La comunidad internacional insta a Irán a detener la ejecución de Ashtiani

A través de un comunicado, la Casa Blanca criticó «la falta de transparencia» en el juicio contra la iraní, así como «las inaceptables acciones emprendidas contra su abogado y su familia». En consecuencia, Washington instó a Teherán a detener su ejecución y proporcionar a Ashtiani «el debido proceso y el trato que merece».

La UE, el Reino Unido y Francia también han condenado enérgicamente esta próxima ejecución. El secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, aseguró que su país espera que las autoridades iraníes conmuten la pena de muerte y consideró que la pena a la iraní es «un castigo aterrador, una auténtica barbarie de otra época».

La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, ha adelantado que el Gobierno de España «insistirá hasta el último minuto» y «utilizará todas las vías diplomáticas» para evitar la lapidación de la mujer. «Durante los últimos meses y los últimos años estamos trabajando tanto a nivel bilateral, directamente con el gobierno de Irán, como en el seno de la UE, redoblando nuestros esfuerzos de una manera constante y permanente para evitar su ejecución. Lo hemos hecho estos meses y lo seguiremos haciendo hasta el último minuto», ha indicado en declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Europa Press.

La titular de Exteriores, que ha recordado que no existe una confirmación oficial de la lapidación de Sakineh, ha censurado este tipo de condenas. «Es una práctica absolutamente condenable y rechazable, que no tiene cabida en un país como el nuestro, como no debería tenerla en ningún país. Este tipo de prácticas hay que conseguir que queden abolidas en todos los lugares del mundo», ha enfatizado.

Las autoridades iraníes han dado el visto bueno a la prisión de Tabriz (noroeste de Irán), donde se encuentra Sakineh Mohamadi Ashtiani, la mujer condenada a muerte cuyo caso ha causado indignación en todo el mundo, para que la ejecuten este miércoles, según han informado el Comité Internacional contra la Ejecución y el Comité Internacional contra la Lapidación.

Ashtiani, que tiene 43 años y dos hijos, fue condenada a muerte en la ciudad de Tabriz en dos juicios distintos celebrados en 2006. En 2007, un tribunal de apelación conmutó la primera condena, que establecía que debía ser ahorcada por su implicación en el asesinato de su marido, por diez años de cárcel. Pero la segunda sentencia, que la condena a morir lapidada, era por haber cometido adulterio con varios hombres, entre ellos el hombre condenado por el asesinato de su marido, y ese mismo año fue confirmada por otro tribunal de apelación.

Desde el pasado julio, las autoridades iraníes han dicho varias veces que la condena de lapidación se mantenía, pese a las numerosas críticas de gobiernos y organizaciones pro Derechos Humanos. Sin embargo, el pasado 28 de septiembre el Ministerio de Asuntos Exteriores iraní señaló que el proceso judicial no había terminado y que el veredicto final se anunciaría cuando acabase.