La letra pequeña de las elecciones de Venezuela

-Las encuestas señalan que Maduro perderá por márgenes de entre 20 y 40 puntos. ClearPath Strategies hablaba del 59% para Edmundo González, frente al 33% de Maduro. Y el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB pronosticaba un 59,1% frente a un 24,6%, respectivamente.

-Para el CSIS, medidas recientes de Maduro como crear un rango militar por encima del de general o alterar una foto de Machado para afirmar que apoya la eliminación de las fuerzas armadas desmienten el nivel de confianza en la lealtad de las fuerzas armadas. Esta lealtad viene « de la cúpula militar muy añejada en el poder, la corrupción y el crimen organizado. Lleva años allí, pero hay un dato importante: la mitad de los presos políticos son militares jóvenes. Además la oposición cuenta con el apoyo interno en las familias militares, al menos 60%, según las encuestas«, dijo al periódico 'La Nación' Julio Borges, líder de Primero Justicia, exiliado hoy en España.

-Los venezolanos que están fuera del país, un total de 7, 7 millones han tenido dificultades para solicitar su voto desde el extranjero por el establecimiento de una serie de obstáculos burocráticos o procedimientos espurios. Menos del 2% pudieron registrarse. 4,5 millones no pudieron registrarse para votar, es decir casi el 20% del registro electoral nacional.

-El 24 de junio, la asociación civil Súmate denunció una reducción de más de 15.000 centros de votación. Entretanto aumentaban los colegios electorales bajo control de Maduro. Además, los votantes contrarios a Maduro se ubican en su mayoría en zonas urbanas, lo que hace más fácil cualquier obstrucción.

-Hay más de 2.000 centros de votación en lugares aislados de difícil supervisión. Lo que se traduce para el CSIS en una oportunidad para alterar el recuento de votos.

-Un plan de movilización del régimen es garantizar que sus partidarios serán recompensados con comida gratuita y otros obsequios en los lugares de votación.

-Otro aspecto llamativo en el que hacen hincapié los expertos es que las tarjetas de identificación nacionales están repletas de tecnología china de la empresa estatal ZTE que permiten al régimen rastrear a los ciudadanos.

-En las zonas donde se localizan los votantes de la oposición desplegarían la 'Operación Tortuga', ralentizando u obstruyendo por completo la votación. O como detalla el CSIS, teniendo que hacer frente a matones que los intimidan y acosan desde motocicletas.

-Para evitar el fraude procesal, la oposición venezolana ha buscado a un grupo importante de observadores y testigos electorales. Pero el CNE ha movido ficha y ha reaccionado publicando una norma por la que los testigos solo pueden registrarse para supervisar los centros en los que ellos mismos estén asignados para votar, lo que afecta al 40% de estos observadores.

-El CSIS apunta que Maduro si bien procedería con las elecciones, aprovechando su estrecha relación con Elvis Amoroso, y su control sobre el CNE (Consejo Nacional Electoral), podría anunciar un resultado electoral a su favor, sin prueba alguna. «Este escenario tiene el beneficio de permitir que la gente vote –un ejercicio catártico que puede liberar la válvula de presión de la oposición– sin renunciar al poder», señalan.

-Para capear el temporal en caso de duras críticas, Maduro esperaría la ayuda diplomática de Rusia, China e Irán. Los cuales en el pasado le han ayudado a evadir las sanciones y a ser su socio comercial. Al que se añadiría el apoyo de Cuba, así como de Nicaragua, Turquía, Bielorrusia y Corea del Norte que fueron cruciales en la crisis de 2019.

-Y cabe destacar que hay una ventana de seis meses entre la elección y la toma de posesión en Venezuela. El CSIS indica que en ese tiempo Maduro podría impulsar un acuerdo de «poder compartido», con el fin de dividir a la oposición