Un exalumno mata a tiros a diez personas, la mayoría niños, en un instituto de Austria
El agresor, de 21 años, se suicidó de un disparo tras la matanza en Graz, la segunda ciudad del país
El presidente de Austria encarga a la extrema derecha la tarea de formar gobierno
Poco antes de las diez de la mañana, se presentó en el colegio con un arma en cada mano: una pistola y una escopeta. Todavía en el exterior del edificio, se topó con una mujer a punto de entrar en el centro y esa fue su primera víctima. Una vez dentro, se movió con decisión y soltura por los pasillos. Conocía bien el instituto, porque era un antiguo alumno. Y tenía claro su objetivo, de manera que entró en varias clases y disparó a bocajarro contra tres alumnas de quinto grado, de unos once años de edad, y contra cuatro alumnos de octavo grado, de unos 14 años. Todos ellos murieron en el acto. Causó la muerte también de un profesor, además de una docena de heridos. En apenas un minuto, disparó 36 tiros. Cuando se dio cuenta de que ya no le quedaba más munición, se encerró en uno de los baños y se quitó la vida con una última bala.
A esa pesadilla de 17 minutos siguió una situación de terror y desconcierto ante la que los alumnos reaccionaron con sorprendente cordura. En Austria, un BORG (Bundes-Oberstufenrealgymnasium) es una escuela secundaria que ofrece educación general avanzada, similar a un instituto de bachillerato en España. Está diseñado para preparar a los estudiantes para la universidad.
Este de Graz, concretamente, tiene alrededor de 400 estudiantes repartidos en 20 clases. La policía se trasladó inmediatamente con un gran contingente. Se desplegaron 300 policías y una docena de ambulancias, cuyos equipos de emergencia resultaron decisivos para evitar un mayor número de muertos. Llegaron también agentes de la unidad especial Cobra, fuerzas especiales antiterroristas. En cuanto la Policía fue evacuando alumnos, que permanecieron encerrados en las clases hasta que recibieron instrucciones tan disciplinadamente como habían ensayado en los simulacros, sus declaraciones dejaron claro que el autor de los disparos era conocido, al menos para algunos. Se trataba de un exalumno que hacía tres años dejó el colegio sin haber logrado aprobar la 'Matura', el examen que hace posible el acceso a la universidad en Austria.
Muchos de los padres, que habían acudido a las inmediaciones y encontraron acordonada la zona, debieron esperar en un espacio aparte, mientras sus hijos recibían atención psicológica y prestaban declaración. Allí recibieron la confirmación de que el autor de los disparos procedía de Graz y era austriaco. No se tiene constancia de comportamientos violentos ni tenía antecedentes policiales.
La prensa local se hizo eco de algunos testimonios, según los cuales había sido víctima de acoso escolar, lo que habría repercutido perjudicialmente sobre sus notas y rendimiento académico, pero la Policía no ha confirmado estos hechos. Sí se sabe que, en un posterior registro de su vivienda, se encontró una carta de despedida cuyo contenido no ha sido hecho público pero en la que, según la prensa local, describía su dolor y rencor por el acoso. A mediodía, tras un exhaustivo registro del centro, habitación por habitación, para descartar la existencia de más tiradores, un portavoz de la Policía anunció que la zona estaba «asegurada» y ya no había peligro.
Una mujer se desplomó, llorando, cuando los estudiantes bajaron del autobús que trasladaba a los supervivientes al centro deportivo de Askö, frente al idílico parque de Schloss Eggenberg. Padres e hijos se fundieron en abrazos y lágrimas, mientras compartían atropelladamente las experiencias de esa fatídica mañana. Los padres de las víctimas, ya identificadas, habían sido avisados por la Policía y convocados en un hospital. Algunos de los chicos en 'shock'.
«Pensé que eran petardos»
En quinto grado, se estaba dando una clase de alemán cuando de repente se escucharon disparos en el aula de al lado. «Nuestro profesor cerró inmediatamente la clase y creo que eso nos salvó la vida, porque lo vimos pasar de largo por la ventana», relataba Alexander. «Al principio pensé que eran petardos, luego hubo gritos y no recuerdo más», describía su terror uno de sus compañeros. «Mi hijo me llamó mientras sucedía, me alegré mucho de que estuviera hablando por teléfono. Me dijo que uno de sus amigos estaba herido y que estaban escondidos en una clase», contaba una madre. «No te puedes imaginar lo terrible que es. Esperas y no escuchas nada durante un tiempo que se te hace eterno», decía un padre con lágrimas en los ojos y con el brazo rodeando los hombros de su hija de quince años.
Austria ha decretado tres días de luto. La selección austriaca de fútbol competirá con brazaletes de luto en el partido de clasificación para el Mundial contra San Marino. «La investigación sigue su curso», se limitó a decir a última hora el portavoz policial.
Terrorist acts have become a terrifying norm across Europe. What kind of future awaits our children if this continues?#Europe #Security #Future#Graz #Austria pic.twitter.com/oddB7hLKMO
— Sport Shorts (@laskopivoETH) June 10, 2025

En una rueda de prensa convocada apresuradamente, el canciller Christian Stocker y su ministro de Interior, Gerhard Karner, intentaron poner palabras a lo incomprensible. El ministro de Educación, Christoph Wiederkehr destacaba que los protocolos ensayados regularmente ayudaron a alumnos y profesores a reaccionar adecuadamente, pero reconocía la impotencia ante hechos totalmente imprevisibles. «No hay forma de expresar el dolor. Nuestro país está paralizado», dijo Stocker, que anunció el luto nacional. Hoy (miércoles), a las diez de la mañana, el país entero guardará un minuto de silencio. Después asistieron a un multitudinario servicio religioso por las víctimas en la catedral de Graz, en la que el exarzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn, expresó sus condolencias a los familiares. «Por encima de toda la conmoción, e dolor y la ansiedad está la gran pregunta: '¿Por qué?' Probablemente no encontraremos una respuesta satisfactoria a eso», les dijo, «la oración ayuda a acercarnos y mirarnos unos a otros. El mal y la muerte no tendrán la última palabra».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete