Condenado a 49 años de cárcel el joven de 19 años que asesinó a su madre, hermano y hermana y planeaba una masacre en su antiguo colegio

Los hechos se remontan al 13 de septiembre de 2024, en un bloque de pisos de la zona de Marsh Farm, Luton, donde la policía encontró los cuerpos de Juliana Falcon, de 48 años, Kyle Prosper, de 16, y Giselle Prosper, de 13. Su hijo y hermano, Nicholas, los había asesinado con una escopeta de doble cañón que había adquirido mediante un certificado falsificado. La escena que los agentes encontraron fue descrita por la jueza como «un espectáculo del horror» y el juicio reveló detalles escalofriantes: como que su hermana menor fue hallada debajo de una mesa, donde había intentado esconderse antes de ser ejecutada con un disparo en la cabeza, que Prosper había colocado un libro titulado 'How To Kill Your Family' (Como matar a tu familia) junto a las piernas de su madre o que a su hermano Kyle le asestó más de cien puñaladas. Prosper incluso grabó un vídeo en el que describía su intención de dispararle a su hermana en la cara.

La pesadilla iba más allá, porque Nicholas Prosper planeaba llevar a cabo una masacre en el colegio en el que hizo la primaria, el St Joseph's Catholic Primary School. El joven había elegido deliberadamente el viernes 13 como fecha para el ataque y su plan era asesinar a 30 niños y dos profesores antes de suicidarse, superando así la cifra de víctimas de la masacre de Sandy Hook, uno de los tiroteos escolares más mortales en la historia de Estados Unidos. Fue el 14 de diciembre de 2012 cuando en el colegio del mismo nombre en Newtown, Connecticut, Adam Lanza, un joven de 20 años, asesinó a 20 niños de entre seis y siete años, además de a seis adultos que intentaron detenerlo, antes de suicidarse. La tragedia conmocionó al mundo y reavivó el debate sobre el control de armas en Estados Unidos. Prosper, según la investigación, idolatraba a Lanza y quería superar su número de víctimas para asegurarse un lugar en la historia de los asesinos en masa.

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Además, la investigación reveló que Prosper había realizado búsquedas en Internet sobre tiroteos masivos, heridas de escopeta y necrofilia. También había dibujado planos detallados de las aulas del colegio, en los que aparecía la frase «Kill all» («matarlos a todos»).

Durante el juicio, la fiscalía describió a Nicholas Prosper como un joven «geeky» (un friki) y socialmente aislado. Había abandonado sus estudios en marzo de 2023 y pasaba la mayor parte de su tiempo en Internet o en el gimnasio. Los psiquiatras forenses consideran que padece un trastorno del espectro autista no diagnosticado previamente, pero dejaron claro que esto no afectó su capacidad de comprender la gravedad de sus acciones. «Eres intelectualmente capaz de comprender lógicamente el impacto de tus acciones», afirmó la jueza Cheema-Grubb. «Tu cognición y la capacidad de abstenerte del asesinato no estaban disminuidas», le espetó.

El tribunal también escuchó durante el juicio que Prosper había expresado orgullo por sus crímenes, que se mostró »inapropiadamente alegre» tras ser arrestado y que en todo este tiempo no ha mostrado ningún remordimiento. La jueza recordó cómo la policía encontró huellas de sangre y pruebas de que Prosper había recargado la escopeta dos veces. «Más tarde se confirmó que fuiste descubierto por tu madre, quien notó que algo iba extremadamente mal. Cuando ella se dio cuenta de que tenías un arma, luchó contigo antes de que le dispararas en la cabeza en el pasillo», detalló la jueza.

Ray Prosper, el padre de Nicholas, se había separado de Juliana Falcon cuando su hijo tenía nueve años, pero mantuvo contacto con él y sus hermanos. En su primera comparecencia ante el tribunal, pocos días después de los asesinatos, gritó entre lágrimas: «Aún te amo, hijo. No es tu culpa, ¿ok?». Sin embargo, al escuchar este miércoles los detalles de la sentencia, no pudo contener el llanto.

Mientras tanto, Nicholas Prosper se negó a ponerse de pie mientras se le dictaba sentencia. Permaneció sentado con la cabeza entre las manos. «Sigues siendo sumamente peligroso y puede que nunca seas liberado», declaró la jueza, que no lo condenó de por vida porque la masacre en el colegio no se produjo y porque Prosper era menor de edad en el momento del crimen. Las autoridades policiales expresaron su alivio tras la sentencia. «Todos en la Policía de Bedfordshire estamos completamente conmocionados y horrorizados por las acciones de este individuo y nos complace que ahora enfrente una condena significativa en prisión», declaró el asistente del Jefe de Policía, John Murphy. «Esto fue obra de un sólo individuo, cuyos planes fueron afortunadamente interrumpidos», aseveró.

Nicholas Prosper vivirá al menos 49 años tras las rejas antes de poder solicitar la libertad condicional. No obstante, la jueza dejó claro que su falta de remordimiento podría significar que jamás recupere su libertad. «Soy consciente de que nada de lo que pueda decir o hacer podrá reflejar el valor de las preciosas vidas de Juliana, Kyle y Giselle», concluyó la jueza, quien le dijo que «eres, indiscutiblemente, un joven extremadamente peligroso».