas frente a un enemigo muy superior y cubrir los déficits armamentísticos que la ayuda militar de Occidente no termina de solventar
El primer diseño lo trabajamos tal como usted y yo estamos ahora: en una pequeña cafetería, sobre una servilleta de papel. Mi socio esbozó un boceto que fue el génesis de nuestro primer dron espía. Suena surrealista, pero así comenzó todo. Nunca imaginé que a ... mi edad tendría que reinventar mi vida profesional y empezar a producir drones para combatir a Rusia», cuenta Igor Finyak, CEO y cofundador de Skyassist, una de las principales empresas de vehículos no tripulados de Ucrania. Igor era un abogado reputado en Ucrania con inversiones inmobiliarias antes de la invasión rusa. Cuando Rusia invadió Ucrania, dedicó todos sus esfuerzos a ayudar a cientos de miles de compatriotas que huían hacia zonas seguras del país, escapando de la guerra. Fue entonces cuando conoció a quien se convertiría en su socio, un talentoso ingeniero de una ciudad del norte de Ucrania (que prefiere mantener su anonimato para este reportaje) y con quien comenzó la titánica misión de armar al país con un ejército de drones. «Siempre tuvimos claro que teníamos que ofrecer soluciones reales, inmediatas y fiables para nuestras tropas. Desde el momento en que nuestro prototipo de dron fue aprobado por el gobierno, comenzamos su producción en serie. A día de hoy, ya vamos por la tercera evolución y somos capaces de entregar más de mil unidades mensuales, y seguimos ampliando nuestra capacidad de producción. Nuestro dron espía no es el único producto que fabricamos. También producimos una variante kamikaze del mismo modelo y un dron acuático de gran autonomía capaz de llevar una alta carga explosiva», asegura.
Los nuevos amos del cielo: drones en Ucrania
Álvaro Ybarra Zavala | enviado especial al este de UcraniaUcrania se ha visto en la necesidad de buscar nuevas formas de combatir en esta guerra para igualar fuerzas frente a un enemigo ruso muy superior en efectivos y recursos. Ha sido en el sector privado y, concretamente, en el sector tecnológico donde Ucrania ha encontrado ese valor diferencial que le ha permitido hacer daño a Rusia en el frente y cubrir sus grandes déficits armamentísticos que la ayuda militar de Occidente no termina de solventar. «Es el sector privado el que ha dado un paso adelante para cubrir esta necesidad. Sin embargo, no sería justo no señalar la gran ayuda y compromiso que tiene el Gobierno del presidente Zelenski vía los ministerios de Transformación Digital y el de Defensa bajo el paraguas de sus proyectos 'Brave 1', 'Army of Drones' o 'United 24', que han brindado apoyo y financiación a muchos de nosotros en esta carrera armamentística a contrarreloj», afirma Igor Finyak.
A día de hoy, en Ucrania trabajan más de un centenar de nuevas empresas tecnológicas de financiación privada que han nacido como consecuencia de la guerra y que trabajan bajo la coordinación indirecta de estos proyectos patrocinados por el gobierno de Zelenski. El actual Gobierno ucraniano es muy consciente del valor estratégico de este sector para la evolución de la guerra y del valor diferencial que tiene Ucrania frente a Rusia, y que a día de hoy le otorga una ventaja operacional.
Numerosas fuentes del sector tecnológico aseguran que en la futura nueva ley de movilización, el Gobierno está trabajando mucho para optimizar los nuevos recursos humanos que se movilicen en base a su formación tecnológica y ponerlos a disposición de esta industria bajo la supervisión de un nuevo mando militar. «El Gobierno sabe del valor estratégico que tienen muchos de nuestros jóvenes que a día de hoy trabajan en el sector de las tecnologías y tienen muy claro que no pueden ser reclutados como soldados de infantería; sería un desperdicio y un suicidio para nuestras opciones de ganar la guerra. Sé que el Gobierno quiere hacer las cosas bien con la nueva ley de movilización en la que se está trabajando y soy muy optimista al respecto con todos los cambios que se avecinan» dice Igor Finyak.
En Ucrania, prácticamente todo el mundo conoce las principales nuevas empresas tecnológicas que están liderando la nueva guerra de los vehículos no tripulados. Se han convertido en un nuevo fenómeno social que levanta admiración y genera tendencia. Entre las empresas más conocidas, destacan nombres como UKR-Spec System, creadores del temido 'Dron Tiburón', o UA Dynamics, creadora del dron 'Punisher', una alternativa de alta precisión a la artillería de largo alcance o armas de misiles para la destrucción de objetivos enemigos a distancias de 25/30/35/40/45 km. Pero también existe un segundo nivel de empresarios que poco a poco están entrando en el sector y que no son tan conocidos para el público en general. Este es el caso de Myron Barabakh, CEO y fundador de Verpak. Si toca describir a Myron Barabakh, diríamos que es la viva imagen del genial y conocido personaje Sheldon Cooper de la serie estadounidense 'The Big Bang Theory'.
Para que una empresa pueda vender un dron al Estado ucraniano y tenga un uso militar, tiene que pasar unas estrictas medidas de seguridad y homologación
«Tengo una incapacidad innata para comunicar; de hecho, no me gusta y no soy bueno en las relaciones públicas, así que hagamos esto rápido», así de directo nos recibe Myron con una sonrisa de oreja a oreja en mitad de un aeródromo donde prueba su vehículo no tripulado multifuncional de logística militar. Myron Barabakh tiene 30 años y es ingeniero mecánico. El inicio de la invasión rusa le pilló en Alemania, donde trabajaba como ingeniero en una empresa de logística. De inmediato regresó a Ucrania, donde intentó alistarse en el ejército, pero fue rechazado por su «literal incapacidad de disparar o coger un arma», afirma indignado, pero a la vez consciente de sus limitaciones. Tras varios meses como voluntario, recibió una llamada para liderar un proyecto tecnológico que tenía como objetivo la construcción de un vehículo no tripulado de rescate, y hoy, un año y medio más tarde, tiene más de doce unidades desplegadas por el frente de guerra y una nueva ampliación de capital que le permitirá aumentar sus capacidades de producción.
«El dron terrestre que nosotros producimos nació con la voluntad de ser un vehículo de rescate, pero, como ves, sus capacidades son ilimitadas por su estructura modular, y estamos trabajando en varias nuevas adaptaciones para otros usos militares en el campo de batalla. Sin embargo, nos encontramos con nuestro mayor problema: la burocracia administrativa del gobierno para homologar los nuevos productos y autorizar su uso», afirma Myron Barabakh. Para que una empresa pueda vender un dron al Estado ucraniano y tenga un uso militar, tiene que pasar unas estrictas medidas de seguridad y homologación. Cualquier cambio de proveedor, componente o evolución tiene que ser nuevamente comunicado y aprobado por el Gobierno para su uso militar.
Arma fundamental
«Aquí no podéis sacar la cámara y tenéis que dejar el móvil en este punto», nos dice Michael Veselovskyy, CEO y cofundador de Omega Stryke, una de las numerosas empresas que ejercen la estratégica función de 'cocina' para ensamblar drones FPV. El complejo es una especie de 'hub' de pequeñas empresas que trabajan 24/7 como una colonia de hormigas. «Los drones FPV no tienen nada de especial, pero se han convertido en un arma fundamental para nuestras tropas. Lo que hacemos aquí, además de producir nuestros prototipos, es aunar esfuerzos en el ensamblaje de drones FPV y hacerlos llegar a las diferentes brigadas y unidades del ejército ucraniano una vez que sus componentes son aprobados por el Gobierno», nos cuenta. Michael es realista, sabe de la importancia que los drones tienen en el frente, pero también es consciente de que no solo con drones se puede ganar la guerra.
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«Con los drones infringimos muchas bajas y problemas logísticos al enemigo, pero no podemos pensar que los drones sustituirán a la artillería moderna y otro tipo de armas que son claves en esta guerra. Para lograr la victoria necesitamos seguir contando con el apoyo de Occidente y que nos sigan suministrando armas que nosotros no podemos fabricar a día de hoy en Ucrania. Esa ayuda, junto a toda nuestra industria de drones, es la única opción con la que podremos vencer y derrotar a Rusia», asegura Michael.
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