China defiende a los BRICS ante las amenazas de Trump: «No es un bloque para la confrontación»

El gigante asiático y otros países miembros rebajan la intensidad de las críticas a EE.UU. que motivaron la advertencia de más sanciones

Trump impondrá un arancel adicional del 10% a los países que «se alineen» con las «políticas antiestadounidenses» de los BRICS

El primer ministro de China, Li Qiang, junto a su homólogo indio, Narendra Modi, y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva REUTERS

Jaime Santirso

Corresponsal en Pekín

Los BRICS denuncian, Donald Trump contraataca, China disimula. Las relaciones internacionales aparentan haberse convertido en una discusión pública, evidencia de un mundo de hostilidad creciente y liderazgos disruptivos. La peculiar agrupación de economías emergentes ha focalizado hoy la polémica y en su defensa ha ... salido el régimen, uno de los principales impulsores.

«BRICS es una plataforma importante para la cooperación entre mercados emergentes y países en desarrollo. Promueve la apertura, la inclusión y la cooperación en la que todos ganan», ha asegurado esta tarde Mao Ning, portavoz del ministerio de Exteriores durante la rueda de prensa diaria del organismo. «No es un bloque para la confrontación, ni está dirigido contra ningún país».

La aclaración era necesaria después de que Trump amenazara con imponer aranceles adicionales del diez por ciento a aquellos países alineados con el bloque, cuyas políticas describió como «antiestadounidenses». Su enfado derivaba a su vez del comunicado conjunto emitido por los BRICS durante su decimoséptima cumbre, celebrada del domingo al lunes en Río de Janeiro.

El texto, de más de treinta páginas, criticaba de manera directa aunque no explícita a Trump al expresar «serias preocupaciones por el aumento de medidas arancelarias y no arancelarias unilaterales que distorsionan el comercio y son incompatibles con las normas de la OMC».

«Condenamos la imposición de medidas coercitivas unilaterales que son contrarias al derecho internacional, y reiteramos que dichas medidas, entre ellas las sanciones económicas unilaterales y las sanciones secundarias, tienen profundas consecuencias negativas para los derechos humanos [...]. Hacemos un llamado a la eliminación de estas medidas ilegales», sentenciaba el comunicado.

Otro polémico apartado también criticaba «los ataques militares contra la República Islámica de Irán desde el 13 de junio de 2025, los cuales constituyen una violación del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas, y expresamos una profunda preocupación por la posterior escalada de la situación de seguridad en Medio Oriente».

Tiempo de acuerdos

«Cualquier país que se alinee con las políticas antiestadounidenses de los BRICS deberá pagar un arancel adicional del 10%. No habrá excepciones a esta política», reaccionó Trump a través de una publicación en su red social Truth Social. Esta amenaza tiene lugar mientras EE.UU. ultima acuerdos comerciales con decenas de países antes de la entrada en vigor de los «aranceles de represalia», programada para este miércoles 9 de julio.

Una de las relaciones que se ha apaciguado en los últimos días ha sido, precisamente, la que une a las dos potencias, después de que ambas firmaran un pacto todavía no divulgado respecto a sus enfrentamientos comerciales. Mao, por tanto, se ha ceñido al argumento básico de la línea oficial sin cargar las tintas. «China ha dejado clara su postura en múltiples ocasiones: las guerras comerciales y arancelarias no tienen ganadores, y el proteccionismo no conduce a nada».

Otros países miembros han reaccionado en términos similares. Sudáfrica ha señalado que el organismo «no es antiestadounidense» por boca del portavoz de su ministerio de Comercio, Kaamil Alli, quien ha añadido que las negociaciones en materia comercial con el gobierno de EE.UU. «siguen siendo constructivas y fructíferas». Un representante del Kremlin, por su parte, señaló que la cooperación de Rusia con los BRICS se basa en una «visión común del mundo» y «nunca estará dirigida contra terceros países», según declaraciones recogidas por la agencia 'Reuters'.

Los BRICS incrementan así su carácter de contrapeso geopolítico. Este organismo, nacido de las siglas acuñadas en 2001 por el economista británico Jim O'Neill para aunar a los más pujantes mercados, ha evolucionado hasta arrogarse la representación del mundo en desarrollo, el denominado Sur Global, frente a la arquitectura institucional vigente a nivel internacional, caracterizada como un anticuado bastión de Occidente.

El proceso le lleva, incluso, a superar su origen, toda vez que la organización ha oficializado la incorporación de Indonesia. El país asiático se suma a cuatro adhesiones previas –Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán– y doce miembros asociados –Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam–.

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