Las discriminaciones del islam contra la mujer que son peores que el uso del velo
Hay otras más importantes como el repudio de la esposa sin pasar por un juicio civil o la tutela de los hijos para el padre
El divorcio es mucho más sencillo para el varón; este recibe el doble de herencia que la mujer y esta solo puede casarse con un musulmán, no así el hombre
Mujeres durante un rezo en Teherán
Cuarenta días después de la muerte de la joven iraní Mahsa Amini, detenida y asesinada en Teherán por llevar el velo «de modo inapropiado», las protestas y la represión no cesan en todo el país. La magnitud del levantamiento de los iraníes hace preguntarse ... a muchos por la continuidad de la imposición del 'hiyab', el pañuelo que cubre el pelo de la mujer, en los países con regímenes de corte islamista.
El 'caso Amini' ha sido, no obstante, una gota que colma el vaso de muchos otros atropellos del régimen jomeinista contra los derechos humanos. Todos los expertos concluyen, además, que existen otras discriminaciones, inspiradas en el Corán y establecidas por la Sharía, la ley islámica, mucho más graves que el velo para la mujer.
Para empezar las relativas al matrimonio. En los sistemas islámicos, el varón tiene derecho a casarse con hasta cuatro mujeres, y no está obligado a informar a su primera esposa de que tomará una segunda. La mujer solo puede unirse a un hombre, que necesariamente debe ser musulmán, requisito que no se pide al varón. Se sobreentiende que es el hombre el garante de la formación religiosa de los hijos.
El esposo musulmán puede repudiar a cualquiera de sus mujeres si así lo decide en presencia de dos testigos varones. El divorcio es mucho más sencillo para el hombre que para la mujer. Además, y lo que es mucho más lacerante para la madre, en ese caso la tutela de los hijos siempre será para el varón.
En el derecho islámico -en las antípodas del que tiene sus raíces en el cristianismo- el testimonio de un hombre ante el juez vale el de dos mujeres. La regla se aplica también a las herencias: al hijo varón le corresponde el doble que a las hijas.
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Según la Sharía, el esposo tiene una capacidad ilimitada de corregir a su esposa en el seno de la familia, y puede restringir el derecho de la mujer a salir de casa.