Conmoción en Italia por la muerte de un jornalero inmigrante, tratado como «un animal»
Se abre en Italia un debate sobre la explotación de inmigrantes y el trabajo en negro
Italia aprueba la entrada de medio millón inmigrantes extracomunitarios entre 2023 y 2025
Roma
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Iniciar sesiónLa muerte horrible de un jornalero agrícola indio ha conmocionado a Italia y saca a relucir el trabajo en negro de los inmigrantes indocumentados empleados en la agricultura italiana. A Satnam Singh, de 31 años, obrero en una finca de hortalizas durante los dos últimos ... años en la provincia de Latina, en la región central del Lazio, una máquina de envase de plástico para verduras le amputó el brazo e hirió gravemente las piernas. Después del accidente, su empleador cargó en su furgoneta al jornalero y a su esposa Sony, que trabajaba con él, y lo dejó moribundo delante de su casa, con el brazo colocado en una caja de cartón entre desperdicios.
La mujer de Satnam Singh tardó dos horas en conseguir ayuda médica. El trabajador fue transportado finalmente en helicóptero a un hospital de Roma, donde no pudieron hacer nada por salvarlo. El propietario de la finca, Renzo Lovato, se justificó diciendo que entró en pánico al ver la gravedad de las heridas de Singh. Luego, declaró a la RAI que la muerte fue causada por un descuido del obrero indio, que se acercó demasiado a la máquina que le amputó el brazo. Renzo Lovato concluyó con esta frase inhumana: «Ha sido una ligereza del trabajador que nos costó cara a todos».
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La fiscalía de Latina acusa a Lovato de homicidio agravado por falta de ayuda y de incumplimiento de las normas de seguridad en el lugar de trabajo. Las investigaciones de los Carabinieri se centran también en comportamientos posteriores. Antonello Lovato, el hijo del propietario de la finca, además de abandonarlo ante su casa en lugar de llevarlo al hospital, confiscó los teléfonos de la pareja para que no pudieran pedir asistencia médica. Los amigos de Singh denuncian: «Tratados como animales».
Atnam Singh se despertaba al alba y salía de su casa a las 6.30. Recorría 8 kilómetros en bicicleta hasta los invernaderos de la familia Lovato. Su salario era miserable e ilegal: 4 euros por hora. Normalmente trabajaba entre diez y catorce horas, sin ningún tipo de derechos. Murió explotado y abandonado ante el desprecio de su empleador, que ni siquiera pensó en llevarlo al hospital más cercano, Santa María Goretti, que estaba a solo dos kilómetros de distancia. «Son actos inhumanos que no pertenecen al pueblo italiano y espero que esta barbarie sea duramente castigada», manifestó la primera ministra Giorgia Meloni, que, además de la «dura condena», expresó su pésame, y el de todo el Gobierno, por la muerte trágica de Satnam Singh y su cercanía a la esposa, la familia y los seres queridos de Satnam Singh.
Los sindicatos denuncian que la muerte del trabajador es un reflejo de los abusos sistemáticos en el sector agrícola de Italia, que depende en gran medida de los trabajadores indocumentados para superar una grave escasez de mano de obra. El sindicato más grande del país, CGIL, estima que son explotadas alrededor de 230.000 personas; de ellas, 55.000 son mujeres, es decir, más de una cuarta parte de los trabajadores agrícolas estacionales de Italia, están empleados sin contratos de trabajo válidos, principalmente extranjeros que residen ilegalmente en el país.
«Esclavos contemporáneos»
Maria Grazia Gabrielli, de la secretaría de la CGIL, describió a los trabajadores inmigrantes en el sector agrícola de Italia como «esclavos de la sociedad contemporánea, con salarios de hambre, ritmos y condiciones de trabajo inseguros e inhumanos, además de violencia psicológica y física». Estos son sus salarios, según Jean-René Bilongo, presidente del Observatorio Placido Rizzotto del sindicato Flai-Cgil: «De media, 20 euros al día por una jornada laboral de 10 a 14 horas, pero también hay quienes reciben sólo 10 euros o ni siquiera uno, sino agua y un bocadillo. Las mujeres ganan entre un 20 y un 30% menos que los hombres».
El Agro Pontino, zona en la que trabajaba Satnam Singh, y la provincia de Latina se encuentran entre las zonas donde la explotación de los trabajadores está más arraigada. Pero no son las únicas. Ayer mismo hubo siete detenciones entre las provincias de Caserta y Nápoles por intermediación ilícita de trabajadores extracomunitarios remunerados a 2 euros la hora. En realidad, la geografía de la explotación abarca buena parte de Italia.
La muerte de Satnam Singh ha agitado las conciencias y conmocionado al país y a la clase política. Los sindicatos del sector -Flai, Fai y Uila- solicitaron urgentemente la convocatoria de una reunión con los ministros de Agricultura, Francesco Lollobrigida, y de Trabajo, Marina Calderone. Ésta calificó el trato recibido por Singh como «un verdadero acto de barbarie», que debe ser castigado adecuadamente». El Gobierno Meloni ha tratado de aumentar la cuota anual de visas de trabajo de inmigración legal, para satisfacer la creciente demanda de las empresas, sobre todo en los sectores de la construcción y turismo. Para este año se autorizó la entrada de 151.000 trabajadores extracomunitarios.
Sin embargo, Giorgia Meloni denunció a principios de este mes el abuso que se produce en el sistema de visados para contratar inmigrantes: «Solo un porcentaje muy pequeño de los extranjeros que obtuvieron visados para trabajar, firmaron luego un contrato de trabajo», dijo Meloni, explicando que los grupos mafiosos habían «infiltrado» el proceso se selección para ayudar a los extranjeros a llegar a Italia.
Confagricoltura, una de las asociaciones agrícolas más influyentes de Italia, señaló que solo alrededor del 30 por ciento de los seleccionados para venir a trabajar a Italia a través del proceso autorizado por el Gobierno llegan realmente al país, lo que significa que es permanente la escasez de trabajadores. Roberto Caponi, responsable de las Políticas de Trabajo de Confagricultura, manifestó que «desafortunadamente, el número de trabajadores que realmente llegan a tiempo es bajo en comparación con las solicitudes. Por eso, cuando las empresas agrícolas tienen escasez de trabajadores y necesitan hacer un trabajo específico, algunas de ellas pueden verse tentadas a resolver el problema con los trabajadores ilegales».
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