'Los 47 de Hong Kong': comienza un juicio histórico a los activistas prodemocracia
La Ley de Seguridad Nacional impuesta por China amenaza con castigar a los rostros más destacados de la oposición, como Joshua Wong o Benny Tai, hasta con cadena perpetua por «conspiración para cometer subversión»
El rollito chino de Hong Kong, por Pedro Rodríguez

Un nuevo Hong Kong autoritario enjuicia a su pasado. Este lunes comenzó en el territorio el mayor proceso judicial motivado por la Ley de Seguridad Nacional, impuesta en 2020 por el Partido Comunista Chino. En el banquillo de los acusados se sientan 'Los 47 de Hong Kong', ... las figuras prodemocracia más destacadas de los últimos años.
Este heterogéneo grupo aglutina personas de diferentes generaciones y ámbitos profesionales, pero todos tienen en común haber realizado labores políticas en pos de un Hong Kong más democrático. De acuerdo a ese propósito prepararon y participaron en unas elecciones primarias en julio de 2020, calificadas por el Ejecutivo local como una «trama masiva y bien organizada para subvertir el Gobierno de Hong Kong». Por este motivo, ahora están acusados de «conspiración para cometer subversión» y enfrentan entre tres años de cárcel y cadena perpetua.
Estas primarias supusieron un punto clave en el curso de los acontecimientos de la excolonia británica. Con las protestas antigubernamentales del verano de 2019, transformadas en la mayor crisis social de Hong Kong, como punto de partida contextual, dichos comicios llegaron precedidos por el abrumador resultado de las elecciones municipales de noviembre. En aquella cita, el bando prochino cayó de 331 a 89 concejalías –un desplome del 73 al 18%–, mientras que los demócratas pasaron de ostentar 124 a 388 de las 477 en liza –del 27 al 82%–, impulsados por una participación sin precedentes.
El plan de la oposición
A partir de ese momento, el plan de la oposición consistía en presentar una lista unitaria a las elecciones legislativas programadas para diciembre de 2020, para así maximizar sus posibilidades de controlar el Consejo Legislativo –cámara equivalente al Parlamento territorial–; de ahí la necesidad de unas primarias. La oportunidad no resultaba asequible, pues solo parte de los escaños se otorgaban por sufragio directo, pero lograrlo les hubiera permitido bloquear la acción gubernamental y dotar de una prolongación institucional a las protestas.
La involucración de más de 600.000 votantes, pese a las advertencias de las autoridades, invitaba al optimismo. Sin embargo, el régimen abortó cualquier posibilidad. China ya había acelerado la erosión de la independencia del territorio con la Ley de Seguridad Nacional anunciada en junio de ese mismo año. El gigante asiático vulneraba de este modo la Ley Básica y los acuerdos internacionales para la devolución de soberanía, según los cuales se comprometía a respetar los derechos y libertades imperantes en Hong Kong durante al menos medio siglo.



Este marco jurídico castiga con hasta cadena perpetua «el separatismo, el terrorismo, la subversión de los poderes del Estado y la confabulación con fuerzas extranjeras», y fue empleado por las autoridades para maniatar a oposición, medios de comunicación y sociedad civil.
Acto seguido, el Ejecutivo local intervino. Primero, postergando las elecciones con la pandemia como excusa. Después, aprobando una reforma electoral que redujo la cantidad de escaños elegidos por sufragio directo, haciendo matemáticamente imposible que las fuerzas prodemocracia lograran una mayoría parlamentaria, y estableciendo el requisito de que solo «verdaderos patriotas» podrían desempeñar puestos de responsabilidad política.
Para entonces, de todos modos, la oposición se había convertido en disidencia, y la mayoría de sus representantes estaban entre rejas o en el exilio. Las elecciones legislativas postergadas tuvieron lugar un año más tarde de lo previsto, en diciembre de 2021, y los hongkoneses hablaron alto y claro con su silencio. Tan solo el 30,2% de los 4,5 millones de ciudadanos convocados a las urnas depositaron su voto, la tasa más baja en la historia del territorio.
Tres meses de juicio
El juicio que comenzó este lunes durará unos tres meses, pero su resultado marcará el devenir de Hong Kong, cada vez más indistinguible del resto de China, durante las próximas décadas. 'Los 47 de Hong Kong' fueron detenidos en enero de 2021 durante una redada simultánea. Desde entonces han permanecido en la cárcel, aunque quince de ellos han obtenido la libertad condicional.
Sin embargo, la división más significativa es aquella que separa a los que han aceptado su culpabilidad de los dieciséis que todavía defienden su inocencia. Entre estos últimos se cuenta Leung 'Pelo Largo' Kwok-hung, mítico rostro de los movimientos sociales en Hong Kong, o la experiodista Gwyneth Ho.
En el primer grupo, por contra, están algunos de los nombres más representativos de la oposición prodemocracia, como Joshua Wong, de 26 años y en primera línea política desde la más tierna adolescencia como activista estudiantil. También Benny Tai, profesor de Derecho y cofundador del movimiento 'Occupy Central' que en 2014 impulsó la Revolución de los Paraguas. Su posición, no obstante, no manifiesta un arrepentimiento, tal y como declaró otro de los acusados, Ng Kin-wai, en palabras recogidas durante su intervención por ' The New York Times'. «Traté de cometer subversión contra un régimen totalitario, pero fracasé. Me declaro culpable».
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