coronación carlos III
Un reinado en tiempos difíciles
La 'Commonwealth' se ha debilitado, sí; pero la entronización se va a celebrar oficialmente en sus cincuenta y seis países integrantes
Carlos III, el Rey que quiere sacar la monarquía de palacio y bajarla a la calle
Radiografía de la coronación: la de Carlos III, más barata y con 6.000 invitados menos que la de Isabel II
Daniel Berzosa
Inglaterra es la cuna de las libertades individuales y de la Monarquía parlamentaria. Los líderes ingleses que la continúan rigiendo en el gobierno y la oposición lo tienen claro. La sucesión al trono inglés, desde el fallecimiento de Isabel II hasta la coronación de Carlos III ... , se ha planteado y ejecutado como una gigantesca operación de cohesión nacional y proyección internacional. La 'Commonwealth' se ha debilitado, sí; pero la entronización se va a celebrar oficialmente en sus cincuenta y seis países integrantes. Con afección, en los de impronta anglosajona; con acatamiento, en los demás. Pero se va a celebrar en todos. Y el resto del mundo la seguirá.
Antes de convertirse en Jefe del Estado del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y, nominalmente, de otros catorce países, su opinión pública suspiraba porque el príncipe Guillermo, su primogénito con Diana de Gales, sucediera a Isabel II de Inglaterra. Sin solución de continuidad. «Per saltum». La corona pasaría de la abuela al nieto. Naturalmente, semejante cosa no ha ocurrido. Habría sido una violación de la primera de las «leges imperii» o leyes constitucionales de todo Estado, como fijó Bodino; un atentado contra las reglas de sucesión del monarca, fuente de su legitimidad.
Pero esta preferencia persiste. La opinión pública inglesa y la mayoría de los expertos siguen expresando que el reinado de Carlos III de Inglaterra será de transición. Un paréntesis entre dos reinados; aun si goza de la longevidad de sus progenitores. Lastrado entre dos reyes. Su antecesora y madre, Isabel II, cuyo peso icónico cae a plomo de forma aplastante entre el pueblo inglés, que la tiene muy presente. Y 'El Deseado', su hijo y sucesor Guillermo, quien forma una pareja formidable con Kate Middleton. Gran parte de esta percepción entre los ingleses se debe también a su trayectoria poco ejemplar durante sus largos años como heredero.
Este 6 de mayo, admiraremos ciertamente un protocolo único en el mundo, y más, porque, desde Enrique VIII, son también consagrados jefes espirituales ('papas') de la comunidad eclesial promovida por aquel rey cismático. Pero, en la envidiable obra de publicidad que la elite constitucional interior y exterior inglesa ha desplegado en torno a este asunto de Estado, junto a la magnificencia simbólica de una tradición milenaria, veremos también que el objeto comunicativo atendido especialmente por los medios y cámaras de televisión anglosajones será la figura del príncipe de Gales, junto a su consorte. Dicho políticamente, el objeto inmediato a la coronación será asegurar la sucesión en el sucesor.
Además de esta dificultad interna en la institución real inglesa, y de la necesidad personal de Carlos III de comprender y, si no le es posible, atemperarse a una sociedad que no le guarda una simpatía destacada, la situación del país dista del equilibrio. El Reino Unido no acaba de salir de la crisis política, social y económica. La división del «Brexit» sigue lacerantemente presente y el coste de la vida se halla en niveles altísimos. Su presencia en un mundo que se adentra en la formación de grandes bloques geopolíticos se aminora, tanto en peso político, como en cifras económicas, como en proyección cultural, y esto último aun cuando es el país originario de la lengua franca universal.
Lo muy positivo de la Monarquía parlamentaria, que los estadistas ingleses tienen presente de forma inteligente, es que este sistema de organización de la democracia alberga una insuperable potencia para la cohesión nacional y la proyección exterior. Ojalá, los dirigentes políticos españoles imiten a sus homólogos ingleses en esto.
En todo caso, si, en el reinado de Carlos III de Inglaterra, se produce la retrocesión de Gibraltar a España, cualquier dificultad, propia o ajena, que pueda padecer, no cambiaría nuestra valoración de que habrá sido el mejor rey inglés desde Ana Estuardo.
Es jurista y doctor europeo por la Universidad de Bolonia
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