Comienzan en Chile las negociaciones para el nuevo proceso constituyente
La recién nombrada ministra secretaria general de la Presidencia fue designada como «facilitadora» por el Gobierno
Al igual que ocurrió en noviembre de 2019, -cuando, tras el estallido social, los partidos políticos acordaron dar una salida constitucional a la grave crisis-, ayer el Congreso reinstaló una mesa de negociaciones destinada a definir un nuevo proceso constituyente.
La decisión se tomó ... en la reunión mantenida en La Moneda por el presidente Gabriel Boric y los presidentes de todos los partidos políticos con representación, exceptuando el Republicano, que se ausentó. Al encuentro de ayer asistieron también los jefes de bancada y se pusieron sobre la mesa, debido a la premura de los plazos, las primeras propuestas para definir el próximo procedimiento. También concurrió la ministra Ana Lya Uriarte que lleva las relaciones con el legislativo, después de que Boric, quien actuará de garante, la designara «facilitadora».
Tras el rechazo de la propuesta constitucional hecha por la Convención Constitucional el domingo, los dirigentes políticos retomaron informalmente las conversaciones y ya se dan coincidencias en algunos temas como que no exista plebiscito de entrada, se elija una nueva convención que tenga paridad y que se mantenga el voto obligatorio.
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El presidente de Chile busca aumentar el consenso para alcanzar un texto que sea respaldado por los ciudadanos
Los primeros en presentar sus ideas fueron los partidos del Socialismo Democrático que, desde ayer, asumió la gestión política del Gobierno al instalar a dos ministras de sus filas en La Moneda: la de Interior y la Secretaria General de la Presidencia.
Definir tiempos
Aunque iba a ser afinada, el socialismo solicita: seis meses de trabajo para el nuevo órgano; que se utilice como reglamento el del Senado o el de la Cámara; que los convencionales estén dispuestos a redactar el nuevo texto; y que, si bien partirá de una hoja en blanco, se use como insumo el contenido emanado de los cabildos ciudadanos realizados en el segundo mandato de Michelle Bachelet.
Los partidos Socialista, Radical y PPD plantean que los convencionales se elijan en listas de partidos o pactos entre ellos. Falta por señalar cómo se elegirán los representantes de pueblos originarios y los independientes. En la oposición hay una sola voz sobre los escaños reservados para indígenas: deben ser proporcionales a su población. Una cuestión sobre la que ya hay diferencias con el Partido Comunista. Este último ya dio señal de rebelión en el Congreso respecto al encuentro con el presidente, ya que los 33 parlamentarios no obtuvieron representación.
Otro de los temas más complejos es definir tiempos, dado que el Servicio Electoral advirtió que requiere al menos de 125 días para preparar unos comicios. Eso incluye depurar y actualizar el padrón electoral, recibir y validar candidaturas e imprimir los votos.
El socialismo quiere acortar esos plazos a solo dos meses, usar el padrón aplicado en el reciente plebiscito y tener el texto listo en julio para plebiscitarlo en agosto y sea promulgado en septiembre, cuando se cumplen 50 años del golpe militar.
Aunque fueron siempre contrarios al proceso constitucional fallido y no acudieron a La Moneda, el senador republicano Rojo Edwards adelantó que asistirían a la primera reunión en el Congreso, que al cierre de este artículo se iniciaba.
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