Dimite la secretaria de Estado de Desarrollo británica por los recortes de Starmer en ayudas para aumentar el gasto en defensa

La dimisión de Dodds se produce en un contexto de cambios significativos en las prioridades del Gobierno británico, que bajo la dirección del primer ministro elegido en julio, ha decidido reducir la asistencia exterior (ODA, por sus siglas en inglés) de un 0,56% a un 0,3% del PIB. Este drástico recorte es parte de una estrategia más amplia para aumentar el gasto en defensa, con el objetivo de elevar el gasto militar al 2,5% del Producto Interior Bruto (PIB) para 2027 y con la meta en alcanzar un 3% en la siguiente legislatura.

Aunque Dodds reconoció que los tiempos actuales requieren decisiones estratégicas para garantizar la seguridad nacional, expresó su preocupación de que los recortes al presupuesto de ayuda debilitarían la influencia global del Reino Unido y dañarían su reputación moral.

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En una dura carta de dimisión, Dodds abordó de manera directa la necesidad de aumentar el gasto en defensa debido al colapso del orden global posterior a la Segunda Guerra Mundial, citando como amenazas críticas la agresiva política exterior de Rusia y los intentos de China por reformar las normas internacionales. «Indudablemente, el orden global posterior a la guerra ha colapsado. Creo que debemos aumentar el gasto en defensa como resultado; y sé que no hay caminos fáciles para hacerlo», escribió.

Aunque aceptó la necesidad de fortalecer las capacidades militares del país, enfatizó que el enfoque adoptado por el gobierno era erróneo. Estaba dispuesta a aceptar algunos recortes en la ayuda internacional para financiar el aumento del presupuesto militar, pero esperaba que se llevara a cabo una discusión más amplia sobre políticas fiscales, incluidos los impuestos y las reglas de endeudamiento, para garantizar que los recursos necesarios se generaran desde diversas fuentes.

El principal temor de Dodds reside en el impacto que estos recortes tendrán en la capacidad del Reino Unido para mantener sus compromisos de desarrollo global. Advirtió que los recortes probablemente llevarán a una retirada del Reino Unido de varios proyectos e instituciones internacionales, particularmente en regiones donde la presencia británica ha sido un factor estabilizador, como África, el Caribe y los Balcanes Occidentales. «El recorte también probablemente llevará a una retirada del Reino Unido de numerosas naciones de África, el Caribe y los Balcanes Occidentales en un momento en que Rusia ha estado aumentando agresivamente su presencia global», señaló.

También destacó el peligro de que el Reino Unido se vuelva menos relevante en organizaciones multilaterales clave, como el Banco Mundial o el G7, además del riesgo de perder influencia en las negociaciones globales sobre el cambio climático, un área en la que Dodds ha sido una firme defensora de una acción más decidida.

En su carta, Dodds también expresó su escepticismo sobre la promesa de Starmer de mantener el financiamiento para Gaza, Sudán y Ucrania, así como para proyectos clave como las vacunas y la lucha contra el cambio climático, a pesar de los recortes al presupuesto de ayuda. «Será imposible mantener estas prioridades dada la profundidad del recorte; el efecto será mucho mayor de lo que se ha presentado», escribió. Incluso si algunos de los ahorros provenientes de la reducción de los costos de los solicitantes de asilo se reinvirtieran en ayuda, la magnitud de los recortes reducirá finalmente la capacidad del Reino Unido para abordar los problemas globales más urgentes.

Dodds también hizo hincapié en las implicaciones más amplias de la decisión para la reputación internacional del Reino Unido. Advirtió que los recortes dañarán la posición del país en la comunidad internacional, y retrató al Reino Unido como una nación que se retira de sus responsabilidades globales. «En última instancia, estos recortes eliminarán alimentos y atención médica de personas desesperadas, dañando profundamente la reputación del Reino Unido», declaró. La dimisión ya ha generado un debate más amplio sobre el papel del país en el desarrollo internacional, con críticas que acusan al gobierno de seguir el ejemplo de los Estados Unidos.

Aunque la dimisión de Dodds es un movimiento político significativo, también refleja la división ideológica dentro del Partido Laborista. La decisión de Starmer de priorizar el gasto en defensa sobre la ayuda internacional representa una ruptura importante con las políticas de su predecesor, Jeremy Corbyn, bajo cuyo liderazgo el partido había estado firmemente comprometido con aumentar el presupuesto de ayuda del Reino Unido.

Dodds, quien había trabajado estrechamente con el equipo del tesoro de Corbyn, siempre fue una defensora de mantener e incluso ampliar los esfuerzos de ayuda internacional. Sin embargo, su creciente desilusión con el enfoque de Starmer sobre políticas tanto internas como externas finalmente la llevó a tomar la decisión de renunciar.

A pesar de su dimisión, Dodds dejó claro que seguiría apoyando a Starmer en otros temas, y expresó su orgullo por los logros de su liderazgo: «Aunque discrepamos profundamente sobre esta decisión, sigo estando orgullosa de todo lo que has logrado desde que te apoyé para ser líder del Partido Laborista. Te deseo a ti y al Gobierno que lideras mucho éxito para el futuro».

La dimisión ha recibido elogios de figuras de diversos sectores políticos. Andrew Mitchell, exresponsable de desarrollo internacional del Partido Conservador, elogió a Dodds por su postura ejemplar, calificando su dimisión como la decisión correcta. «Anneliese ha hecho lo correcto. Las acciones vergonzosas y cínicas del Partido Laborista deshonran su reputación mientras equilibran las cuentas a expensas de los más pobres del mundo», dijo, y habló de «vergüenza para ellos y felicitaciones a una política de principios y decencia».

Para el Partido Laborista, la dimisión de Dodds representa un momento crucial en la lucha interna por el rumbo del partido. Mientras Starmer intenta posicionarse como un líder capaz de atraer tanto al centro como a la izquierda, este episodio pone de manifiesto la creciente tensión entre los compromisos tradicionales del partido con la justicia social y el enfoque más pragmático, centrado en la seguridad, que Starmer ha adoptado en respuesta a la invasión rusa de Ucrania y otros desafíos globales. La decisión de recortar el presupuesto de ayuda, junto con el aumento del gasto militar, sin duda continuará generando debate dentro del partido y más allá, mientras los responsables políticos y los activistas luchan con las implicaciones morales y prácticas de estas elecciones estratégicas.

En sus últimas palabras, Dodds expresó su esperanza de que el Gobierno reconsiderara su enfoque, instando a Starmer y a su Gabinete a explorar otras formas de financiar el gasto en defensa sin sacrificar los compromisos de desarrollo del país. «Incluso un 3% puede ser sólo el comienzo, y será imposible generar los recursos sustanciales necesarios sólo mediante recortes tácticos al gasto público», escribió.