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Chávez mira a 2012

BORJA BERGARECHE

Chávez lo sabe bien: es la oposición, y no él, quien se la juega en las legislativas venezolanas de hoy. El caudillo bolivariano de 54 años tiene su (estrecha) mirada puesta en las presidenciales de 2012, donde se determinará su lugar en la «fracasología hispánica» ... de la que hablaba ayer, en el ABC Cultural, Manuel Lucena. Tras once años de fanfarronismo ideológico y matonismo político, la democracia iliberal –limitada, como en Rusia o en Irán, a una sucesión de victorias electorales sin valores subyacentes— venezolana está oxidada y arruinada. Desde su llegada al poder en 1999, Chávez ha llevado a cabo una asombrosa sustitución del panorama institucional anterior por los resortes de su «socialismo del siglo XXI». Quien aún sigue siendo una de las vedettes de la parte más rancia de la izquierda altermundialista ha situado al Estado frente al espejo de la globalización, del que emana un reflejo con aires de derrota.

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