Cuomo, el exgobernador acusado de acoso sexual, abre la guerra por la alcaldía de Nueva York

Era sabido desde hace meses que Cuomo planeaba su vuelta a la política. En las últimas semanas, en medio de las turbulencias que azotan al actual alcalde, Eric Adams, se daba casi seguro. Y el veterano político lo confirmó con un vídeo de 17 minutos en el que prometió que, con él al volante, Nueva York recuperará el rumbo.

«Nueva York está en problemas. Lo ves en los negocios vacíos, el grafiti, la suciedad, la llegada de inmigrantes, la violencia arbitraria», defendió Cuomo ante los problemas que han asolado a la mayor ciudad de EE.UU. desde la pandemia de Covid-19: los picos de criminalidad, los precios inmobiliarios desorbitados, la caída de actividad en algunas zonas por el trabajo remoto, la asfixia de los servicios sociales por la llegada masiva de inmigrantes indocumentados y una sensación generalizada -aunque nada nueva- de descuido en la ciudad. «La ciudad se siente peligrosa, fuera de control y en crisis», dijo Cuomo, en un mensaje que ya utilizó en parte Adams para llegar a la alcaldía hace cuatro años y que busca quedarse con el amplio electorado moderado.

Cuomo parte con muchas cosas a favor. La principal es la crisis por la que está pasando Adams, imputado el pasado otoño por corrupción, y aliado ahora con Trump, que sigue siendo una figura muy impopular en Nueva York, pese a la mejora de sus resultados aquí en la última elección. El escándalo de que el Departamento de Justicia de Trump haya forzado a la fiscalía de Nueva York a retirar los cargos contra Adams libra al actual alcalde de ir a por la reelección con la carga de una posible condena. Pero lo hará como hombre de Trump, lo que le restará muchos apoyos.

Cuomo, además, tiene algunos de los grandes atributos de un político exitoso: una década de experiencia como gobernador de Nueva York, uno de los principales estados de EE.UU., al frente de un gran presupuesto y con mucho poder ejecutivo; donantes con bolsillos largos; y, sobre todo, nombre. A Cuomo -que viene de dinastía política, su padre también fue gobernador- se le conoce mucho más que a cualquier otro candidato que vaya a hacer frente a Adams.

Pero también llega con mucho lastre. Cuomo dimitió en el verano de 2021, después de un goteo insoportable de acusaciones de acoso sexual. Once mujeres alegaron toqueteos, besos forzados, comportamientos inadmisibles. Un informe encargado por la fiscal general de Nueva York, Letitia James determinó que hubo acoso. Pero todas las causas criminales de Cuomo acabaron en nada.

«¿Cometí errores, algunos de ellos dolorosos? Sin duda, y creo que aprendí de ellos y que soy una mejor persona por ello y que espero mostrarlo cada día», dijo en el vídeo.

Aquello fue la caída después del auge de Cuomo. El gobernador se había convertido en una figura política nacional durante lo peor de la pandemia de Covid-19. Con Nueva York convertida en uno de los centros globales de la pandemia, Cuomo aparecía en televisión todos los días, repasaba la evolución de contagios y fallecidos, explicaba las regulaciones para contener al virus y daba sensación de tranquilidad y firmeza. Su papel en aquellos meses -pese a que también tuvo crisis, como los fallecimientos en residencias de ancianos- hizo que incluso se le viera como hipotético candidato a la presidencia de EE.UU.

La candidatura de Cuomo tomará la temperatura política y cultural de Nueva York. El electorado de la principal ciudad de EE.UU. parece haberse movido hacia el centro, el territorio en el que siempre se ha manejado el exgobernador, y habrá que ver qué peso tiene en estos momentos ser un protagonista del 'MeToo'. La campaña ocurrirá después de que las presidenciales del año pasado mostraran un creciente hastío del electorado con las banderas tomadas por la izquierda en la última década: la política identitaria, la agenda LGBTQ o demandas como el de los recortes a la policía.

Las encuestas han mostrado que Cuomo es la figura con más apoyo y puede que le beneficien unas primarias con muchos candidatos, en las que el voto se fracture y las figuras más conocidas salgan beneficiadas. Por el momento, hay nueve candidatos demócratas. Los de mayor peso son Adams -que sigue manteniendo una base leal-, Cuomo y el izquierdista Brad Lander, que castigó a Cuomo en cuanto se conoció su candidatura. «A Andrew Cuomo solo le importa él mismo, y espera que los neoyorquinos se olviden de su historial desastroso con nuestra ciudad, con escándalos interminables, la destrucción del metro y la eliminación de servicios básicos».

Entre los enemigos que enfrentará Cuomo está uno de los periódicos más populares de la ciudad, el 'New York Post'. Un editorial recibió la candidatura con este titular: '¡Cuidado! El mayor mentiroso de Nueva York quiere ser su alcalde'. En el estilo punzante de sus editoriales, el 'Post' califica a Cuomo de «coloso del embuste, friqui del engaño, gigante de las bobadas».