El pulso entre dos modelos económicos, clave en la captación del voto de los indecisos en Argentina

Además de la nueva figura presidencial, los argentinos definirán en esta segunda vuelta electoral cuál será el rumbo económico que tomará el país. Y, en este sentido, los candidatos ofrecen soluciones opuestas. Ambos proponen una salida a la crisis económica actual –es decir: inflación anual de 140% y pobreza del 40%-, pero los caminos que ofrecen son muy distintos.

Una de las principales diferencias entre los programas económicos de Massa y Milei radica en una iniciativa que fue uno de los motores de campaña del economista: la dolarización de Argentina y la desaparición de la moneda nacional, el peso. El líder de La Libertad Avanza, que llegó a referirse a la moneda de su país como «excremento», propone su reemplazo por la moneda estadounidense. Si bien en alguno de los debates se desdijo y se refirió a un «bimonetarismo», en los días previos a la segunda vuelta electoral retomó el concepto original de la dolarización.

Consultados por este punto, los economistas argentinos lo consideran viable, pero no resolutivo. «La dolarización es posible, depende de cómo se implemente, pero no creo que sea una solución para la crisis», dice en dialogo con ABC Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, quien considera además que la devaluación del peso será más abrupta en caso de ganar Milei: «Massa tiene poder para dominar el dólar oficial, mientras que si gana Milei, habrá más demanda de dólares».

Otra de las diferencias entre las propuestas de ambos candidatos a la Casa Rosada –uno de los cuales asumirá la Presidencia argentina el próximo 10 de diciembre– está vinculada con el peso que cada uno otorga al sector público y privado. Mientras que Milei, quien hizo su campaña electoral con una motosierra en la mano que representaba el recorte del gasto estatal, apuesta al cierre de organismos públicos –como el Banco Central, al que propuso «dinamitar»–, escuelas y universidades estatales y hasta los medios de comunicación del Estado, Massa se inclina por un sistema mixto en el que las empresas privadas convivan con las estatales.

En un diálogo con empresarios el pasado jueves, el candidato oficialista consideró que «la apertura indiscriminada de la economía termina con gente en la calle». Un punto en común entre ambos candidatos a la Presidencia es que proponen una reducción impositiva, aunque difieren en la manera de implementarla. «Argentina no puede seguir con este festival de impuestos, pero se cambia con diálogo, no con agravios», apuntó Massa esta semana.

Si en algo coinciden los economistas es en que, más allá de quién resulte el presidente electo hoy, dada las dimensiones de la actual crisis económica, resulta casi ingenuo creer que la solución llegará en el próximo mandato. «La situación financiera es tan grave que cuatro años –lo que dura un mandato presidencial en Argentina– no van a alcanzar», asegura Alejandro Kaplan desde la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas. Mientras que Víctor Beker afirma: «Hay desconfianza con respecto a los dos candidatos».

Por otro lado, tanto para lo que ocurra en el plan económico a partir del lunes poselectoral como para el clima social de aquí a la asunción presidencial –en tres semanas–, resultará fundamental el discurso del presidente electo, ya sea Massa o Milei. Para Sebastián Menescaldi, director asociado de la consultora de economía Ecogo, habrá tres factores influyentes: «La diferencia con la que gane el nuevo presidente, el mensaje que el ganador de la segunda vuelta dé y si hay cooperación en la transición de Alberto Fernández a su sucesor».

El economista asegura, además, que, de convertirse Massa en el nuevo mandatario, es probable que la transición sea más fluida por tratarse de la misma fuerza política. En cambio, de obtener Milei la Casa Rosada, «es posible que él impulse que se desate un caos económico antes de que él asuma y que se venga un periodo tumultuoso en materia económica» en el corto plazo.

Más allá de quién llegue en diciembre a la anhelada Casa Rosada, los argentinos deberán armarse –aún más– de paciencia, dado que las soluciones a la crisis inflacionaria no parecen estar a la vuelta de la esquina. El mismo Milei ha dicho esta semana en una entrevista televisiva que «tarda entre 18 y 24 meses que la inflación desaparezca», mientras que Massa poco ha logrado hacer al respecto desde el Ministerio de Economía.

Algo que es curioso, y que une a ambos candidatos en el misterio, es que ninguno se ha atrevido a decir quién sería el ministro de Economía en caso de ganar. Poco esperanzador se anticipa el escenario en el país del tango, que hoy elige finalmente nuevo presidente.