ANÁLISIS

El difícil camino para encontrar un punto final en Gaza

Todos los acuerdos de alto el fuego pactados entre Israel y Hamás en Gaza desde la operación Plomo Fundido de 2008 han sido paréntesis hasta que ha estallado la siguiente crisis

Netanyahu: «No habrá un alto el fuego en Gaza hasta que Hamás sea destruido»

Destrucción en Gaza EP

Mikel Ayestaran

Corresponsal en Estambul

Todos los acuerdos de alto el fuego pactados entre Israel y Hamás en Gaza desde la operación Plomo Fundido de 2008 han sido complejos y esta vez lo será muchísimo más porque estamos ante un nivel de muerte y destrucción nunca antes visto. Desde ... el pasado 7 de octubre ambas partes sólo han cedido una semana de tregua, el resto de los ocho meses han mantenido posturas inflexibles en la negociación.

Joe Biden movió ficha el viernes al hacer público en un discurso a la nación un plan en tres fases que, según dijo, había sido aprobado por Israel. El presidente estadounidense, debilitado por la poca influencia que ha tenido en Israel hasta el momento, puso la pelota en el tejado de Hamás y los islamistas respondieron a los pocos minutos diciendo que les parecía «positivo», no podía ser menos porque el plan expuesto por Biden es similar al que ellos ya aceptaron hace un par de semanas. Los islamistas aceptarían, por tanto, volver a la mesa de negociación con esta hoja de ruta que contempla lo que para ellos es una línea roja: el alto el fuego permanente.

La respuesta de Israel causó sorpresa porque Benjamin Netanyahu, a través de X, respondió al discurso de Biden dejando bien claro que sus condiciones para terminar la guerra no han cambiado. Los israelíes exigen «la destrucción de las capacidades militares y políticas de Hamás, la liberación de los rehenes y garantizar que Gaza no será nunca más una amenaza para Israel». Netanyahu insistió en que nunca aceptará un alto el fuego permanente antes de que se cumplan estas condiciones.

La hoja de ruta hecha pública por Washington es el último intento de Biden por impulsar los contactos que lleven a un alto el fuego. Es un punto de inicio para que arranque una negociación para la que Netanyahu ha dado luz verde, al mismo tiempo que sus hombres refuerzan las operaciones en Rafah y otros puntos de Gaza.

Netanyahu se debate entre la presión externa de Washington y la interna de unos socios de gobierno ultranacionalistas que amenazan con dejar el Ejecutivo si detiene la guerra. El Ejército de Israel ha matado a más de 36.000 personas y arrasado Gaza, pero ha sido incapaz en estos meses de liberar a los rehenes, cazar a los cerebros del 7 de octubre y acabar con Hamás. Cada vez que las tropas se retiran de una posición, los milicianos vuelven a resurgir desde los túneles. Exjefes del Ejército metidos a políticos como Benny Gantz y Gaby Eisenkot reclaman a Netanyahu un plan para el día después, un plan para conocer las alternativas a Hamás. Netanyahu hasta ahora no ha presentado ninguno.

Todos los acuerdos de alto el fuego pactados entre Israel y Hamás en Gaza desde la operación Plomo Fundido de 2008 han sido un paréntesis hasta que ha estallado la siguiente crisis. La siguiente siempre era más sangrienta que la anterior. Esta vez ambas partes desean que esta negociación sea un punto y final y eso son palabras mayores en Oriente Próximo porque la única solución posible para una paz duradera es política, no militar.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios