El día que Putin envió a los mercenarios de Wagner a proteger a Maduro
La cancillería de Caracas ha condenado a los paramilitares rusos y ha mostrado su apoyo al Kremlin
El general 'Armagedón' Surovikin conocía el plan de rebelión del Grupo Wagner contra Moscú
Corresponsal en Caracas
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Iniciar sesiónLa cancillería bolivariana de Caracas envió este fin de semana pasado un comunicado en el que condenó a los mercenarios de Wagner por su revuelta armada y muestra su apoyo al Kremlin mientras intenta ocultar que los paramilitares del 'chef de Putín' son ... los mismos que ha enviado el mandatario ruso para la protección y seguridad de Nicolás Maduro.
En su comunicado, el Gobierno de Maduro condenó «enérgicamente la amenaza irracional del grupo Wagner y de su dirigente Yevgueni Prigozhin de promover una insurrección armada en la Federación de Rusia, a través de métodos terroristas».
El Gobierno chavista rechazó «cualquier cambio de poder o sublevación armada por vía violenta e inconstitucional, así como el uso de fuerzas externas que apuestan a una guerra civil, atentando contra la soberanía y autodeterminación de los Pueblos, vulnerando la estabilidad política y la paz social de la Federación de Rusia», además de respaldar a Vladimir Putin.
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Antes de mayo de 2018 Putin envió a Venezuela la primera avanzada de 60 militares rusos para ocuparse de la seguridad de Maduro a raíz de su reelección presidencial, que no ha sido reconocida por la oposición ni gran parte de la comunidad internacional. La relación se inició con Hugo Chávez.
La presencia de los mercenarios de Wagner sumarían al final unos 400 individuos, que se ocuparían de entrenar a los venezolanos, hacer mantenimiento al armamento ruso, y proporcionar seguridad y protección a Maduro y a las empresas rusas que se han instalado en el sur del país para extraer oro y minerales en el Arco Minero y el petróleo.
El régimen chavista justificó el desembarco de los mercenarios para proteger a Maduro porque la oposición venezolana había instalado el gobierno interino de Juan Guaidó el 5 de enero de 2019 y había que «blindar» la seguridad con los rusos.
En la firma de los acuerdos bilaterales Vladímir Putin amarraba los convenios con el suministro de personal militar técnico específico para ocuparse del armamento y los aviones, y el de seguridad con los miembros de Wagner a quienes Maduro debía contratar por ser una contratista privada, pagando una factura de protección altísima, que se mantiene bajo el manto del secretismo.
Si el contratista Prigozhin paga entre 1.500 y 3.000 dólares a sus mercenarios entonces debe facturar el doble o el triple a su cliente para ofrecer seguridad privada. Maduro no ha revelado cuánto cuesta su seguridad. El ejército de mercenarios cuenta con 25.000 o 55.000 hombres, según oscile su relación con Putin.
Los 400 mercenarios -que podrían haber llegado en los aviones rusos que envió Putin en 2019-, serían miembros del Grupo Wagner, una controvertida empresa de seguridad privada con vínculos con el Kremlin que -según investigaciones periodísticas- ha estado presente en lugares como el este de Ucrania, Siria, Libia, Sudán o República Centroafricana.
Compromiso militar ruso
«A medida que se profundizaba la crisis política y económica del régimen venezolano y disminuía su capacidad para pagar sus cuentas, el compromiso militar con Rusia pasó de la compra de artículos nuevos al mantenimiento, las actualizaciones, el entrenamiento y otros tipos de apoyo», indicó Evan Ellis, profesor investigador de Estudios Latinoamericanos del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los EE. UU., en un informe del grupo de expertos Global Americans, publicado el 19 de enero.
«Los despliegues rusos periódicos en el país incluyeron apoyo para el equipamiento militar y los sistemas de defensa aérea que Venezuela le había comprado a Rusia, y para mercenarios del Grupo Wagner», agregó Ellis.
«Desde hace tiempo tienen aquí asesores y militares», comentó a Diálogo la analista de seguridad y defensa Francine Jacome, directora ejecutiva del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos. «Por lo que se sabe, hay incluso contratistas militares privados, como el Grupo Wagner».
A los mercenarios rusos les encanta las playas y la isla de Margarita de Venezuela. En Caracas frecuentan el Círculo Militar donde usan el uniforme de la Fuerza Armada Nacional para pasar inadvertidos.
El grupo ruso de mercenarios está en todas partes. Buena parte de las operaciones de Rusia en la invasión de Ucrania llevan su marca. Y crece en África. Ahora, además, Latinoamérica aparece por el retrovisor.
«Wagner también se ha visto en América Latina, por ejemplo, con exsoldados peruanos y de otros países que han dejado la seguridad privada para incorporarse a él, hasta ahora para ir al extranjero. Por eso su amenaza a la seguridad global, que se potencia con la guerra y va creciendo», lanza desde Lima, Perú, en conversación con 'La Vanguardia', Carlos Salazar Couto, miembro del grupo de trabajo sobre mercenarios del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
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